En Chiloé: La Armada y fiscalía intentan contener la «guerra del loco» en la zona
La cadena concluye en Santiago en un distribuidor, que adquiere o financia toda la operación para realizar la venta de los locos en el comercio minorista y restaurantes.

(La Segunda) La noche del lunes 10 de febrero la Capitanía de Puerto de Ancud, Provincia de Chiloé (Región de Los Lagos), realizó un operativo en el que incautó armamento de fabricación artesanal, en el marco de un sospechoso viaje en lancha con tripulantes indocumentados, que se enmarcaría en la verdadera «guerra del loco» que se vive en la zona de Chiloé.
La investigación ha detectado toda una red estructurada sobre un negocio ilegal que busca evadir la veda del molusco loco (Concholepas concholepas) y robarles a quienes sí tienen autorización para explotarlo, gracias a planes de manejo. El uso de lanchas rápidas, armas y una logística para enviar el producto a Santiago han obligado a la Armada también a modernizar su flota de patrulleras.
Dificultades del manejo
Como el molusco se desarrolla en roqueríos y sectores de difícil acceso, su explotación y cuidado solo se puede realizar desde el mar. Este Talón de Aquiles del negocio ha permitido la proliferación de bandas organizadas que se dedican a robar este recurso para contrabandearlo, principalmente, a Santiago.
La zona más conflictiva en este ámbito es el Archipiélago de Chiloé (Región de Los Lagos), donde coexisten numerosas áreas de manejo de locos, centros de cultivo salmón y trucha, y la mayor dotación de tripulantes pesqueros del país. Todo lo cual provoca un incesante tráfico de embarcaciones por más de cien canales que existen en la región.
Según explican en el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), «el loco tiene una veda de extracción hasta 2017 y la única forma de obtener loco de origen legal es aquel que se extrae desde un área de manejo. Ese producto sale con una guía visada que acredita origen, y si no existe esta acreditación corresponde a producto de origen ilegal». De esta forma, para asegurar el origen lícito de una partida de locos, Sernapesca sella los camiones en los que se transportan y son abiertos por funcionarios de ese servicio en el punto de destino.
“Hoy existen verdaderas bandas organizadas que cuentan con lanchas rápidas (para desplazarse y huir de la autoridad), buzos (que extraen el recurso) y una cadena de transporte que traslada los locos en camiones con compartimentos secretos o mezclados con otras cargas y que suelen desplazarse por caminos secundarios para evadir los controles”, explicó el fiscal regional de Los Lagos, Marcos Emilfork.
La cadena concluye en Santiago en un distribuidor, que adquiere o financia toda la operación para realizar la venta de los locos en el comercio minorista y restaurantes.
Un negocio lucrativo que, por ejemplo, en Arica ya ha sido vinculado por el Ministerio Público con el intercambio por droga. “Algo que en la Región de Los Lagos aún no se ha podido comprobar”, dijo Emilfork.
Para evitar esta cadena, actualmente Sernapesca y Carabineros desarrollan controles rutinarios en los caminos secundarios de la región, logrando desbaratar a la fecha al menos a cuatro bandas que operaban con este negocio en los últimos dos años.
Según las estimaciones de los propios afectados, las pérdidas que generan estos ataques pueden llegar a los 20.000 locos por incidente, lo que equivale a unos $30 millones.
«Ellos vienen, se roban los locos, después los venden a $6.200 el kilo y el producto llega a Puerto Montt y nadie hace nada», todo ello sin considerar las lesiones y otros daños que provocan estas bandas en cada ataque, explicó a la prensa local la presidenta de la Confederación Nacional de Pescadores Artesanales (Conapach), Zoila Bustamante.
Otras autoridades de la zona comentan que el conflicto también se ha extendido a Calbuco y Carelmapu.
Armada refuerza equipamiento
Para enfrentar este problema, la Armada de Chile viene implementando en la región un plan tendiente a incorporar lanchas rápidas, del tipo Arcángel y Defender (fabricadas en Estados Unidos), con el propósito de fiscalizar e interceptar a las «lanchas rápidas» que circulan por los canales de Chiloé. Además de contar con el apoyo de helicópteros y otras aeronaves institucionales.
«Hasta el momento no se han producido enfrentamientos armados entre estas bandas y efectivos navales; sin embargo, estamos preparados para esa eventualidad», afirmó el capitán de navío Claudio Figueroa, gobernador marítimo de Puerto Montt.
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