¡Hoy declaramos oficialmente la guerra al ISA! Fue la arenga de César Barros a los 500 ejecutivos que repletaban la cena anual del gremio salmonicultor que presidía el año 2008. Se trataba de una guerra contra un enemigo temible, un virus que amenazaba con destruir la boyante salmonicutura nacional, y lo hizo.
Muchos perdieron sus puestos de trabajo o empresas, otros lograron sobrevivir, pero con heridas de las que fue imposible reponerse. También hubo quienes, a pesar de los impactos recibidos, fueron tomando lentamente un ritmo competitivo. Pero, aún con la asombrosa capacidad de reconstrucción posterior, todos perdieron, ninguna sorpresa, es lo que suele ocurrir en las guerras.
La transición es el momento mientras ocurre el cambio, es una etapa cargada de incertidumbre, donde se modifican las normas, la institucionalidad y los procesos de decisión. La salmonicultura chilena, desde la crisis del virus ISA hasta hoy, ha transitado por un gradual cambio hacia un nuevo modelo productivo.
Sin embargo, la eventual salida de los históricos controladores de AquaChile y el posicionamiento de Agrosuper como referente de la producción salmonicultora a nivel mundial, ha precepitado el término de la transición y pone en urgencia la instalación del definitivo modelo productivo, sanitario y ambiental para las próximas décadas, lejos del complejo diseño actual.
En el fin de la transición surgen otras oportunidades, el nuevo Goliat de la salmonicultura desafía a todo el sector. Es muy probable que productores y proveedores se vean obligados a repensar la forma de competir e innovarán para diferenciarse o ser más eficientes, o simplemente buscarán el mejor camino para que David pueda sumarse a la consolidación de la industria.
Comenzamos a despedir diez años de transición, las lecciones en la guerra contra el virus ISA no estarán en un museo, pero igualmente requieren de la memoria de operarios, administrativos, jefes, gerentes y accionistas, también de políticos y funcionarios públicos, pues de sus decisiones depende no volver a tener una nueva derrota.