Rodríguez, expresidente de Bolivia (2005-2006), habló del tema en una entrevista publicada hoy por dos diarios de ese país sobre la demanda de su país que pide un fallo de la CIJ que obligue a Chile a abrir una negociación de buena fe sobre la demanda marítima boliviana.
Cuando termine el juicio imagino que "la Corte nos habrá dado la razón y que Bolivia y Chile habrán encontrado un derrotero de concordia y armonía, y que habremos resuelto uno de los problemas más antiguos del continente. Ésa es mi esperanza", dijo Rodríguez.
El diplomático dijo que confía en que si Michelle Bachelet es reelegida presidenta pueda reabrirse el diálogo entre ambos países, retomando la agenda que durante su gobierno llevó junto al presidente Evo Morales.
"Tenemos una política de doble camino (con Chile), una es la jurisdiccional ante la corte, pero las relaciones de Bolivia y Chile siempre deben mantenerse bien", agregó Rodríguez y agregó que "si la diplomacia permite encontrar una salida de diálogo, se puede pedir que se suspendan los trámites, durante el procedimiento. La corte celebra cuando los países pueden resolver sus disputas por ellos mismos".
También apuntó que tiene "primera buena impresión del agente chileno, Felipe Bulnes", con quien logró acordar los términos que llevaron a la primera audiencia ante la Corte para definir la futura presentación de las memorias del caso.
La CIJ ha programado para Bolivia la presentación de memorias o documentos que justifican la demanda hasta el 17 de abril del 2014 y la respuesta de Chile hasta el 18 febrero del 2015.
Al ser consultado sobre si incidirá en la demanda boliviana el fallo de la Corte que se espera a partir de septiembre sobre el conflicto entre Perú y Chile, Rodríguez respondió que "muy poco", aunque consideró que es prematuro especular sobre los alcances de esa sentencia.
El agente anunció además que antes del 10 de agosto partirá a La Haya donde también asumirá como embajador en los Países Bajos.
Con la demanda presentada en CIJ, Bolivia quiere una solución a su petición de restitución de la salida soberana al Pacífico perdida en la guerra liberada contra Chile a finales del siglo XIX.
En esa contienda, a la que el Gobierno que preside Evo Morales se refiere como una invasión, Bolivia perdió 400 kilómetros de costa y 120.000 kilómetros cuadrados de territorio.
Fuente: Pulso