Chile debe despertar en materia de responsabilidad social y compromiso con sus trabajadores, si bien es cierto todos estamos comprometidos con la recuperación de nuestros recursos hidrobiológicos, y posterior continuidad de la sustentabilidad de ellos; nuestras autoridades deben ponerse la camiseta de los trabajadores del sector pesquero en general. Mucho se ha criticado el hecho que en las zonas extremas del país siempre hemos cuidado y alimentado los recursos para otros. En la zona norte la anchoveta a los peruanos y la merluza austral o de tres aletas a los argentinos en el sur, esto debido a que en el mar los límites entre naciones son imaginarios. Es por lo mismo que nuestros países vecinos no restringen sus capturas, por el contrario, pescan sin limitaciones; y nosotros cada vez restringimos más la posibilidad de capturar estas especies por parte de nuestras flotas pesqueras, artesanales e industriales, consiguiendo restar trabajo para todo el sector.
En esa misma mirada, hoy el Gobierno chileno tiene la posibilidad de asegurar un compromiso con el sector pesquero en general, refiriéndonos a la asignación de la cuota de la jibia, y en su administración, de tal manera que se extiendan los meses de trabajo durante casi todo el año.
Al igual que el jurel, la jibia ya se instaló como tema de discusión en la mesa de la Organización Regional de Pesca del Pacífico-Sur (ORP-PS), y si en algún momento nos vimos perjudicados debido a que Chile tenía una historia muy pequeña de jurel, fue porque nuestras autoridades así lo quisieron, debido a las disminuciones constantes del recurso. Por razones justificadas o no, era necesario hacerlo, pero solo conseguimos favorecer a otros países con esta «honradez internacional».
Chile entendió que era necesario aumentar la cuota de jurel en nuestro territorio, para que nos viéramos un poco más favorecidos en la asignación de cuota del Pacífico Sur. Hoy debe ocurrir lo mismo con el recurso jibia, Chile debe aumentar su cuota, para no pasar los mismos malos ratos que en esos entonces, y en donde nos perjudicamos nosotros mismos. En otros países, como Perú y China, asignan cuotas inalcanzables, saben que no las podrán capturar, pero son más inteligentes y comprometidos que nosotros en esas materias, las autoridades de esos Gobiernos velan por sacar el máximo provecho a sus posibilidades de mejorar las asignaciones de cuotas en el Pacífico Sur, y por ende aseguran más trabajo a sus compatriotas. Esperamos no arrepentirnos de esto a futuro.
En lo que respecta a nuestra situación real interna, en la actualidad se acusa a la industria chilena de haber copado los mercados extranjeros, y perjudicar al sector artesanal, pero lo que realmente sucede es que debemos recordar que este recurso se encuentra a lo largo de todo el Pacífico Sur, y tanto la flota china como la peruana capturaron 400.000 toneladas cada una durante el año 2014; siendo estos países de competencia pesquera los que coparon los mercados internacionales, algo que afecta principalmente al sector artesanal, ya que la industria puede mantener sus capturas en frigoríficos, eso sí, a mayores costos.
Es por ello que en estos momentos podríamos solicitar un aumento en la cuota de la jibia, por un lado está la historia internacional de esta ante la ORP-PS, y por otro, competir los mercados en igualdades de condiciones con otros países, ya que difícilmente lo podremos hacer con las capturas que están haciendo nuestras competencias.
El problema que está ocurriendo con esta situación en nuestro país, es que hoy la industria no puede recibir jibia en un 100%, o el total de las empresas que procesan esta especie, debido a que la jibia tiene un sistema de descomposición muy rápido, y las embarcaciones del sector artesanal no cumplen con las condiciones mínimas para una muy necesaria cadena de frío; además que las cantidades que pudiesen entregar a la industria son insuficientes por lo irregular de la pesca, principalmente por las condiciones climáticas, más frecuentes en la Región del Biobío, esto dificulta tener en un constante funcionamiento a una planta de proceso, por los gastos que esto significa.
Claro está que la industria puede procesar una mayor cuota, pero lo que nos debe importar son los puestos de trabajo de nuestros representados, y una manera de ayudarnos mutuamente entre pescadores, artesanales e industriales, es que en conjunto solicitemos a las autoridades que la jibia sea sometida a Regimen Artesanal de Extracción (RAE) por parte del sector artesanal, y a un ordenamiento de asignación de cuota por empresa pesquera por el lado de la industria; de manera que ambos sectores puedan trabajar y programarse durante todo el año, pescando y procesando. De este modo las empresas pueden tener en funcionamiento sus plantas de proceso, abasteciéndolas con su propia cuota y complementándola con la entrega de la flota artesanal, así todos nos mantenemos con actividad y trabajo; artesanales e industriales.
Sabemos que los pescadores artesanales jibieros la están pasando muy mal, al igual que nosotros, hasta el momento llevamos alrededor de 90 despidos del personal embarcado, y sobre las 850 personas en las plantas de proceso.
Lo que debe hacer el Gobierno, en este caso la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura, es asignar el porcentaje que le corresponde a cada empresa que en los últimos años han hecho historia. El subsecretario del sector tiene todas las herramientas legales necesarias para poder hacerlo; existe una cuota, están las empresas con historia, y el recurso está en plena explotación. De esta manera se evitará que la industria trabaje en carrera olímpica y agote la cuota en tan pocos meses, como ocurrió este año. Por esta razón se despidieron dotaciones de barcos y cientos de puestos de trabajo en las empresas que procesan jibia, lo que significa aumentar la cesantía en nuestro sector, puestos de trabajo que en muchos casos jamás se recuperan, y nadie se hace cargo de ellos.