Sin duda, estamos viviendo tiempos muy difíciles, especialmente considerando lo fuerte que nos ha golpeado el coronavirus (covid-19). Estamos en lo que se conoce como un ambiente “VUCA”, acrónimo del inglés para ambientes volátiles, inciertos, complejos y ambiguos. En estos ambientes, las empresas y las personas buscan soluciones, herramientas, metodologías para enfrentar este nuevo escenario. Así, pareciese que la transformación digital emerge como una alternativa para resolver buena parte de este embrollo y salir victoriosos, sin embargo, la transformación digital no es la varita mágica que lo resuelve todo inmediatamente. Requiere de un arduo trabajo.
La transformación digital es mucho más que incorporar tecnología en la organización, es hacer un cambio cultural apalancado en la tecnología y colocando al cliente en el centro de la organización. Esto, en la práctica, significa que todo desarrollo, decisión o acción empresarial tiene que ser mirada con los “lentes” del cliente y cómo lo puede afectar, tanto positiva como negativamente. Suena simple leerlo, sin embargo, implementar una cultura centrada en cliente en las organizaciones es un cambio muy significativo, ya que las generaciones “mayores” tienen que comunicarse y entenderse con las generaciones “menores”.
Teniendo ese cambio cultural internalizado, las organizaciones pueden iniciar su proceso de transformación. Una forma de hacerlo es buscando oportunidades apalancables con tecnología para mejorar la experiencia del cliente; mejorar la experiencia operacional facilitando los procesos al cliente o bien transformando los modelos de negocios acortando cadenas o complementando productos.
Implementar todo lo anteriormente nombrado toma tiempo y recursos, y por sobre todo, se debe gestionar el cambio, motivando a la organización para lograr el objetivo estratégico de centrarse en el cliente usando tecnología como una herramienta más.
Por lo planteado anteriormente, queda claro que la transformación digital no es la varita mágica que va a resolver todo inmediatamente. Pero, en lo que sí hay certeza es que la transformación digital-cultural es por ahora el mejor camino para generar sustentabilidad económica y que las organizaciones subsistan gracias a que pusieron el foco en sus clientes.
En ese sentido, es importante lo que están haciendo organizaciones como el Club Innovacion Acuícola, que entregan a sus empresas asociadas, conocimientos de forma conjunta para que ellos se preparen para este nuevo escenario adaptando a sus procesos internos el uso de las tecnologías digitales.