Seminario de Aquagestión: Fuerte llamado a generar una «cultura de inocuidad»
Citando a Frank Yiannas, Michel Leporati enfatizó que “el objetivo de los profesionales de la inocuidad debe ser crear una cultura de inocuidad, no programas de aseguramiento de la calidad”.

Este miércoles 5 de diciembre, se realizó en el Hotel Cumbres de Puerto Varas (región de Los Lagos) el seminario sobre “Cultura de Inocuidad y Calidad” organizado por Aquagestión, el cual contó con destacados expositores nacionales y con el patrocinio de Medios AQUA.
El gerente de División Aquagestión, Jorge Toro, fue el encargado de abrir el encuentro, relatando la experiencia de su compañía en la construcción de una cultura de excelencia. Según lo explicado por el ejecutivo, al interior de la empresa se dieron cuenta de que “el cambio que queríamos generar no sería efectivo con capacitaciones de ocho horas. Debíamos continuar bajando el mensaje sin afectar la operación”.
Fue así como se creó un equipo de “Embajadores de Calidad”, quienes trabajaron muy de cerca con todo el personal. Se comenzó preguntando a los trabajadores “qué hacen” y “cómo lo hacen”, para lo cual siempre había una respuesta más o menos acertada y rápida. Sin embargo, preguntaron también “¿por qué lo hacen?” y fue allí donde se fue generando el cambio, pues esto hizo reflexionar a los colaboradores sobre la importancia que tiene cada uno de los roles.
“Con esto, logramos instaurar un sentido de pertenencia; entender por qué hago lo que hago, lo que derivó en más compromiso, motivación y conexión con las personas”, expuso el profesional. El desafío 2019 para Aquagestión consiste en seguir involucrando a las personas desde el sentido, midiendo el impacto de la instauración de esta nueva cultura a través de Kpi.
Por su parte, el director de Ceres BCA, Michel Leporati, expuso sobre cómo promover un abordaje cultural como estrategia para enfrentar los nuevos desafíos de inocuidad en un contexto de cambio de época. El ejecutivo partió mostrando cifras que dan cuenta de la importancia de mantener buenas prácticas en la industria alimentaria. Por ejemplo, mencionó que cada año hay unos 600 millones de personas que padecen enfermedades transmitidas por alimentos, las que provocan unas 420.000 muertes y donde 140.000 de ellas son en niños menores de cinco años. También mencionó el alto número de muertes por enfermedades no transmisibles (ECNT) vinculadas al sobrepeso y obesidad, así como a una mala dieta, y recordó que las proyecciones para los problemas asociados a la resistencia antimicrobiana (RAM) también son preocupantes.
“En torno a los alimentos se desarrolla un conjunto de dimensiones de nuestra existencia que van desde una esencialidad vital en sus fundamentos nutricionales y sanitarios hasta llegar a los de la cocina y la gastronomía vinculados al placer sensorial y la creatividad artística e intelectual, pasando por dimensiones económicas como objeto de consumo”, expuso el experto.
Añadió que “nunca en la historia de la humanidad los alimentos habían sido más seguros que hoy en día. Sin embargo, nunca en la historia hemos tenido más preocupación por la seguridad de los alimentos que en la actualidad”. Citando a Frank Yiannas, el ejecutivo enfatizó que “el objetivo de los profesionales de la inocuidad debe ser crear una cultura de inocuidad, no programas de aseguramiento de la calidad”.
Posteriormente, el coordinador del Área de Vinculación con el Sistema de Fomento I +D de Achipia, Manuel Miranda, se refirió a cómo el país está trabajando en promover una cultura de inocuidad en la sociedad. En ese sentido, dijo que lo que se busca es “construir hábitos y comportamientos individuales, organizacionales y sociales en torno a la inocuidad y la calidad de los alimentos en cada uno de los estamentos que componen el Sistema Nacional de Inocuidad y de Calidad Alimentaria en nuestro país, así como mejorar el desempeño del sistema de control de alimentos en beneficio de una cada vez mejor capacidad de responder a las exigencias de la ciudadanía y de los mercados”.
“La cultura de inocuidad que queremos construir es un marco de referencia para el sistema y en su concepción más amplia involucra a la sociedad. Ese marco de referencia que se expresa culturalmente (comportamiento y valores) debiera ejercitarse aun sin ser parte de la industria, sino que en cualquier relación con los alimentos”, reforzó.
La experiencia de PF
Para finalizar, el gerente de Calidad e Innovación de Productos Fernández (PF), Jaime Labbé, relató a los asistentes la experiencia de esta empresa –conocida por la elaboración de cecinas y embutidos– en torno a la gestación de una cultura de inocuidad. Se refirió a como, en los últimos 18 años, la firma fue cambiando su modelo de gestión de inocuidad corporativa y de gestión integrada, pasando por el desarrollo de estrategias de intervención actitudinal en los trabajadores, hasta el despliegue de mecanismos de comunicación y campañas corporativas.
Un hecho que llamó la atención tuvo que ver con cómo esta compañía ha ido sumando a la familia en el desarrollo de una cultura de inocuidad, incluso a los niños, encontrando en esta última opción una buena forma de instaurar buenos hábitos en todo el personal. ¿Cómo lo hicieron? A través de obras de teatro que, de manera lúdica y entretenida, enseñan a los niños –y colateralmente a las familias– a tener un comportamiento alineado con la inocuidad como parte de sus vidas, lo que, por supuesto, tiene un impacto en el desempeño laboral.
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