En poco más de 30 años, la industria del salmón en Chile ha llegado a convertir al país en el segundo productor mundial gracias a múltiples factores. Algunos de estos son el espíritu emprendedor de sus fundadores, la capacidad innovadora de sus ejecutivos y trabajadores, la calidad de sus aguas y la adopción de conocimientos y productos desde otros países. Dentro de los últimos se encuentran las investigaciones en nutrición realizadas por productoras de alimento para peces internacionales y la posterior elaboración de dichas formulaciones por parte de sus filiales.

Sin embargo, en los últimos cinco años, las visiones y estrategias han comenzado a cambiar. Las productoras de alimento para peces comenzaron a construir y operar sus propios centros de investigación con el objetivo de dar respuesta a los desafíos específicos que enfrenta la industria local. Este es el caso de Skretting Chile que, en 2014, comenzó a albergar la idea de contar con su propio centro de investigaciones.

Permisos, ingeniería, proyectos de especialidades y los recursos necesarios para concretar el anhelo de Skretting Chile se fueron dando uno a uno hasta que, en febrero de 2017, comenzaron los primeros movimientos de tierra en un terreno aledaño a la emblemática planta que la compañía posee en el sector de Pargua, región de Los Lagos.

Lea >> Para aumentar su capacidad en I+D: Skretting inaugurará nuevo centro en Chile

A mediados del año pasado, el director de ARC Skretting, Álex Obach, adelantaba a AQUA que en el centro de investigación se invertirían más de US$5,5 millones y que “lo estamos construyendo más grande de lo que necesitamos actualmente, pensando en poder ampliarlo fácilmente si es necesario”.

El ejecutivo entregaba otra pista al destacar que Chile les permitía “incluir investigaciones con salmón coho”, a diferencia del centro de Noruega, donde solo se investiga en salmón Atlántico y trucha arcoíris.

Lea >> Álex Obach, director del ARC Skretting: Dando una mano a la revolución azul

Puerta en marcha

Una de las pocas personas que conoce cada detalle de la nueva infraestructura, la ubicación y razón de ser de los 1.040 equipos que considera todo el sistema o la labor de los profesionales que allí se desempeñan, es el ingeniero acuícola con 25 años de trayectoria Juan Gutiérrez, ejecutivo que desde noviembre de 2015 lidera este emblemático proyecto.

Sobre sus hombros recayó la responsabilidad de diseñar “un centro con un concepto minimalista, de alta flexibilidad, que alojara todos los procesos bajo un mismo techo”, dice Gutiérrez. Para llevar adelante el proyecto técnico se buscó el apoyo de renombradas empresas de ingeniería y sistemas de recirculación del medio, siendo Steinsvik quienes finalmente presentaron la propuesta más acorde con las definiciones de flexibilidad que se buscaba plasmar en el diseño y operación final. También debió hacerse cargo de la compra del material biológico que ingresarían a las instalaciones.

“En junio de 2017 acordamos la compra de ovas de un alto estándar genético y sanitario, lo que nos permitió ingresar -a fines de 2018- cuatro grupos en diferentes estadíos: peces de 200 gramos, 100 gramos, 30 gramos y ejemplares de menos de un gramo, pudiendo desafiar varios sistemas de producción y de tratamiento de agua en paralelo”, detalla Gutiérrez respecto de los salmónidos que ya nadan en algunos de los 72 estanques con que cuenta la unidad (48 para ensayos y 24 para la producción) y que hoy, en algunos casos, ya bordean los dos kilos de peso. A partir de enero de este año, se continuó con el ingreso exclusivo de ovas para poder asegurar la disponibilidad, todo el tiempo, de los mejores ejemplares para llevar a cabo las diferentes experiencias nutricionales dentro del nuevo centro de investigación.

Lea >> Skretting por ARC Pargua: “Nuestro centro está 100% enfocado en la validación de dietas”

“El contrato anticipado con la proveedora de ovas nos ha permitido adelantar un año prácticamente de producción, permitiendo validar la operación de los sistemas rápidamente. Son pruebas que debíamos hacer antes de comenzar a realizar los ensayos nutricionales definitivos”, comenta el líder de un equipo de profesionales nacionales de primer nivel, con una amplia trayectoria en producción de peces en sistemas altamente tecnificados y también en centros de I+D.

Desafíos chilenos

“La principal misión de este centro es realizar validaciones e investigación 100% aplicada”, comienza diciendo el gerente del Skretting ARC Pargua, para detallar que en sus diferentes salas desarrollarán “validación de productos, ensayos comparativos entre diferentes dietas, evaluación de nuevas materias primas y aditivos entre otros, todos ellos orientados específicamente a temas nutricionales», apunta el ejecutivo.

Y claro, las prestaciones y flexibilidad con que fue diseñado el Skretting ARC Pargua cobran alta relevancia respecto del último punto. “Acá podemos hacer pruebas con agua dulce o agua de mar, a diferentes temperaturas o niveles de oxígeno. Esta unidad de investigación nos permite tener cubiertas la mayor cantidad de parámetros para, por ejemplo, probar dietas según condiciones específicas de temperatura o salinidad, considerando que como industria ya estamos produciendo firmemente en tres regiones con realidades ambientales muy particulares entre sí”, afirma Liliam Rioja, R&D Production manager de Skretting ARC Pargua, mientras apunta a una de las pantallas táctiles que está adosada a la pared de una de las salas de ensayo. Desde allí se puede aumentar o disminuir fácilmente los niveles de oxigenación del agua de uno o un conjunto de estanques.

En este punto, se puede destacar que los representantes de Skretting ARC Pargua están cerrando o potenciando acuerdos con universidades, centros de investigación o proveedores de forma de enfrentar potenciales desafíos en materia de disponibilidad de materias primas (animales o vegetales) y, de esta forma, proyectar a futuro las mejores formulaciones posibles para la salmonicultura local.

Bioseguridad por sobre todo

“En el tema de la bioseguridad no nos perdimos e invertimos bastantes recursos para garantizar la calidad sanitaria del agua”, comenta el gerente de Skretting ARC Pargua mientras apunta al borde costero ubicado a unos 600 metros y desde donde captan, y restituyen, agua de mar gracias a un innovador sistema de infiltración en playa. Tanto esta agua como la que toman desde pozos profundos son filtradas mecánicamente y luego pasadas por sistemas UV de altas dosis. Según sea el requerimiento, estas aguas ingresan a sistemas de recirculación, reúso o flujo abierto para, luego, ser devueltas al medio ambiente en igual o mejores condiciones.

Pero la bioseguridad no solo aplica al uso de agua. El personal que se desempeña al interior de las modernas instalaciones debe cumplir rigurosos protocolos antes de ingresar a cualquiera de las salas de ensayos. Lo mismo para los insumos, que pasan en forma diferida.

Se podría ahondar en los sistemas de tratamiento de agua, las bombas de calor, los back up de agua que otorgan hasta 48 horas de autonomía o la implementación de sistemas de automatización que permitirán controlar todo a distancia desde un teléfono, pero seguramente será materia para cuando inauguren oficialmente las modernas instalaciones en nutrición de peces a las que AQUA pudo visitar previamente.