El 9 de diciembre de 2021, un incendio consumió los hogares de ciento cuarenta familias de Chiloé. De un minuto a otro, el fuego no solo se llevó casas y todo lo que construyeron con esfuerzo, sino que historias, recuerdos, objetos de gran valor emocional y sueños, en una zona que ha sido la cuna de la salmonicultura y aún representa uno de los centros productivos más relevantes del sur de Chile.
Desde el primer momento estuvimos presentes en Castro para apoyar y acompañar a las familias y para cooperar con las necesidades y requerimientos de la reconstrucción, ya sea desde la entrega de agua para apagar las llamas, hasta disponer de camiones para retirar los escombros.
Ante la emergencia y el dolor, reaccionamos rápidamente, generando una alianza en donde primó el diálogo, la buena voluntad, la confianza y el entendimiento entre todas las partes. Fue así como nos unimos como sector productivo y mantuvimos constante conversación con autoridades comunales, regionales y nacionales, para poder ir en búsqueda de soluciones para esas familias, con viviendas definitivas y del más alto estándar para las personas que lo habían perdido todo por este lamentable suceso.
En tiempo récord, desde esta alianza público privada, estudiamos qué soluciones eran viables para el corto, mediano y largo plazo. Fue fácil ponernos de acuerdo. El Estado definió las especificaciones técnicas, las autoridades locales facilitaron el proceso, la Fundación Desafío Levantemos Chile ayudó con su valiosa experiencia en emergencias y reconstrucción, y los salmonicultores de Chile contribuimos con fondos que superaron los $ 1.800 millones de pesos y que permitieron que, junto a la gestión y subsidios del Estado y los demás actores, las familias afectadas por el incendio en Castro tengan sus casas definitivas en menos de un año.
Es por eso que nos llena de emoción y orgullo lo que ocurrió el pasado 17 de noviembre de este año. En menos de 11 meses se reconstruyeron 49 viviendas que albergarán a más de 140 personas, que hoy en día pueden volver a sus hogares y avanzar hacia un futuro mejor olvidando la pesadilla que vivieron al momento del incendio.
Sus historias y vivencias son las que tienen que seguir moviéndonos, tanto al sector privado como al sector público, para poder hacer de Chile un país cada vez mejor. Es importante que avancemos dialogando y construyendo en conjunto el bienestar de quienes forman parte de nuestro país.
Las empresas salmonicultoras, sus trabajadoras y trabajadores, las comunidades más próximas, todos juntos nos involucramos desde el primer momento para apoyar a las familias afectadas de diversa forma y los habitantes de Chiloé pudieron contar con los salmonicultores de Chile. La alianza de todos los actores y la colaboración público-privada frente a la adversidad que surgió en Castro es, sin lugar a dudas, un modelo que debe ser replicable para las futuras emergencias y necesidades del país.
Arturo Clément
Presidente de SalmonChile
Joanna Davidovich
Directora del Consejo del Salmón