Nuevas tendencias: El bienestar animal 4.0
Se puede rastrear la preocupación por el bienestar animal hasta a las antiguas creencias religiosas como el hinduismo y el budismo, e incluso antes, pero fue hasta 1822 que en irlanda y reino unido surgen los primeros proyectos de ley en esta materia.

El jueves 23 de septiembre de 2021, entró a la Cámara de Diputadas y Diputados el proyecto de Ley llamado “Individuos no Toneladas”, que establece estándares de bienestar animal para peces y otras especies de producción acuícola, y se ha mantenido en etapa de Primer trámite constitucional desde entonces.
Este proyecto, que fue patrocinado por los diputados Jorge Brito (RD), Karol Cariola (PC), Daniella Cicardini (PS), Marcelo Díaz (IND), Cristina Girardi (PPD), Tomás Hirsch (PH), Diego Ibáñez (CS), Claudia Mix (Comunes) y Catalina Pérez (RD); tiene la intención de “establecer con claridad estándares de bienestar animal aplicables a animales acuáticos de producción, teniendo los siguientes: a. Establecer estándares de bienestar animal en la industria de la acuicultura en todas sus etapas de producción, transporte y sacrificio; b. Prohibir la venta y la cocción de peces y otros animales acuáticos vivos en determinadas instalaciones”, según explicita el documento.
¿Qué entendemos por bienestar animal?
El bienestar animal hoy en día es definido como la calidad de vida de un animal, y comprende una dimensión real y una dimensión ética.
Como explica la Dra. Sandra Bravo de la U. Austral de Chile, “la dimensión real está vinculada al conocimiento de cómo el animal reacciona y vive en su medio ambiente natural, de tal forma entregarle las mejores condiciones de crianza, tomando en consideración su condición biológica y sus necesidades fisiológicas”.
Por otro lado, “la dimensión ética está vinculada a la manera de proveerle al animal los mínimos requerimientos para que pueda vivir y desarrollarse en armonía, minimizando su sufrimiento en cautiverio, tomando en consideración sus necesidades” continúa la investigadora.
Actualmente se acepta que los peces son seres sintientes que pueden experimentar dolor, pero de forma diferente a la que experimenta el ser humano, “ya que a través de investigaciones se ha demostrado que la ausencia de una neocorteza en los peces, es suplida por otras partes del cerebro”, explica la Dra. Bravo, agregando que “además, no se descarta que los peces también puedan experimentar algún tipo de sufrimiento, existiendo evidencia científica que demuestra que los peces son capaces de percibir dolor y situaciones de discomfort”.
La Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA, anteriormente conocida como la OIE) define el bienestar como “el estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las que vive y muere”. Bajo este concepto, la Organización ha utilizado como marco operativo de bienestar para los animales terrestres el concepto de las “5 Libertades” que indican que los animales deberían ser libres de Hambre, de sed y de desnutrición; Temor y de angustia; Molestias físicas y térmicas; Dolor, de lesión y de enfermedad; y Manifestar un comportamiento natural.
Sin embargo, dado que estas cinco libertades no se adaptan de la mejor manera a las necesidades y características de los animales acuáticos “es que resalto el trabajo realizado por Kristiansen et al., donde se describe un marco operativo para los peces que recoge las siguientes necesidades de bienestar para los peces: Apropiado ambiente acuático; Adecuada Nutrición; Buena Salud; Libertad de Comportamiento; y Seguridad”, explica el coordinador de Salud e Inocuidad del Instituto Tecnológico del Salmón (Intesal), Dr. Alexander Jaramillo.
Las salmonicultoras locales, en este sentido, no lo están haciendo mal. “Hoy en día existen diversos estándares y guías de referencia que se están implementando en diversas empresas en Chile y el mundo, como Best Aquaculture Practice (BAP), Standards for Good Agricultural Practices (GlobalGAP), Aquaculture Stewardship Council (ASC) y FreedomFood, entre otros muchos”, comenta el presidente de la Asociación Gremial de Veterinarios Vinculados a la Acuicultura (Mevea), Alejandro Poblete.
“En Chile, toda empresa productora debe primeramente cumplir lo que indica la ley chilena de protección animal y los programas sanitarios generales de Sernapesca. Experiencias similares existen Noruega, Canadá y Reino Unido, donde existen, guías de bienestar, certificaciones y leyes propias de cada país sobre protección animal que deben cumplirse”, explica el líder gremial, agregando que “la diferencia más que nada está en el nivel de implementación de sistemas de medición y seguimiento constante de bienestar en todo el ciclo vital del pez”.
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Fotografía: B2B Media Group
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