Un estudio, publicado en la revista de cardiología más importante del mundo, viene a cerrar una antigua controversia con la Universidad de Harvard, quienes publicaron que los omega-3 eran incapaces de prevenir arritmias post-operatorias.
En base a una estrategia inédita a nivel mundial, se demostró que pre-acondicionar farmacológicamente al corazón humano con omega-3 marinos un una proporción EPA/DHA específicamente formulada para el estudio, en conjunto con vitaminas antioxidantes, protege a este órgano de una patología metabólica denominada fibrilación auricular post-operatoria, asociada al trauma quirúrgico. La investigación, liderada por el Dr. Ramón Rodrigo, Químico Farmacéutico y Profesor Titular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, corresponde al primer ensayo clínico íntegramente desarrollado en nuestro país, marcando un antes y un después en la ciencias médicas a nivel nacional.
Según el lipidólogo del estudio, Dr. Juan Guillermo Gormaz, dado que en la actualidad la sola declaración del contenido de omega-3 en alimentos (Ampliamente promovida en Chile como sinónimo de funcionalidad) está dejando de ser percibida como atributo de valor por los mercados exigentes, "la nueva capacidad para certificar propiedades saludables nos permitirá superar una de las principales limitantes para competir por valor agregado con naciones desarrolladas, abriéndose un cúmulo de oportunidades. Aquello explica el origen del proyecto AQUAMAX de la Unión Europea orientado a demostrar que sus actuales productos acuícolas (producidos con dietas altas en vegetales), conservan las propiedades saludables de sus homólogos silvestres. Al respecto, el académico señaló que a pesar de contar AQUAMAX con un equipo biomédico de clase mundial, terminaron publicando un estudio clínico débil y con deficiencias metodológicas, aspecto previamente discutido en este medio".
Sin embargo, el también especialista en nutrición de peces menciona que el otro desafío para competir por valor agregado en términos de salud, es la necesidad de alcanzar en el área nutrición acuícola los estándares de excelencia, especialización y transparencia que poseen los países desarrollados con acuicultura. Sobre aquello Gormaz remarca dos necesidades principales. Primero, aumentar la calidad nutricional de la mayoría de los piensos acuícolas nacionales, teniendo en cuenta que esta variable siempre es proporcional al volumen y calidad de la investigación respectiva realizada en zona donde el alimento se produce, más aún cuando la evidencia ha demostrado que en Chile el término transferencia tecnológica, debe asociarse más a conceptos como dependencia e ISAv, que a cualquier tipo de progreso. Segundo, fomentar que sean especialistas en salud humana quienes lideren la investigación sobre los efectos saludables de alimentos acuícolas, así como estimular la especialización dentro de las ciencias de la acuicultura. Esto último, para evitar por ejemplo que la falta de especialistas en lípidos, fuerce la incorporación de científicos sin formación ni trayectoria en dicha área a investigaciones orientadas a estudiar requerimientos de ácidos grasos en salmón, como recientemente ha ocurrido con investigadores chilenos adscritos a un consorcio internacional presente en nuestro país.
Para finalizar, Gormaz invitó a trabajar en conjunto, mencionando que la publicación de este ensayo clínico demuestra que en la actualidad no hay límites para la innovación local y que tomando como base los estándares de las naciones desarrolladas, podemos ser tan buenos o mejores que cualquiera de aquellos países y/o sus universidades.