[OPINIÓN] «Estamos en guerra»

May 26, 2020

«Estamos en guerra». Esta fue la frase que hace medio año en nuestro país nos forzaba, como chilenos, a estar en un bando o en otro. Llegaron las disculpas, porque errar es humano y lo que a veces se dice, frente a miles de personas y bajo tensión, no es completamente lo que se quiere […]

«Estamos en guerra». Esta fue la frase que hace medio año en nuestro país nos forzaba, como chilenos, a estar en un bando o en otro. Llegaron las disculpas, porque errar es humano y lo que a veces se dice, frente a miles de personas y bajo tensión, no es completamente lo que se quiere decir, o aunque cuando sí se quiere decir, es basado en información incompleta o, lisa y llanamente, falsa.

Comienzo con esta frase porque es la única razón que, bajo mi punto de vista, podría explicar porqué nuestro país está actuando tan tímidamente frente a esta pandemia global sin parangón en la historia de la humanidad. Algunos dirán que ha habido pandemias antes, sí, las ha habido, pero nunca en un mundo con la población humana urbana que actualmente tenemos, y que depende de una interconexión total para mantener no solo su calidad de vida, sino que su sobrevivencia misma. Hoy el planeta no puede entrar en cuarentena sin causar un dolor y muerte gigantesco.

Hoy sí estamos en guerra, y eso debería repetirse una y otra vez, sin vergüenza por errores previos. Aprendamos rápidamente del pasado, tal como la verdadera primera línea es hoy la de aquellos que, por vocación de humanidad, nos cuidan cuando caemos enfermos. Lo que hoy estamos viviendo sí es una guerra.

¿Por qué la insistencia en la frase? Porque cuando lo reconozcamos pasaremos a actuar como lo hemos hecho orgullosamente como país en el pasado. Entenderemos que las guerras con su violencia estúpida, sacan también lo mejor de nuestra humanidad, movilizándonos completamente en pos de defender a los nuestros. Terminan con los términos medios o con las sutilezas inútiles.

Si reconocemos que estamos en guerra, pasaremos de escondernos en nuestras casas, mientras ilusamente esperamos a que el enemigo sea atacado por otro país, a movilizar todo recurso disponible para construir el armamento necesario para defendernos.

Llevamos dos meses escondidos y gracias a eso las muertes han sido pocas, ¿a alguien le sorprende? A mí no. Y aún peor, ni siquiera logramos que nuestra población se esconda realmente, por lo que ahora que el virus entró a comunas populares, donde sabemos que la vivienda y salud es más precaria, veremos cómo aún la pequeña victoria de aplanar la curva desaparece.

Estamos en guerra y no tenemos un consejo de guerra. Estamos en guerra y no tenemos una industria armamentista. Estamos en guerra y seguimos gastando todos nuestros recursos en esperar que la guerra pase.

Así como vamos, si es que la milagrosa vacuna o antiviral aparece en un plazo razonable, y no en el de la ilusión en que nos queremos mantener, el daño será gigante. Cuando hablo con otros emprendedores y empresarios, la gran mayoría tiene pronósticos para seis meses “de esto”, los más estratégicos diez meses. ¿Qué pasará entonces si tal como dicen algunos estudios serios, la cura llega en doce o hasta en los 36 meses, que sigue siendo un plazo espectacular para los parámetros normales? Volviendo a la metáfora de la guerra, estaremos completamente vencidos. La democracia habrá perdido la batalla frente a los caudillos o a la incredulidad frente a nuestros gobernantes, incapaces de habernos protegido. La destrucción será equivalente a la de un país posguerra.

Vuelven los incrédulos a sacar el cálculo de mortalidad de COVID-19 frente a la influenza para explicar lo contrario. Pero la verdad es que hay un momento en que debemos dejar de darles tarima a los ignorantes y escuchar a los expertos. Y los expertos en todo el mundo están hablando que de esta saldremos de tres maneras: vacuna, tratamiento o las 2T (Testing and Contact Tracing). Así entraremos realmente a la fase que ellos han llamado “la pelea”, “el baile”.

En Chile tenemos las capacidades para desarrollar soluciones en estas tres dimensiones, no es una gran capacidad porque históricamente hemos confiado ciegamente en la ciencia y emprendimiento extranjero, pero aún así tenemos científicos capaces, tenemos empresas capaces y tenemos emprendedores capaces.

En Kura Biotec estamos trabajando a toda máquina en las 2T con nuestro Kit Resist, y así como nosotros, sabemos de cientos de grupos, emprendedores e investigadores haciendo lo mismo. Para que todo este esfuerzo funcione rápido y bien, necesitamos un apoyo directo, integrado y de inmediato. Aun cuando las probabilidades juegan en nuestra contra, hasta ahora eso nunca nos ha detenido y menos lo hará hoy cuando no existe otra opción. Sacar una vacuna en un tercio del tiempo hasta ahora récord, testear a toda la población en riesgo y luego trackear a todo quien dé positivo, aunque esto implique testear 1 millón de personas diarias. Suena difícil pero no imposible.

Tenemos que ver la realidad a los ojos, y aceptar que hoy por primera vez es la ciencia, y no la política exterior o las fuerzas armadas, la que nos ayudará a salir de esta guerra. Hablemos de frente y reconozcamos que la estrategia actual, de esperar a que alguien más nos venga a salvar, no es suficiente.

Como chilenos necesitamos tener una respuesta multidimensional más allá de Salud y Economía. Necesitamos pasar a la ofensiva, aprovechar el músculo científico y emprendedor que hemos desarrollado durante los últimos 15 años, y construir una industria armamentista de emergencia, que trabaje en sacarnos de la pandemia y no tan solo en mantenernos vivos a la espera de que otros nos salven.

Hoy estamos en guerra, y si hay algo que podemos agradecer como país, es que esta guerra a diferencia de la que se anunciaba hace seis meses, solo podremos ganarla si estamos todos en el mismo bando, como un solo país y como una sola humanidad.

Manuel Rozas

Fundador y CSO de Kura Biotec. Además, es emprendedor Endeavor.

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