China: El gigante despertó

Jun 4, 2015

Hace ya varias décadas que un importante líder mundial dijo sobre China: “esperen a que el gigante dormido despierte”. En su momento era impensable que ese inmenso país pudiese pasar de ser un régimen comunista autoritario, con una economía pobre y profundamente centralizada y donde los derechos civiles estaban intensamente controlados, a ser una nación […]

Hace ya varias décadas que un importante líder mundial dijo sobre China: “esperen a que el gigante dormido despierte”. En su momento era impensable que ese inmenso país pudiese pasar de ser un régimen comunista autoritario, con una economía pobre y profundamente centralizada y donde los derechos civiles estaban intensamente controlados, a ser una nación pujante, con ciudadanos con ganas de trabajar y crecer y con un régimen mixto público-privado en lo económico, que ha transformado a la nación asiática en una de las mayores economías del planeta. ¿Cómo lograron esto?

Aunque es difícil de entender para el mundo occidental, se hizo gradualmente y con paciencia. Sin grandes estallidos sociales ni revoluciones violentas, a excepción clara de lo ocurrido en la Plaza de Tiananmén hace ya más de una década, y manteniendo un régimen autoritario. Es decir, al estilo chino.

¿Cuáles son las claves para este gran crecimiento? Muy simplificadamente podría decir que se hizo uso y abuso de la mano de obra barata. Esto, más los múltiples subsidios estatales, los llevaron a producir casi cualquier cosa a un costo sustancialmente menor que en los países desarrollados. Esto provocó que comenzaran los cierres de grandes centros productivos en Europa y Estados Unidos para llevar sus producciones al gigante asiático, lo que generó gran crecimiento en el empleo y migraciones importantes de chinos a las provincias costeras, que es donde se instalaron las fábricas. Este “boom” produjo escasez de mano de obra, lo que empezó a impulsar los salarios, generó un mejoramiento en las condiciones de vida y se produjo la consecuente movilidad social hacia arriba. Aquí es donde entran los productos del mar.

En China existe el dicho: “si no hay pescado, no hay comida”. Esto significa que los productos del mar son un ícono en la alimentación de la población. La integración de millones de chinos al desarrollo cada año los hace querer comer mejor y más sano, como en la mayoría de los países, y el pescado representa todo eso.

Y, en este sentido, el salmón es la estrella. Su excelente sabor, calidad nutritiva superior y su importante aporte de Omega 3 lo convierten en un gran producto para las personas que se incorporan al consumo de mejores alimentos. Además, este pescado es aspiracional. Todos los que surgen lo quieren probar y luego no pueden dejar de comerlo. Por último, la especie está de moda y a los chinos les gusta estar a la moda. Es por ello que la demanda por salmón crece a razón de dos dígitos por año y lo seguirá haciendo por muchos años. China será su principal consumidor a nivel mundial de aquí a 15 o 20 años.

Por ello es que creamos New World Currents. Esta una alianza comercial de cuatro importantes empresas chilenas: Australis, Blumar, Camanchaca y Yadrán. Juntos queremos desarrollar el mercado de China bajo una sola mano y con una marca común. En solo un año ya nos convertimos en el principal exportador de salmón chileno al mencionado destino y seguimos creciendo. Esta temporada terminaremos con tres oficinas de ventas en dicho país y es solo el comienzo. Como dije al principio, el gigante ya despertó y además está hambriento de salmón.

Eduardo Goycoolea

Director ejecutivo de New World Currents

REVISTA DIGITAL

[latest_journal_single_iframe]
Temas relacionados