"Frito, a la plancha o a la olla, este pescado ha conquistado a los penquistas por el estómago y antiguamente, también por el bolsillo. Estamos hablando de la famosa pescada, uno de los platos más requeridos por los chilenos y que anteriormente se podía obtener con facilidad y a un buen precio. Hoy se encuentra en plena decadencia", así comienza un artículo escrito recientemente por la estudiante de cuarto año de periodismo de la Universidad de Concepción, Xuksa Kramcsak, quien resalta que por su alta relevancia social, este recurso está vinculado con la pesca artesanal, el consumo interno y la generación de fuentes de empleo en las plantas de proceso asociadas a la flota industrial.

Buceando en la merluza

"El ciclo de vida de esta especie está fuertemente asociado a la columna de agua sobre el área de la plataforma y talud continental de Chile centro-sur.

Todo comienza con el desove (puesta de huevos), el cual se realiza durante todo el año, aunque el período de mayor intensidad se verifica en invierno-primavera, y un período de desove secundario en febrero-marzo de cada año. Su alimento consta de crustáceos (langostinos, camarones), moluscos (pequeños caracoles) y peces (anchovetas, sardinas y mote).

El principal método de captura que utilizan las industrias pesqueras es la red de arrastre. En cambio, los pescadores artesanales utilizan un espinel y línea de mano; que es más recomendado, ya que la red de arrastre puede destruir los ecosistemas marinos.

Según estadísticas del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), el desembarque total de la merluza en la Región del Bío Bío en el año 2002 fue de 86.410 toneladas y en el año 2005 fue de 35.472 toneladas. Mediante estas cifras se puede demostrar la baja de su producción, lo que conlleva una crisis en el sector, dejando a pescadores sin su fuente de trabajo.

Las cifras de la Subsecretaría de Pesca (Subpesca) agregan que el desembarque total nacional que en el año 2003 superaba las 120 mil toneladas, pero comenzó a descender hasta llegar a las 40 mil toneladas en el año 2006. La merluza común ha sufrido, no solamente un considerable deterioro en su tamaño poblacional, sino que, según biólogos marinos, también una gran reducción en la estructura de edades que ha afectado la conformación de su fracción adulta.

Posibles Causantes

Según el Profesor, Biólogo Marino y Doctor en Ciencias con mención en Zoología de la Universidad de Concepción, Cirio Oyarzún, las especies adultas de la merluza han desaparecido y sólo quedan juveniles, las cuales no han tenido su proceso de maduración sexual, pese a lo cual son extraídas, evitando su desarrollo.

También existe otro elemento importante, el aumento de la jibia, molusco depredador de la merluza que llegó a las costas chilenas desde la IV a la X Región.

Sin embargo, muchos concuerdan que la sobreexplotación de la merluza es lo que favorece su extinción. En el año 2002 se otorgaron 120 mil toneladas de cuota a extraer entre industriales y artesanales. La medición en que se fundamentaba esta cuota estaba muy por sobre las cifras de años anteriores. Además, influyen otras causas como la pesca de arrastre en áreas de reproducción y desarrollo de ciclos biológicos, los cuales conllevan al deterioro de los ecosistemas marinos.

Muchos intentos ha hecho Subpesca para revertir esta situación. Algunos de ellos han sido, fiscalizar las cuotas por región para el sector artesanal, los límites máximos de captura para el sector industrial y otras medidas técnicas para la extracción.

Aproximación Biológica

Para Cirio Oyarzún, el problema de la crisis de la merluza abarca más de una causa. Cree que si hubiera que repartir responsabilidades, los niveles de la pesca se llevarían la culpa. Además, recalca que sólo el año pasado Subpesca otorgó un periodo de veda para la reproducción de la merluza.

Se ha llegado a una situación en donde la estructura de edades de las poblaciones de la merluza se ha alterado completamente. En una población natural de peces, de 10 años como ocurre en la merluza, se encuentran de todos las edades y toman lugar hasta llegar a ser más viejos. Pero, en este momento la merluza está sustentada sólo por las primeras tallas. Eso explica el porqué en los mercados se encuentran pequeñas y muy pocas.

Oyarzún explica que los huevos de cada hembra, se ven limitados por las capturas antes de la talla de primera madurez, es decir, no tienen la posibilidad de reproducirse por primera vez. Por lo tanto, esta pesca dificulta la renovación natural que debe realizarse.

Por otro lado, también le resta importancia a la influencia de la jibia. "A pesar de que se encuentra en abundancia desde hace años y que es un depredador natural, se le ha recargado mucho su rol de la escasez. La merluza en su historia de vida, se ha dado con o sin jibia", asegura.

Ante la afirmación de que una de las causas posibles de que la merluza se extinga sea por el aumento de las temperaturas de las aguas (consecuencia del calentamiento global), Oyarzún reconoce que quizás pueda tener algún efecto. "Los cambios oceanográficos y climáticos pueden influir, pero la ventaja de estos peces, es que si hay algo que los afecte, ellos migran hacia el norte o hacia el sur".

Históricamente la merluza es reconocida por tener dos períodos reproductivos en el año: Uno en marzo, el cual se llama "peak secundario", y el otro, que es más duradero a fines de agosto y septiembre. En el primer período reproductivo del año, los peces pequeños no alcanzan a reproducirse y Oyarzún recalca, que si no se da ese espacio, difícilmente se recuperará la merluza.

La captura de la merluza en la VIII Región es de suma importancia por su actividad económica, ya que sostiene una importante industria de trabajo. Pero en la pesca artesanal representa una relevancia social, pues el pescador artesanal vive y respira en su trabajo. En la caleta de Cocholgue, la crisis de la merluza afectó radicalmente, ya que era conocido que pescaban gran cantidad de tal recurso.

Las soluciones que plantea el académico abarcan más de una medida, recalca que no se puede trabajar solamente disminuyendo la cuota de pesca. Es recomendable proteger el período de producción, una veda más prolongada (no sólo en el período reproductivo, sino en el período de "peak secundario") y proteger áreas específicas, como por ejemplo, donde las merluzas juveniles habiten. Ciro Oyarzún no se aleja de la posibilidad, si se quiere ser estricto, de incluso parar la pesca un par de años para darle espacio a la población y de este modo recuperarse.

Causas ecosistémicas

El gerente de Operaciones de Flotas de la Pesquera El Golfo S.A., Marcel Moenne, se refiere a las exportaciones de la merluza y a los países en donde se consumen este recurso. Así, explica que el 80% de lo que se pesca industrialmente, se utiliza para hacer filetes congelados de exportación. El 20% restante se destina a venta en fresco, en terminales pesqueros y supermercados. Los principales destinos de estas exportaciones son Estados Unidos, Australia y el continente Europeo.

Las desventajas que se han visualizado en la industria pesquera con respecto a la crisis de la merluza, se han materializado en la baja de las cuotas a menos de la mitad, lo que implica menos barcos en operación, y a la rebaja de trabajadores en la planta a menos de la mitad de lo que era. Otro punto importante, es que se hace más difícil capturar a la merluza lo que deriva en un negocio más pequeño y complicado.

Jibia, depredador oportunista

Según Moenne, la crisis del recurso se produce por varias causas, pero la principal es por el efecto de la invasión de la jibia desde el año 2002. "Como no es endémico de este hábitat, es un depredador oportunista, el cual anteriormente fue una plaga, pero sigue presente en las costas chilenas".

Moenne adjudica la pérdida de las merluzas adultas al fenómeno de la jibia y reafirma que hubo errores de manejo al no prever este problema. "En los años 90 la merluza competía por su alimento con otros recursos, la biomasa de ésta alcanzo el mayor número del cual se tenga registro. Con poca disponibilidad de alimento, la merluza adulta comía de las merluzas más pequeñas. La cantidad de pequeñas merluzas que fueron consumidas (200-800 mil toneladas) superaron el doble de lo que se pescaba (100 -140 mil toneladas).

Moenne afirma claramente que "son problemas más ecosistémicos. Esa abundancia de biomasa de merluza, actuó sobre los juveniles, impidiendo la renovación y dejándola para el ataque de las jibias".

El lado B: los artesanales

Otro de los actores de relevancia, son los pescadores artesanales. Sin duda, son los que se han llevado los mayores problemas, incluso siendo radical para algunas caletas que solamente capturaban tal recurso.

El presidente de la Federación Regional de Pescadores Artesanales (Ferepa), Hugo Arancibia, explica que la importancia social de la merluza se encuentra relacionada con la mano de obra que se requiere. Especifica que 1.050 pescadores artesanales están vinculados directamente en el trabajo de la merluza en la Octava Región. A esto hay que agregar, que cada pescador artesanal se presume que representa un grupo familiar al menos. Según Arancibia, se hablaría de unas 4200 personas que hoy se encuentran sin el sustento diario para vivir.

El presidente de la Ferepa señala que el fenómeno de la crisis ha conllevado a que estos 1.050 pescadores artesanales estén cesantes e incluso han tenido que migrar a otras zonas para alimentar a sus familias.

Con respecto a las causas de tal fenómeno, Arancibia comenta que éstas todavía no se aclaran ya que la autoridad pesquera (Subpesca) afirma que es por efecto de la jibia. Pero recalca que la opinión de la FEREPA es que la propia mano humana terminó con tal recuso, culpando a la industria pesquera y artesanal; no obstante, destaca la equivocación de Subpesca al aumentar la cuota cada año, presionada por la industria pesquera.

Como solución a la crisis, Arancibia plantea la necesidad de adoptar el cierre definitivo de las inscripciones de pesca, dar una veda total del recurso de la merluza por un par de años y seguir colaborando con los más afectados que son los pescadores artesanales. La ayuda se debe materializar en créditos blandos, canastas familiares y la entrega de capitales semilla que les permita buscar nuevas alternativas.

El plan de rescate

Subpesca no se ha quedado atrás y dada a la situación de alto riesgo de la conservación y renovabilidad de la merluza común, diseñó e implementó un plan de conservación y recuperación de tal pesquería.

El sectorialista pesquero de la Subsecretaría de Pesca, Jorge Farías, a cargo del diseño del Plan de Recuperación de la Merluza común, señala que el plan de restauración de la pesquería de merluza común (PR-MC) se encuentra en pleno proceso de desarrollo y corresponde a un plan de manejo de la pesquería, es decir, un conjunto de acciones de ordenamiento pesquero coordinadas con objetivo de conservación y sustentabilidad de la actividad extractiva, consensuadas por los grupos de interés. Esto requiere del diseño de procedimientos de gestión pesquero y el establecimiento de reglas de decisión, mediante un comité científico y una comisión de manejo.

Farías señala que lo importante es que este plan sea legitimado por los actores de interés y no impuesto; y que se aplicará a toda la unidad de pesquería de merluza común, es decir, a la actividad extractiva sobre el recurso entre la IV Región y la X Región.

Sin duda es favorable que se estén tomando medidas públicas para recuperar la merluza común. El reconocimiento del problema y su posterior análisis científico, demuestra que existe preocupación para la renovación del recurso, lo cual debería devolver la tranquilidad a quienes encuentran en esta especie el sustento diario".