Estudio multinacional con participación de la FAO: Proponen limitar el uso veterinario de los antibióticos

Sep 29, 2017

La medida se considera crucial para evitar que las bacterias se hagan resistentes a estos medicamentos, lo que ya está ocurriendo.

(El Mercurio) El uso creciente de antibióticos en los animales para consumo humano, debido a la mayor demanda de proteínas a nivel global, tiene preocupados a los expertos. Esto por la amenaza cada vez mayor de que las bacterias de estos criaderos desarrollen resistencia a los antimicrobianos, y luego infecten a las personas. En este caso, la bacteria no podrá ser destruida por este tipo de medicamentos. Por esa razón, los especialistas han comenzado a hablar de la «era post-antibiótica».

Para evitarlo, equipos de investigadores en Washington (Estados Unidos), Zurich (Suiza), Bruselas (Bélgica) y de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) en Roma realizaron de manera coordinada un estudio. En él se establece poner límites al uso de antibióticos en el ganado y las aves de corral, además de reducir el consumo de carnes y establecer un impuesto a la venta de estos fármacos para uso veterinario. El trabajo se publicó este viernes 29 de septiembre en la revista Science.

Esta situación es grave porque la amenaza de las bacterias resistentes que afectan a las personas, además de originarse en la crianza animal, también surge en los centros de salud.

«En los hospitales y clínicas se produce una verdadera presión ecológica de parte de estas bacterias», dice el doctor Luis Bavestrello, infectólogo y miembro de la Asociación Panamericana de Infectología.

Esto significa que si en cualquier sala de un hospital hay determinada cantidad de bacterias resistentes, en el servicio de cirugía habrá un número mayor porque allí se usan más los antibióticos. Y esto será peor aún en la Unidad de Cuidados Intensivos, donde el uso de estos medicamentos es casi imprescindible.

«Hace 20 años teníamos muy buenas armas para combatir las infecciones, pero hoy hemos tenido que reflotar antibióticos que habíamos desechado por su toxicidad. Pero no tenemos otra alternativa», explica Bavestrello.

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