Documentan la causa de los cálculos renales en la trucha arcoíris

Jun 26, 2025

Científicos de Nofima han investigado el impacto del dióxido de carbono en el agua en el desarrollo de cálculos renales en truchas arcoíris de cultivo. La investigación muestra una clara correlación.

En resumen, los resultados indican que, cuanto mayor es la concentración de dióxido de carbono (CO₂) en el agua durante la etapa juvenil, mayor es la proporción de peces que desarrollan cálculos renales (también conocidos como nefrocalcinosis). Existe también una clara correlación entre la concentración de dióxido de carbono y la gravedad de la afección.

¿Por qué hay dióxido de carbono en el agua?

Durante la etapa juvenil, la trucha arcoíris (y el salmón) se cría en tanques con agua dulce en tierra. Si la densidad de peces es alta y el intercambio de agua es bajo, el nivel de dióxido de carbono aumenta. Al respirar, los peces toman oxígeno a través de sus branquias y liberan dióxido de carbono. En la práctica, siempre hay algo de dióxido de carbono en el agua de un tanque con peces de cultivo.

Es importante mantener la concentración lo suficientemente baja para no dañar a los peces, y Nofima cuenta con investigaciones que brindan respuestas.

Acerca de los cálculos renales

La nefrocalcinosis es una enfermedad renal de rápida propagación en los salmónidos de cultivo. La función principal de los riñones es purificar la sangre y secretar orina. Además, se encuentran entre los órganos hematopoyéticos e inmunológicos más grandes del pez. Cuando los salmones jóvenes se trasladan al mar con riñones defectuosos, no toleran bien los desafíos del entorno marino, a pesar de que la concentración de dióxido de carbono es muy baja.

“No se sabe con certeza cuán dolorosa es la nefrocalcinosis ni cuándo se vuelve realmente grave. Los peces pueden parecer perfectamente sanos por fuera, pero tener los riñones destruidos”, afirma la veterinaria Kirsti Hjelde, de Nofima. Hjelde ha contribuido al desarrollo del diagnóstico por rayos X, que permite detectar cálculos renales en peces vivos.

Desde hace tiempo se ha asumido que el dióxido de carbono afecta el desarrollo de la nefrocalcinosis, y una recomendación general para los piscicultores ha sido mantener el dióxido de carbono por debajo de 15 mg/l de agua en las instalaciones de alevines. Sin embargo, esta recomendación no había sido bien documentada. Actualmente, la investigación de Nofima muestra que 13 mg de CO₂/l de agua causaron el desarrollo de nefrocalcinosis en el 5 % de los peces. Cuando los peces se criaron en agua con 26 mg de CO₂/l, más del 40 % desarrollaron nefrocalcinosis.

“Nuestros resultados muestran que los valores de CO₂ de 13 mg/l y superiores aumentan el riesgo de nefrocalcinosis en la trucha arcoíris”, afirma Ingrid Lein, de Nofima.

La extensión y la gravedad de los cálculos renales aumentan constantemente a medida que se incrementa la concentración de CO₂. Lein es cuidadosa al señalar que no cree que el dióxido de carbono sea la única causa de la nefrocalcinosis en la trucha arcoíris, pero sí considera que es claramente un factor causal muy importante.

“En el caso del salmón, sabemos que la situación es más compleja, pero hay motivos para creer que el dióxido de carbono también es un factor causal importante en su caso”, afirma.

El método es la clave para un mayor conocimiento

Los resultados concretos de la investigación se basan en el desarrollo de un método que comenzó hace unos años en CtrlAQUA (Centro de Innovación Basada en la Investigación [SFI]). Nofima ha profundizado en el desarrollo de este método mediante experimentos en la estación de investigación de Sunndalsøra, Noruega.

“Ahora contamos con un sistema modelo que nos permite inducir nefrocalcinosis en truchas arcoíris y medir su efecto en los peces. Con esta configuración, resulta más fácil investigar otros factores de riesgo, interacciones y medidas contra los cálculos renales en peces de cultivo”, afirma André Meriac, de Nofima.

Él espera que la industria de la acuicultura profundice en las causas de la nefrocalcinosis y está listo para ayudar a esclarecerlas y contribuir a un salmón de cultivo más saludable en instalaciones comerciales.

Los rayos X miden el efecto

Para medir el efecto de diversos tratamientos, Nofima utiliza rayos X en peces vivos a gran escala. Con esta tecnología, los científicos pueden detectar cálculos renales, que son cristales en los riñones. Anteriormente, el diagnóstico se limitaba a la toma de muestras de tejido y requería sacrificar a los peces para estudiar los riñones.

“Con los rayos X evitamos dañar a los peces. En este experimento, tomamos radiografías en vivo de todos los individuos antes de transferirlos al mar y tomaremos nuevas radiografías al final del experimento para comprender cómo los diferentes tratamientos durante la etapa juvenil han afectado la adaptación de los peces al mar”, afirma Hjelde.

La investigación está financiada por el Fondo Noruego de Investigación de Productos del Mar y es una colaboración entre Nofima y varios socios de la industria de la acuicultura.

Fotografía: Nofima.

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