La Ictiopatología, una disciplina al servicio de la salmonicultura

Jul 8, 2014

En los inicios de la salmonicultura el diagnóstico de patógenos de peces estaba, principalmente, basado en técnicas microbiológicas que consumían tiempo en la identificación del agente causal. Los patógenos bacterianos eran aislados en medios de cultivos bacteriológicos para, posteriormente, proceder a su clasificación y caracterización bioquímica.

En tanto, los agentes virales eran aislados en líneas celulares. Debido a la demora en la entrega de los resultados, la signología exhibida por los peces enfermos y el historial del estado sanitario del plantel eran relevantes para complementar el diagnóstico y proceder con el tratamiento en caso que hubiera control terapéutico.

Han pasado más de 40 años y hoy se cuenta con técnicas de diagnóstico avanzadas, de alta sensibilidad, pero las enfermedades siguen siendo la principal causa de las pérdidas económicas que enfrenta la industria del salmón. En sistemas de cultivos abiertos, como son las balsas-jaula, es una utopía hablar de peces libres de patógenos, más cuando estos ya están ampliamente diseminados en los cuerpos de agua. Por lo que la técnica de diagnóstico a emplear debiera ser dependiente de las decisiones a tomar. Mientras más sensible es la técnica, mayor es la probabilidad de que los peces sean positivos a los patógenos presentes. Lo que el productor quiere es que los peces no se mueran, y lo que la autoridad espera es que no se produzca una epizootia que ponga en riesgo la estabilidad laboral y economía de la región.

Pero más allá de lo anterior, la correcta identificación del patógeno es relevante, aunque también es importante mantenerlo bajo control. La medicación ha sido la alternativa de control preferida, pero estos patógenos han mostrado desarrollar resistencia y se adaptan exitosamente a situaciones adversas. Las vacunas son una excelente herramienta preventiva, pero los peces tienen un sistema inmune-primitivo que no permite su inmunización efectiva frente a agentes virales y bacterias intracelulares.

Entonces, frente a esta situación, lo recomendable es privilegiar la selección de reproductores resistentes, que hayan sobrevivido a la enfermedad y que puedan transmitirle a su descendencia este atributo genético.

Dra. Sandra Bravo

Ingeniera pesquera

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