Actualmente, la industria del salmón de Chile está enfrentando momentos adversos debido a los mayores costos de producción y que, según diversos actores, alcanza a los US$1,3 adicionales por kilo de producto final en comparación con su principal competidor, Noruega. Algunas de las brechas de competitividad se relacionan con aspectos como los smolt, personal y operaciones.
Específicamente, dentro del último de los aspectos mencionados, el costo del transporte marítimo tiene importancia y, específicamente, la operación de naves wellboat que, en nuestro país, posee un costo de cerca de un 60% más por kilo de salmón que en la nación escandinava. Lo anterior se debería a que en Chile, los tracks de navegación tienen un promedio de 100 millas náuticas, mientras que en Noruega alcanzan un promedio de 50 millas náuticas.
Factores más costosos
A pesar de lo anterior, hay otros aspectos que hacen más cara la operación en el país. ¿Cuáles son? “Un primer factor lo constituye la dotación de las naves en Chile que, de acuerdo con nuestra reglamentación, exige una dotación a bordo que hoy, por ejemplo, duplica la dotación noruega para una misma nave”, comenta el gerente general de Patagonia Wellboat, Mauricio Labra. De hecho, las navieras del sector se encuentran enfrentadas a un nuevo dictamen emitido por la Dirección del Trabajo que determinó que los capitanes y los jefes de máquinas no realizan guardias a bordo y, en consecuencia, se les exige a las compañías aumentar en dos plazas la dotación de las naves, la cual incrementaría todavía más la brecha de costos en remuneraciones que actualmente posee el país en relación con otras naciones salmonicultoras.
El otro factor de mayores costos lo constituye el marco legal. “La flota de wellboat opera bajo la Ley de Navegación y cumple con todas las exigencias de naves que realizan navegaciones oceánicas cuando, en todos los países competidores de Chile, existen disposiciones y reglamentos de navegación particulares de naves que realizan navegación regional y cercana a la costa”, expresa Labra, agregando que “hoy tenemos costos de operación extras a consecuencias de que las navieras tenemos que tramitar ante la autoridad marítima cada operación de la nave y donde hasta el trámite más simple genera un procedimiento en la Capitanía de Puerto que implica pagar el servicio”. Lo anterior, además, significa detener las naves por todo el tiempo que demora obtener las visas en las capitanías y, en consecuencia, baja la productividad y aumenta los costos de explotación.
Conscientes de lo anterior, las navieras se encuentran trabajando junto con la autoridad marítima y a través del gremio que las representa, Armasur. Una de las líneas es la simplificación de los trámites con ciertos avances. En relación con los costos en remuneraciones, el gremio ha apelado al dictamen de la Dirección del Trabajo debido a que, dicen, daña “gravemente la competitividad de la marina mercante chilena y, a su vez, la disposición carece de fundamento técnico que la justifique”.
Bajando los costos
Independiente del trabajo que están desarrollando los armadores para disminuir los costos de sus operaciones, los productores de salmón también pueden aplicar ciertas prácticas que permitirán bajar los montos por concepto de wellboat.
Por ejemplo, se especifica que cuando una nave termina de hacer su carga en el centro de cultivo, es común que la documentación que debe acompañar el viaje no está lista y se debe esperar una o más horas hasta que es recibida y recién ahí se puede iniciar el viaje de regreso. “Lo anterior representa una pérdida de eficiencia por los tiempos perdidos”, puntualiza el gerente de Patagonia Wellboat.
No obstante, quizás la situación más crítica para los peces es cuando se termina la faena de carga y se requiere iniciar el viaje con urgencia para optimizar la renovación de aguas en las bodegas y permitir una mejor y más rápida recuperación de los peces transportados. “Aquí la recomendación es que los productores revisen el protocolo actual y busquen la forma de mejorar el tiempo y oportunidad de llenado de los documentos”, dice Mauricio Labra, comentando que “el objetivo prioritario debería ser que la nave zarpe justo cuando se carga el último pez y nunca cuando por fin este completa la documentación”.