El foco de la innovación acuícola

Oct 15, 2014

La discusión sobre innovación en acuicultura en nuestro país es, por cierto, más antigua que la propia industria como hoy la conocemos, pero su tono y relevancia han aumentado gradualmente con el paso de los años. Esto es razonable dado el efecto que sobre este ámbito tienen, sin querer agotar el tema ni entrar en […]

La discusión sobre innovación en acuicultura en nuestro país es, por cierto, más antigua que la propia industria como hoy la conocemos, pero su tono y relevancia han aumentado gradualmente con el paso de los años. Esto es razonable dado el efecto que sobre este ámbito tienen, sin querer agotar el tema ni entrar en detalles, el país volcado a la exportación como modelo de crecimiento y la globalización que potenció este camino, poniendo a competir a un felino pequeño con los grandes tigres del planeta.

Siendo prácticos, lo que es más determinante y digno de comentarios es el enfoque que se ha tenido al respecto. Una vertiente ha sido la de, en un intento de aprovechar el desarrollo de un clúster dinámico y potente en torno a la salmonicultura, promover nuevas especies que puedan cultivarse de manera intensiva. La evidencia está en los resultados. La corvina, seriola, congrio dorado y el bacalao europeo avanzan pero aún en fases preindustriales. Otras especies van aún más rezagadas, como la merluza austral, el congrio dorado o el bacalao de profundidad, por mencionar algunas.

Parte de las razones que justifican este panorama son que se trata de procesos caros, que requieren de modelos de investigación y desarrollo de largo plazo, con equipos estables y en permanente perfeccionamiento y financiamiento de riesgo acorde con lo anterior, en fi n, todos ingredientes no muy abundantes hasta ahora en Chile. Además, el modelo de cofinanciamiento nacional exige la participación activa de privados, los que tampoco tienen grandes incentivos para abordar desafíos de las características mencionadas, sumado a la siempre urgente necesidad de resolver problemas en sus propios negocios acuícolas.

La otra vertiente es la de apoyo a las necesidades de la industria existente. Más allá de la discusión sobre si innovar es comprar lo nuevo, adaptar lo que ya existe o fabricarlo en el país, lo que importa es si la actividad utiliza modelos de innovación para resolver sus problemas. La respuesta es que, en general, no lo hace para aquellos en los que la solución ya ha sido desarrollada en otros lados y efectúa intentos en los frentes donde no hay opciones disponibles. La primera de las anteriores merece pocos comentarios ya que es consistente con una industria globalizada, de estándar internacional y conectada.

La segunda limita más seriamente la competitividad industrial y debiera abordarse de manera activa y con el compromiso de todos. Ambos desafíos son de gran envergadura y requieren mirada de Estado. El ministro de Economía lo ha asumido dando inicio a una ronda de conversaciones que apuntan a instalar mecanismos de soluciones de largo plazo, entre las cuales sin duda aparecerá la innovación. Confiemos en que la experiencia acumulada nos guíe esta vez más allá de la coyuntura.

Luis Pichott, ingeniero pesquero, técnico marino y consultor acuícola-pesquero.

Ingeniero pesquero, técnico marino y consultor acuícola-pesquero.

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