Los cambios climáticos forman parte de los principales desafíos de la sociedad actual. Combatir sus causas, desarrollar soluciones y utilizar recursos de forma más eficiente se han convertido en tareas primordiales para el futuro del planeta y, por lo tanto, de todos nosotros.
Como compañía líder en innovación y sostenibilidad, BASF está empeñada en formar parte activa de las soluciones de combate a los cambios del clima. 
Tenemos metas de reducir las emisiones a lo largo de la cadena de valor, utilizando tecnologías eficientes para la generación de vapor y electricidad, mejorar los procesos de producción en términos energéticos e implantar un sistema de gestión global de energía. Estas iniciativas engloban no solo nuestras fábricas, sino también todo el ciclo de vida de nuestras soluciones y productos, desde la extracción de sus materias primas hasta el desecho final o su reutilización.
Un ejemplo en este sentido es el desarrollo de una metodología exclusiva y pionera para análisis del portafolio, bajo la óptica de la sostenibilidad, en la que se evalúan factores como: obtención de materias primas, producción, uso y desecho. En 2016, el 27,2% de las ventas globales de BASF ya eran de soluciones con una contribución significativa de sostenibilidad a lo largo de la cadena de valor. Además de ello, el 60% del valor invertido en P&D, el último año, ha sido destinado a investigaciones para este tipo de producto. Nuestro objetivo es aumentar estos valores en los próximos años, convirtiendo BASF cada vez más en una referencia en innovación y sostenibilidad.
Actualmente, los productos de BASF ya están presentes en una gran cantidad de tecnologías de protección climática, enfocados en diferentes industrias, como las de la construcción y la automotriz. Elastopor®, por ejemplo, es una espuma utilizada para aislación de frío y calor, que se puede aplicar en la construcción de casas (tejado, paredes y pisos), refrigeradores y freezers, entre otros. A su vez, los plásticos de BASF garantizan la producción de vehículos más ligeros -un factor clave en la reducción de la emisión CO2– sin reducir la seguridad o desempeño y reduciendo, por consiguiente, el consumo de combustibles y liberación de gases en la atmósfera.
Otro importante punto para el éxito de las acciones de protección climática es la eficiencia energética. En este sentido, se destaca la integración de los procesos productivos, que ha generado en BASF el concepto de Verbund (integración total), en la que el subproducto de una fábrica se utiliza como materia prima para otro proceso productivo. En este sistema, los procesos químicos funcionan con menor consumo de energía y mayor rendimiento. Esto no solo economiza materias primas y energía, sino también evita emisiones, reduce los costos de logística y aprovecha otras sinergias.
Además de ello, nuestras metas ambientales definidas hasta 2025 para América del Sur incluyen, por ejemplo, aumentar en un 10% la cantidad de productos vendidos por MWh de energía primaria utilizada. Ya en emisiones, la meta es una reducción del 40% de gases de efecto invernadero por tonelada de producto vendido.
Vale recordar que, hasta 2050, seremos más de 9 mil millones de personas viviendo en el mismo planeta, con necesidades cada vez mayores de recursos naturales, que son limitados. Por lo tanto, actuar de manera sostenible no es más una opción, sino una necesidad tanto para el éxito de los negocios como para la sociedad.