Durante este año, la falta de vertederos industriales y rellenos sanitarios han estado en el centro de las noticias medioambientales, afectando el funcionamiento de la industria acuícola, fundamentalmente de la mitilicultura en la región de Los Lagos.

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Es así como nació EcoValora A.G., asociación gremial que busca ser un actor clave para la solución de los desafíos ambientales en Chiloé y la Patagonia. «Somos una asociación que agrupa a pequeños y medianos emprendedores que ecovalorizamos residuos, reciclando y reutilizando desde la conchilla de mitílidos, cartones, plásticos y vidrios del comercio, hasta plumavit y cabos de diversas industrias del sur», puntualizó el director ejecutivo (CEO, por su sigla en inglés) de GreenSpot, firma que es parte de EcoValora, en una columna publicada en septiembre.

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Y a poco más de cuatro meses desde que se constituyera dicho gremio, AQUA conversó con su presidente, James Muspratt, quien abordó el tema desde sus distintas aristas, incluida la relacionada con el estallido social que tiene a gran parte del país abogando por causas, derechos y reivindicaciones históricas.

¿Qué radiografía hacen sobre la situación actual de los vertederos industriales y rellenos sanitarios en la región de Los Lagos, especialmente en Chiloé? ¿Y quiénes, a su juicio, son responsables?

La situación que enfrentamos hoy es el resultado de diferentes factores que tienen como consecuencia una comunidad que no quiere basura, ni vertederos, ni rellenos sanitarios tanto para desechos domésticos como industriales. Tampoco quiere emprendimientos para reciclar u otras industrias cerca de sus casas.

Para analizar la problemática a fondo es importante entonces tomar en consideración como factores más importantes el grado de aumento en desechos, tanto domiciliarios como industriales, brechas en el traspaso de responsabilidades ambientales entre ministerios (Ministerio de Salud a Ministerio del Medio Ambiente), la falta de una planificación territorial y los prejuicios de redes sociales, entre otros, pero al final todos influyen.

Ahora bien, necesitamos revisar algunos antecedentes para entender la evolución de esta crisis. Desde hace varias décadas Chile está muy enfocado en el crecimiento económico. Este crecimiento está basado en la economía lineal. Significa que Chile ha estado desarrollando negocios para maximizar utilidades rápidas para los que han creado esos negocios. El crecimiento económico se aceleró con booms en múltiples industrias. Aquí en la región de Los Lagos, la salmonicultura, la leche, varias frutícolas, la mitilicultura, se dispararon. Eso tuvo como resultado un crecimiento dinámico, que produjo una explosión del consumismo, aumentando la demanda en bienes personales, en el mercado inmobiliario, entre otros, generando círculos virtuosos en el desarrollo económico. Este nivel de consumismo y las actividades industriales expandidas crearon un aumento exponencial en los niveles de desechos, sin el concepto de la responsabilidad del productor de residuos y una adecuada estructura que incentive no generar ni reducir basura. La economía circular, al otro lado, tiene como principio número uno esa responsabilidad.

Por otra parte, el gobierno se dio cuenta que debía mejorar la protección del medio ambiente. Formó un nuevo ministerio para este efecto, el Ministerio del Medio Ambiente (MMA), el que comenzó a hacerse cargo de operaciones que tenían un impacto importante sobre el medio ambiente desde el Ministerio de Salud. La transición fue planificada para el año 2012, bajo la Ley D.S N°40. Esta ley exigió que todas las actividades que impactan sobre el medio ambiente deberían entregar su Declaración y Evaluación de Impacto Ambiental (DIAs o EIAs). Varias empresas que administraron vertederos encontraron maneras de dilatar ese proceso con instrumentos como “planes de cierre”, operando bajo antiguos permisos que requerían poco o nada de inversión, y por lo tanto, mantuvieron los bajos costos en operación, obligando a todos los emprendimientos que buscaban desarrollar soluciones más sostenibles para los desechos a mantener sus cobros muy bajos o tuvieron que salir del rubro. Como resultado, pocas operaciones de reciclaje eran rentables.

Y es aún peor para los recicladores, quienes deben enfrentar trabas mayores que los mismos vertederos.

¿Cómo esta problemática los ha afectado a ustedes como recicladores?

El reciclaje o la valorización de residuos, como nos gusta llamarle en nuestro gremio, EcoValora, es un sector que se hace cargo de los problemas creados por otros. Por definición trabaja con desechos industriales y/o domésticos. Es más complicado operar una empresa recicladora que un relleno sanitario. Es común que el desecho que el reciclador quiere valorizar, y que necesita para su proceso, esté mezclado con otros desechos. Esto significa que debe separar los materiales que contiene, procesar los que busca y deshacerse de los que no pueden procesar. Después tiene que empacar y guardar antes de vender el producto. Todo este proceso y tiempo es implementando resguardos para el medio ambiente; es complejo, desgastante y en general mal pagado, y desincentiva cualquier iniciativa.

Otra falla que generó la crisis sanitaria en Chiloé fue la falta de planificación territorial, para guiar al sector en su ubicación, y no generar impactos sobre la comunidad. En Chiloé no hay Planes de Ordenamiento Territorial (PROT) que orienten el emplazamiento de las diferentes actividades que se desarrollan en el territorio, como por ejemplo los rellenos sanitarios o las plantas de reciclaje.

En décadas anteriores, algunas industrias efectivamente han cometido abusos laborales y ambientales. Estos abusos son difíciles de olvidar y el nuevo sistema de redes sociales que compite por la atención del público ha creado un ambiente de sensacionalismo y acusaciones de malas prácticas. El público tiende como una primera reacción a sospechar, rechazar y acusar, en lugar de apoyar.

Cuatro cosas están claras como resultado: primero, hay muchos desechos industriales y domésticos por tratar y cada año se generan más. Segundo, los estándares ambientales en la administración de desechos industriales y domésticos están sub-óptimos. Tercero, la falta de incentivos para reciclar no permite un desarrollo dinámico e integral del rubro. Cuarto, y peor, hay un rechazo a actividades industriales (reciclaje u otra) por la comunidad. Ese rechazo va a frenar el desarrollo y la adopción de cualquier iniciativa en el futuro.

¿Qué soluciones proponen para enfrentar este escenario?

La solución empieza por alentar a los recicladores en su tarea. Hay varias maneras de cumplir esto, pero se requiere de una autoridad, industria y comunidad que apoyen proactivamente. Ejemplos concretos de instrumentos que están empujando en esta dirección son: la Ley REP, que obliga a la industria y a los comerciantes a considerar el reciclaje de sus productos; el Plan Regional de Ordenamiento Territorial (PROT), que es un instrumento estatal que puede guiar la ubicación de distintas actividades; también están los programas de educación comunal, regional y nacional sobre reciclaje; apoyos estatales que bajan el riesgo de emprendimiento en actividades de reciclaje, y economía circular.

Más en detalle:

– La Ley REP que obliga a reciclar se va a operativizar el 2021. ¡Fantástico! Pero igual los recicladores tienen la experiencia de la Ley D.S. N°40. Saben que el traspaso entre ministerios puede significar tergiversaciones y malentendidos que podrían hacer fracasar las buenas intenciones de los planificadores. Espero esta vez que “planes de cierres” e instrumentos para crear competencia desleal no se estén implementando como ha pasado con la Ley D.S. N°40.

– El PROT es un instrumento estatal, que a pesar de su importancia ayudando a guiar actividades del sector privado, no ha sido implementado en muchas provincias. Sin un ordenamiento territorial van a continuar los conflictos entre iniciativas para reciclar y sus vecinos.

– Los programas de educación están en curso, pero según estudios de la Seremi del Medio Ambiente hay brechas grandes donde los ciudadanos dicen que quieren reciclar, pero las estadísticas muestran que, aún teniendo opciones disponibles para reciclar, no reciclan. Algo entonces no está funcionando bien.

– Corfo tiene varios programas para promover el reciclaje y la economía circular. A pesar de este fomento estatal, solo el 2% de los desechos industriales se está reciclando (MMA).

Como último comentario, los parques industriales para reciclaje o ecoparques podrían ayudar enormemente a la industria de reciclaje y a la economía circular. Es sabido que “clústers” de actividades que siguen círculos virtuosos proveen la concentración de productividad, el fomento de la innovación (por cooperación y competencia), y la creación de nuevas oportunidades.

No es solamente instalaciones de ecoparques, sino que tiene que ser administrado en una forma que garantice neutralidad en su administración y que promueva por sobre todo el cumplimiento normativo en sus instalaciones y procesos.

¿De qué forma el estallido social del país ha tocado al rubro?

Actividades industriales, y sobre todos rellenos sanitarios, están mucho más vulnerables a la opinión publica y han desviado la atención de la crisis sanitaria que aún vive nuestra isla (Chiloé).

¿Y qué iniciativas pueden o están tomando en el sector para responder a las reivindicaciones?

Hoy hay un acercamiento entre autoridades y la industria productora, quienes lentamente están entendiendo que necesitan incorporar a los recicladores y la comunidad en estos planteamientos. Soluciones para el corto plazo son importantes, pero la factibilidad de implementar estas soluciones van hacer en base a garantías sobre la economía circular en el mediano y largo plazo.

El gremio

¿Qué los motivó a crear EcoValora, y cuáles objetivos han alcanzado hasta ahora? Además, ¿de qué manera otras entidades pueden participar del gremio?

Nuestra motivación reside en el entusiasmo para que más desechos sean reciclados. En EcoValora tenemos diferentes socios que tienen a su vez diferentes motivaciones, pero todos sin excepción mostraron entusiasmo para promover este objetivo. Hay socios que quieren participar en temas de educación, hay otros que quieren masificar el reciclaje, y otros, que buscan avanzar en innovación a través de la fabricación de insumos en base a materiales reciclados.

Desde que nos conformamos, con el apoyo de Sercotec (Servicio de Cooperación Técnica), a través de un proyecto de creación y fortalecimiento gremial, hemos trabajado en varios aspectos, pero principalmente nos hemos abocado a conocer nuestras brechas y las del sector de la valorización de residuos, donde destacan las necesidades de  capacitación, mejorar aspectos logísticos, tecnología, inversión, avanzar en  investigación, en educación, en el ordenamiento territorial y el fortalecimiento de vínculos entre los generadores de residuos y los que quieren reciclar esos desechos.

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Estamos formando vínculos con la industria en la isla. Por ejemplo, la organización AmiChile (el gremio de mitilicultores) liderado por Branco Papic (presidente) y Yohana González (gerenta), quienes han sido un importante apoyo para nuestro gremio. Queremos formar los mismos vínculos con la salmonicultura y otras industrias en la provincia. Igual es importante trabajar con instituciones públicas y estamos iniciando algunas colaboraciones con la Secretaría Regional Ministerial (Seremi) del Medio Ambiente, a través de Bárbara Herrera y Catalina Rivera, con quienes hemos compartido en charlas sobre la nueva Ley REP. También, nos hemos acercado al Gobierno Regional (GORE) que administra el PROT y hemos recibido respuestas positivas para una evaluación multisectorial (base de un PROT). Con las municipalidades, a su vez, quisiéramos fortalecer vínculos.

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¿Qué conclusiones dejó el taller sobre valorización de residuos efectuado en Castro?

El taller de la Seremi del Medio Ambiente fue motivador. Bárbara y Catalina explicaron la Ley REP. En 2021 todas las empresas tienen que tener un plan de reciclaje para sus propios productos implementado. Esta ley va a marcar un tremendo cambio para el medio ambiente. Para las empresas que no están preparadas va a marcar una crisis, ojalá no sea del mismo nivel de los problemas asociados con el acceso a vertederos que tenemos hoy.

En EcoValora lo vemos como una gran oportunidad para los recicladores y para la gente que no está participando en reciclaje, pero que quiere emprender. Creemos que EcoValora puede cumplir un rol importante para fomentar la economía circular, integrando lo económico, lo ambiental y lo social dentro de una perspectiva que coayuda a la sostenibilidad del territorio. Creemos que eso se puede lograr con esta nueva ley.

¿De qué maneras ustedes garantizan que realmente se logra la economía circular?

Nuestro propósito es apoyar a la economía circular en base al reciclaje, y vemos una oportunidad para fomentar la economía circular en las cinco principales actividades económicas que se desarrollan en la región. Dos tienen una escala mundial, la salmonicultura y la mitilicultura. Las otras tres no tienen escala internacional, pero son altamente importantes, me refiero a la pesca, agricultura y turismo.

Creemos que podemos aprovechar sinergias en emprendimientos de innovación para el tratamiento de los desechos de las dos industrias más grandes, para así fomentar oportunidades y emprendimientos vinculados a las actividades de pesca, agricultura y turismo, además de apoyar la valorización de residuos domiciliarios con una fuerte colaboración con los municipios.

*La foto destacada es de contexto.