Las ostras tienen un alto contenido de proteínas y otros nutrientes esenciales. Una porción de 100 g de carne de ostra cocida (la parte blanda dentro de la concha) aporta 9 gramos de proteínas, además de una amplia gama de vitaminas y minerales.
Esto incluye la cantidad diaria recomendada de zinc, cobre y vitamina B12, y el 40 % de la ingesta de hierro que el cuerpo necesita cada día. Las ostras también se consideran una proteína completa, lo que significa que contienen los 9 aminoácidos que necesitamos consumir a través de nuestra dieta todos los días porque no podemos producirlos nosotros mismos.
Los 3 g de grasa por porción también te aportan ácidos grasos omega-3, que son esenciales para la salud del cerebro y el corazón, además de ayudar a controlar la inflamación en el cuerpo. ¡Hay tantos beneficios en esas pequeñas cáscaras!
Las ostras tienen un impacto ambiental positivo
Las ostras, al igual que otros bivalvos, se alimentan por filtración, lo que significa que para alimentarse filtran el agua que las rodea y extraen fitoplancton o algas. Esto ayuda a mejorar la calidad del agua que las rodea al eliminar el exceso de nutrientes, además de ayudar a controlar la proliferación de algas, que puede afectar negativamente al ecosistema marino. Una ostra puede filtrar hasta 50 galones de agua al día, ¡el equivalente a una ducha de 10 minutos!
Y no se preocupen: las ostras no absorben ninguna toxina del agua que pueda transferirse a los humanos durante el consumo; todas ellas se recogen en los sedimentos del agua.
Las ostras luchan contra el cambio climático
Las ostras criadas de forma responsable son uno de los productos del mar que menos emisiones de carbono emiten, junto con las almejas, los mejillones, las vieiras y las algas. Esto se debe a que no necesitan alimentación, antibióticos ni otros productos químicos para favorecer su crecimiento, por lo que la intervención humana necesaria para la cría responsable de ostras es mínima.
Además de un bajo impacto ambiental, las ostras también contribuyen a la lucha contra el cambio climático secuestrando carbono dentro de sus conchas , lo que significa que extraen carbono del agua circundante y evitan que se filtre a nuestra atmósfera.
¡Las ostras son súper sencillas de preparar pero aun así sorprenderán a tus invitados!
Abra las ostras sujetando la concha con firmeza y pasando un cuchillo entre las mitades de la concha por el extremo articulado. Mueva el cuchillo hacia el otro extremo de la concha hasta que se abra y luego use el cuchillo para separar suavemente la carne de la concha.
Nos encantan las ostras frescas crudas y servidas simplemente con un chorrito de salsa Tabasco, un chorrito de jugo de limón o vinagre de chalota francesa. ¡Nada dice más de una cena decadente que una docena de ostras servidas con hielo!
Pero si las ostras crudas no son de tu agrado, hay muchas otras formas de incorporar ostras cocidas a tu plan de comidas. Prueba nuestras ostras con fondue de puerro, hornéalas con pan rallado y hierbas, fríelas con mantequilla de ajo o añádelas a tus platos de pasta junto con otros mariscos o en lugar del pollo o salmón más tradicionales. ¡Deliciosas!
Busque la etiqueta ASC de color verde azulado
Cuando compre ostras, asegúrese de buscar la etiqueta verde azulada ASC. Nuestra etiqueta le indica que los mariscos que lleva en la cesta han sido criados de forma responsable, cuidando el propio marisco, a las personas que participan en su producción y al planeta. Es una forma muy sencilla de asegurarse de que está tomando decisiones responsables y sostenibles para usted y su familia.
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Fotografías: ASC.