Incentivar el consumo de productos del mar y proteger la pesca artesanal

Nov 9, 2022

Hace unos días en Oceana publicamos un estudio cuyo objetivo central era explorar qué especies marinas consumía la población chilena y en qué formato las prefería: fresco, congelado o conserva. Se realizaron 500 encuestas en cuatro regiones del país, considerando la región Metropolitana por su importancia en la comercialización, y las regiones de Valparaíso, Biobío […]

Hace unos días en Oceana publicamos un estudio cuyo objetivo central era explorar qué especies marinas consumía la población chilena y en qué formato las prefería: fresco, congelado o conserva. Se realizaron 500 encuestas en cuatro regiones del país, considerando la región Metropolitana por su importancia en la comercialización, y las regiones de Valparaíso, Biobío y Los Lagos por presentar las más altas cifras de desembarque.

Los resultados muestran que existe una amplia preferencia por las especies de “carne blanca”: reineta, merluza común y merluza austral. Aunque también se señalan, según la región, una preferencia por los mariscos y el salmón.

Nuestro país tiene cerca de 250 especies que registran desembarques. Dentro de éstas, se encuentran la sardina común, la anchoveta y el jurel que son las más grandes en términos de volumen de captura. Sin embargo, su destino no es la mesa de los chilenos y chilenas.

En el caso de la sardina común y anchoveta, son destinadas casi en su totalidad a producir harina y aceite de pescado, lo que resulta contradictorio al revisar que estos mismos productos enlatados que se venden en Chile provienen de países como Ecuador y Marruecos, entre otros. El jurel, por su parte, se exporta a África y se hacen latas de conserva, sin embargo, aún existen empresas pesqueras que solo capturan jurel para harina y aceite perdiendo así uno de los pescados más nutritivos. Y en conservas, el atún aparece con más preferencias a pesar de ser importado.

Entonces, ¿qué estamos haciendo como país para que las ciudadanas y ciudadanos tengan acceso a los alimentos marinos? La verdad, no mucho. Si bien el Estado ha desarrollado una campaña denominada “Del Mar a mi Mesa”, ésta ha sido intermitente y desconocemos si aún está vigente. Estos esfuerzos no pueden quedar a la voluntad de un gobierno u otro, porque deben ser parte de una estrategia integrada del Estado en torno a la seguridad alimentaria.

Desde Oceana creemos que es de suma relevancia que no se dejen de lado los esfuerzos por aumentar la presencia de productos del mar en nuestras mesas. Desgraciadamente, Chile se encuentra muy lejos de los 20 kg per cápita de consumo anual promedio en países pesqueros como el nuestro, y solo alcanza a los 12,67 kg.

En esta dirección, se hace urgente avanzar en un programa de Estado que fomente el consumo seguro de especies marinas. Este programa debería incorporar:

1. Difundir la diversidad de especies existentes y el estado biológico de sus poblaciones, cómo, dónde y quiénes la pescan.

2. Impulsar una mayor participación de la pesca artesanal en el jurel en formato fresco y que esta especie sea pronto un 100% de consumo humano, dado a que es una de las pocas especies que está sana y además su tamaño es adecuado.

3. Gradualmente que un porcentaje de la sardina común y anchoveta que capture la pesca artesanal sea destinada exclusivamente a consumo humano directo como ha ocurrido en la experiencia de Perú y España.

4. Transparentar los precios en los que se comercializan los pescados y mariscos (esta es una de las principales dudas de la población).

5. Proteger a la pesca artesanal debido a su importancia en la seguridad alimentaria nacional.

6. El estado debe garantizar la nutrición saludable, entre ellas fomentar desde la infancia el consumo de pescado.

En nuestro país, el 74% de la población sufre sobrepeso u obesidad, una de las mayores epidemias para el sistema de salud, por lo que fomentar el consumo de pescado de poblaciones que se encuentran sanas, será sin duda, una muy buena inversión a futuro, tanto para la salud de nuestro mar como para el bienestar de las futuras generaciones.

Ciertamente, pueden existir otras acciones y muchas personas hacen esfuerzos día a día por fortalecer nuestra cultura marina gastronómica. Solo queremos aportar y colaborar, ya que conservar los océanos es también poner en valor los alimentos marinos y la cultura pesquera de nuestros territorios costeros y tal como señalan Droguett, Sánchez, Fernández y Vila, autores de un hermoso libro que recomendamos, seguir fortaleciendo la idea de que “Chile es mar”.

César Astete

Director de Campañas de Pesquerías, Oceana Chile

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