Jibia y Ley de Pesca

May 20, 2018

La Cámara de Diputados tomó una de las decisiones más importantes en la historia de la pesca artesanal y sobre la captura de jibia en Chile: aprobó por 99 votos a favor y 18 en contra la primera reforma trascendente a la ley de pesca de los últimos años. En primer trámite constitucional, se aprobó […]

La Cámara de Diputados tomó una de las decisiones más importantes en la historia de la pesca artesanal y sobre la captura de jibia en Chile: aprobó por 99 votos a favor y 18 en contra la primera reforma trascendente a la ley de pesca de los últimos años. En primer trámite constitucional, se aprobó un proyecto que pone fin a la pesca de arrastre y eleva a Chile al estándar de captura de los países líderes en pesca de jibia o calamar gigante (Dosidicus gigas) a través de un aparejo selectivo conocido como potera o línea de mano.

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Un triunfo contundente a favor de la pesca artesanal más pequeña y una derrota aplastante para la pesca industrial más grande que utiliza arrastre para pescar jibia, merluza común, merluza de cola, merluza austral, merluza de tres aletas, camarones, langostinos, congrio dorado, reineta y lo que entre a la red como pesca incidental. Lo que no se dijo durante la discusión fue que son los mismos barcos los que se utilizan para pescar merluza los que se han usado para pescar jibia, las mismas redes y las mismas ventanas de escape. Si lo que entra a la red no escapa porque las ventanas no están diseñadas para dejar salir a los juveniles de la jibia, que mide hasta diez veces lo que mide un juvenil de merluza, en consecuencia todos mueren. Aquí estuvo el punto fuerte de este logro artesanal, la sustentabilidad de esta especie sumado a la falta de información científica confiable y fidedigna.

«Es falso que con este proyecto estemos poniendo en riesgo a la industria, Con mentiras no se avanza». Esta fue una de las frases pronunciadas durante la discusión legislativa por el diputado y presidente de la Comisión de Pesca de la Cámara de Diputados, Gabriel Ascencio (DC), quien ponía en perspectiva la discusión del proyecto que durmió cuatro años en la Comisión de pesca y que él llegó a despertar.

Acto seguido, despachó un mensaje directo a los industriales: «hay una cosa que ya no corresponde en estos tiempos, que el dueño de la empresa me mande al capitán del barco o a los trabajadores; está bien que yo hable con ellos, pero si el dueño de la empresa quiere hablar con nosotros que pida una audiencia por ley de lobby y que venga él a hablar». Su mensaje estaba dirigido a los grandes grupos económicos que se vieron beneficiados por la ley de pesca y que envían emisarios al Congreso, sin embargo dirigen la estrategia y el lobby desde las sombras.

Es que la ley de pesca dejó muchos heridos y las causas judiciales por soborno, fraude al fisco y cohecho denominadas «Corpesca» y «Asipes» han dejado al descubierto lo intervenido y frágil que está el Congreso Nacional, donde ahora «capitanes y trabajadores» de la industria pesquera insisten en un lobby a favor de los empresarios, la pregunta es ¿quién paga la cuenta?

Presión y llanto es la estrategia, sobre todo llanto con lágrimas arrendadas igual como ocurrió en la discusión de ley de pesca; pero mala noticia: no es tan fácil pasar un gol en el Congreso, este ya no es el mismo, los legisladores aliados de la industria están formalizados y aquellos que recibieron platas pesqueras ya son conocidos por todos en el Congreso.

Alfredo Irarrázaval C.

Gerente general de la Asociación Gremial de Pequeños y Medianos Empresarios Pesqueros de Chile (Pymepes A.G.)

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