Servicios de astilleros: Diversificando productos y mercados
La crisis internacional y la propagación del virus ISA golpeó fuertemente al sector, obligando a las compañías del rubro a diversificar sus actividades e incluso internacionalizar su gestión.

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Históricamente la industria de astilleros se ha caracterizado por su intensidad en mano de obra y altas barreras de entrada que obligan a realizar fuertes inversiones.
El crecimiento de la industria pesquera en la década de los años 1990 impulsó a los astilleros nacionales, los que están en su gran mayoría enfocados principalmente a este sector, tanto en la reparación como en la construcción. Un 53% de la flota pesquera de alta mar nacional (cerca de 160 barcos) ha sido construido en Chile, once de ellos en los últimos diez años.
Según estadísticas de la Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante, de 1995 a la fecha el número de astilleros en el país con capacidades de varada mayores de 200 t aumentó de 17 a 23. De este estrato, los astilleros que se definen como constructores aumentaron de seis a 17 en ese mismo periodo. La zona que más creció en industria naval ha sido Puerto Montt (Región de Los Lagos), que aumentó de uno a diez astilleros. Por otro lado, la cantidad de astilleros menores aumentó de 32 a 39 en los últimos 20 años, con un crecimiento del 21%.
Pero la crisis que viene afectando a la industria pesquera nacional en los últimos años ha derivado en una disminución de la flota de alta mar, de 542 barcos en 1995 a 304 en 2013. De estos, un 64% tiene más de 20 años.
Sin embargo, y de acuerdo con lo manifestado por actores del sector pesquero, esta larga crisis habría llegado a su punto de inflexión, esperándose una recuperación paulatina en el mediano plazo.
También se ven oportunidades en la acuicultura, principalmente en la salmonicultura, que ha crecido sostenidamente en los últimos años, lo que debería generar una demanda de pontones, artefactos navales y wellboats.
Con relación al turismo, se estima que en el mediano plazo la construcción de ferries podría entrar en un ciclo positivo con la mejora de la economía mundial.
Naves para la Armada y civiles
Si bien la actividad principal de ASMAR es la mantención, reparación y modernización de las unidades de la Armada de Chile, también ha desarrollado la construcción naval desde su creación como empresa. En la década de los años 1990 incursionó en el mercado civil, lo que lo llevó a especializarse en la construcción de buques mayores para la industria pesquera nacional y después en el mercado internacional, donde adquirió la capacidad de construir pesqueros mayores de alta tecnología. También en la última década ha cooperado con los astilleros Asenav y Detroit en la construcción de cascos.
En cuanto al servicio de carenas a naves mercantes, esta compañía, con sus diques secos de 175 m y 250 m de eslora y Sociber (50% de propiedad de ASMAR) con su dique flotante de capacidad de levante de 10.000 t, son las únicas empresas en Chile con capacidad para ofrecer este servicio. De hecho, el dique seco de 250 m de ASMAR es el más grande de la costa occidental de América Latina.
De acuerdo con su gerente Comercial Corporativo, Joaquín Varela Jenschke, en la década de 1980 y 1990 el Astillero de Talcahuano (Región del Biobío) “hizo un esfuerzo comercial que le permitió obtener un prestigio internacional en la industria de reparaciones a naves mercantes, el cual ha mantenido y que actualmente se evidencia en una demanda comparativamente alta y constante de este servicio para naves hasta de tamaño panamax, que estima se mantendrá en el corto y mediano plazo”.
Se menciona que el Astillero de Talcahuano ha recuperado un 80% de su infraestructura de molos y frentes marítimos destruidos por el sismo y maremoto del 27/F. En cuanto a la infraestructura, se ha recuperado un 80% de los activos que poseía el Astillero, requiriéndose continuar con el proceso de reconstrucción especialmente en el área de talleres y servicios. Respecto de la maquinaria productiva, esta se encuentra operativa prácticamente en un 100%.
Experiencia regional
Con más de 170 embarcaciones destinadas a diversos rubros productivos, Asenav es otro grande en las construcciones navales. En una primera etapa esta empresa fabricó ferries de tipo roll on/roll off, lanchas patrulleras para la marina chilena y barcos pesqueros industriales.
Luego inició un proceso de diversificación y apertura a mercados internacionales, llegando a ser pioneros en la realización de grandes proyectos, tales como los primeros catamaranes para pasajeros de aluminio para Chile y Argentina, remolcadores, un crucero para las Islas Fidji, barcos pesqueros para Noruega, Perú, Islas Faroe, y un barco AHTS, de abastecimiento de plantas petroleras en alta mar, para Noruega, todos construidos por primera vez en Sudamérica.
Desde Asenav afirman que un énfasis especial se ha puesto siempre en “estar al día”, e incluso en ser innovadores en el desarrollo tecnológico para poder enfrentar adecuadamente la construcción, y también el diseño, de naves de alta sofisticación. Para ello se ha combinado la “state-of-the-art technology” con la ingeniería, la eficiencia en la producción y también las ventajas de costos de la construcción en Chile.
El desafío que esta compañía se ha planteado para este nuevo siglo XXI es continuar con su proceso de inserción y búsqueda de nuevos mercados, innovando en soluciones tecnológicas y líneas de productos con el fi n de asegurar la completa satisfacción de sus clientes.
Más allá de los pontones
Si bien es conocida principalmente por la construcción de pontones para la salmonicultura, Sitecna cuenta con una ingeniería capaz de construir embarcaciones mayores en acero o aluminio, barcazas o remolcadores, siendo el acero el material de construcción más utilizado.
El gerente Comercial de la compañía con base en Puerto Montt, Eduardo Mas, cuenta que esta zona está netamente amarrada a la industria salmonicultora, por lo que los astilleros del sector trabajan específicamente para eso. Agrega que la construcción de embarcaciones medianas y grandes derivó después de algunos años de iniciada la actividad de la empresa, principalmente luego de la incorporación de personal más capacitado para calcular el casco de algunas embarcaciones.
El ejecutivo cuenta que tienen de diseño propio un remolcador o gabarra capaz de levantar 900 t, que nació de la necesidad de llevar pontones de forma segura a la Región de Magallanes. Esto porque existe un paso especialmente difícil en el Golfo de Corcovado y la salida a mar abierto, donde se hacía necesario que el pontón fuera protegido. Aquí nace esta especie de dique remolcable, el cual tiene la facultad de hundirse y reflotar dejando la carga en seco. Como dicen los representantes de estas compañías, la demanda en este sector se comporta según variables tanto nacionales como internacionales y, por lo tanto, el proceso de recuperación del rubro se percibe lento, pero gradual, donde la cautela pareciera ser la clave. No obstante lo anterior, estas compañías se están abriendo a la diversificación y búsqueda de nuevos mercados como una fórmula para mantenerse competitivos.
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