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Organismos de la ONU piden una transformación urgente de los sistemas alimentarios

Organismos de la ONU piden una transformación urgente de los sistemas alimentarios

(FAO, Roma) El Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) abrió este lunes 17 de octubre su Sesión plenaria, que coincide con la estela del consenso internacional sobre los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, con el objetivo de avanzar en la acción coordinada para transformar los sistemas alimentarios y la nutrición a nivel mundial.

«Más de la mitad de la población mundial sufre de una o más formas de malnutrición», incluyendo el hambre, la carencia de micronutrientes y la obesidad, aseguró el director general de la FAO, José Graziano da Silva, a los delegados que asistieron a la reunión anual del principal foro para la formulación de políticas globales sobre seguridad alimentaria y nutrición. «Los sistemas alimentarios –dijo- fracasan de forma patente en ofrecer una alimentación sana a la gente. Y si los sistemas alimentarios son el problema, el CSA es dónde hay que buscar soluciones».

Los objetivos clave de erradicar la pobreza extrema, el hambre y todas las formas de malnutrición para 2030 deben lograrse, según Graziano da Silva, en «un contexto cada vez más adverso, donde el crecimiento demográfico, unos recursos menguantes, el cambio climático y la urbanización pondrán a prueba nuestra capacidad de encontrar nuevas formas de trabajar e interactuar. El esfuerzo, dijo, requerirá «una amplia alianza”.

“Tenemos que hacer más, hacerlo mejor, más rápido y juntos … para transformar las zonas rurales en lugares donde la gente pueda vivir una vida plena y afrontar un futuro brillante. Donde todos y cada uno de los 3.000 millones de habitantes de las zonas rurales del mundo sean capaces de adaptarse al cambio climático. Donde cada día comience y termine con el acceso a alimentos nutritivos y abundantes», señaló Kanayo F. Nwanze, presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), en su discurso ante el CSA.

“Debemos renovar nuestros esfuerzos para construir sistemas alimentarios más duraderos, más capaces de soportar los cambios del clima y los fenómenos meteorológicos extremos y de responder a las necesidades nutricionales, aumentar la resiliencia de nuestros sistemas alimentarios, mitigar los riesgos, y garantizar que estamos más preparados para las crisis del clima en el futuro», dijo por su parte Elisabeth Rasmusson, directora ejecutiva adjunta del Programa Mundial de Alimentos (PMA), señalando que este esfuerzo requerirá la intervención de las diversos partes implicadas.

En su discurso de apertura, la presidenta del CSA, la sudanesa Amira Gornass, hizo hincapié en que «la construcción de sistemas alimentarios sostenibles es, en esencia, trabajar para lograr los objetivos de seguridad alimentaria y relacionadas con la nutrición de la Agenda 2030».

Un debate global

Además de actuar como órgano rector del sistema de las Naciones Unidas para los debates sobre la seguridad alimentaria y la nutrición, el CSA está estructurado para permitir que intervengan en las decisiones sobre políticas los participantes de la sociedad civil, el sector privado, otros organismos de la ONU y las instituciones financieras internacionales, organismos de investigación y otros actores no estatales. Esta sesión plenaria, la número 43, ha establecido un récord con más de 1.400 participantes registrados.

Durante esta semana de trabajos hay previstos una serie de eventos paralelos y un foro sobre la urbanización, cuestión cada vez más importante para la seguridad alimentaria y la nutrición.

Los delegados deberán aprobar también dos series de recomendaciones sobre políticas, una con respecto al papel de la ganadería en el desarrollo agrícola sostenible y la otra sobre la importancia de vincular a los pequeños productores con los mercados.

 

FAO: Las guías alimentarias, una oportunidad para proteger el planeta

FAO: Las guías alimentarias, una oportunidad para proteger el planeta

(FAO) Lo que comemos es importante no sólo para nuestra salud, sino también para el planeta. Sin embargo, sólo un puñado de gobiernos innovadores han elaborado guías alimentarias que promueven dietas para superar a la vez dos de los retos más urgentes de nuestro tiempo: asegurar una buena nutrición para todos y hacer frente al cambio climático.

Esta es una de las principales conclusiones de un nuevo estudio publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Red de Investigación sobre el Clima y la Alimentación (FCRN, por su sigla en inglés) de la Universidad de Oxford.

El informe “Platos, pirámides, planeta” (“Plates, Pyramids, Planet”) evalúa las recomendaciones alimentarias elaboradas por gobiernos de todo el mundo, examinando en forma especial si establecen vínculos con la sostenibilidad del medio ambiente, además de promover buenos hábitos alimenticios. En el momento en que se realizó el estudio, sólo las recomendaciones de cuatro países­ –Brasil, Alemania, Suecia y Qatar– establecían conexiones entre las amenazas planteadas por los modernos sistemas de producción alimentaria y las pautas nutricionales que los impulsan. Dos países más –Países Bajos y Reino Unido– han dado pasos para incorporar las consideraciones ambientales en sus guías alimentarias.

Sin embargo, este reducido número de países representa una verdadera oportunidad perdida para muchos de ellos de promover dietas y sistemas alimentarios que no sólo sean saludables, sino sostenibles, según señala el estudio.

Doble ganancia para la salud y el medio ambiente

Los malos hábitos alimentarios –con dietas ricas en carne y alimentos con alto contenido de azúcar y grasas y pobres en cereales integrales, frutas y hortalizas– están estrechamente vinculados a las enfermedades no transmisibles: una de las principales causas de muerte prematura, no sólo en los países de ingresos elevados, sino también en muchas partes del mundo en desarrollo. Estas dietas no son sólo por lo general insanas, sino insostenibles para el medio ambiente.

“Un número creciente de personas entiende ahora que las dietas ricas en cereales integrales, legumbres, frutas y verduras -con un reducido consumo de carne y cantidades más pequeñas de alimentos ricos en grasas y alto contenido de azúcar- son buenas para nuestro cuerpo. También hay una amplia evidencia de que esas dietas tienen impactos ambientales mucho más bajos que los hábitos alimenticios insanos y no sostenibles, que son cada vez más frecuentes en la actualidad”, explica Carlos Gonzales-Fischer, de la FCRN y el autor principal del estudio. “Así que comiendo bien para nuestra propia salud personal, estamos haciendo también lo adecuado para el planeta: en esencia, se trata de una situación en la que todos ganan”.

“Entre los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Acuerdo de París sobre el clima, la comunidad internacional está apostando con firmeza para situar la sostenibilidad en la base de la planificación y la toma de decisiones”, añade Anna Lartey, Directora de la División de Nutrición y Sistemas Alimentarios de la FAO. “De forma específica, el ODS 2 establece una clara relación entre las exigencias de una alimentación sana y la agricultura sostenible, y ya es hora de que las guías alimentarias reflejen esa relación”.

Recomendaciones en todo el mundo

Más de 80 gobiernos -poco más de un tercio de todos los países del mundo- ofrecen ya consejos a sus ciudadanos en forma de directrices dietéticas basadas en los alimentos: mensajes cortos, de base científica, prácticos y culturalmente apropiados que orientan a las personas sobre una alimentación y estilos de vida saludables. Ese número está creciendo, incluso en países de bajos y medianos ingresos.

A pesar de estos avances prometedores, la mayoría de los gobiernos tienen aún sin embargo que elaborar su asesoramiento alimentario nacional, y esta carencia es particularmente evidente en los países de bajos ingresos: por ejemplo, sólo cinco países de África tienen esas directrices.

Y la mayoría de las guías existentes todavía no tienen en cuenta el impacto ambiental de los hábitos alimenticios.

Los cuatro países que sí incluyen la cuestión de la sostenibilidad, resaltan que una dieta basada en gran medida en las plantas tiene ventajas para la salud y para el medio ambiente. En particular, Suecia ofrece consejos más detallados sobre qué alimentos de origen vegetal son preferibles, aconsejando por ejemplo verduras de raíz antes que verduras para ensaladas. La mayoría de las directrices que incluyen la sostenibilidad mencionan el elevado impacto ambiental de la carne. Pero el consejo a menudo carece de especificidad y donde se indican las dosis máximas de ingesta, estas se basan sólo en cuidar la salud, no en la preocupación por el medio ambiente.

Las recomendaciones de Brasil destacan por hacer hincapié en los aspectos sociales y económicos de la sostenibilidad, aconsejando a la gente a desconfiar de la publicidad, por ejemplo, y evitar los alimentos ultra procesados, que no sólo son malos para la salud, sino que además socavan las culturas alimentarias tradicionales.

De las directrices a las políticas

El estudio hace hincapié en que, para tener un efecto real sobre el consumo de alimentos, las guías alimentarias necesitan tener vínculos claros con las políticas alimentarias que realmente se implementan: como las normas sobre las comidas en escuelas y hospitales y las regulaciones que afectan a la publicidad y la industria.

“Las guías alimentarias son un primer paso esencial: proporcionan una visión, a nivel nacional, de cómo podríamos y deberíamos comer. Pero a menudo la relación con políticas prácticas sobre el terreno está ausente, o es poco clara“, advierte Tara Garnett. coautora del estudio.

La sugerencia general del informe es que los países que ya cuentan con guías alimentarias deberían comenzar a plantearse un proceso de incorporar la sostenibilidad en las  mismas. “Los países que todavía no disponen de ellas, están en una posición única para desarrollar desde el principio guías integradas”, explica Garnett.

Sobre el FCRN

La Red de Investigación sobre el Clima y la Alimentación es una red internacional e interdisciplinaria que opera en el punto de intersección de la alimentación, el clima y los problemas de sostenibilidad en su conjunto. Su misión es fomentar el diálogo informado y el pensamiento crítico necesarios para alcanzar el entendimiento mutuo y la acción colectiva sobre la sostenibilidad de los sistemas alimentarios.

Para más información visite www.fcrn.org.uk o siga a la FCRN en Twitter @FCRNetwork

FAO: Graziano da Silva se reúne con delegación de la sociedad civil en simposio sobre biotecnologías agrícolas

FAO: Graziano da Silva se reúne con delegación de la sociedad civil en simposio sobre biotecnologías agrícolas

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) alberga por estos días en Roma (Italia) un simposio internacional sobre biotecnologías agrícolas para ofrecer un foro neutral destinado a promover el debate, el diálogo y el intercambio de información, aseguró el director general del organismo, José Graziano da Silva, al reunirse con representantes de la sociedad civil.

El encuentro se produjo tras expresar los integrantes de la sociedad civil su preocupación de que no se está dando a todas las partes interesadas la misma oportunidad de ser escuchadas en el simposio y que la participación en el mismo estaba inclinada a favor del sector privado.

“Les aseguro que la FAO no apoya a las corporaciones transnacionales. Este es un foro neutral y cumplimos con nuestro mandato de erradicar el hambre y la malnutrición”, afirmó Graziano da Silva.

El director general tomó nota de la preocupación expresada por la sociedad civil relacionada con los derechos de propiedad intelectual y las patentes. Hizo hincapié en que esta es también una cuestión clave para la FAO.

Con respecto a la participación en el simposio, recordó que antes del evento, la FAO había hecho una convocatoria pública internacional de propuestas para que las partes interesadas pudieran hacer oír su voz en los debates.

Graziano da Silva destacó también que la agenda del simposio presenta un equilibrio entre la sociedad civil y la representación del sector privado y que a ambos les había sido ofrecido el mismo espacio. Indicó que la sociedad civil había decidido asistir al simposio con una delegación más reducida, decisión que la FAO respeta.

e ganado, peces y árboles que benefician a los campesinos familiares y sus sistemas alimentarios, nutrición y medios de vida.

Estas incluyen muchas aplicaciones de “tecnologías sencillas”, por ejemplo, los procesos de fermentación, biofertilizantes, la inseminación artificial, producción de vacunas, diagnósticos de enfermedades, el desarrollo de bioplaguicidas y el uso de marcadores moleculares en la obtención de nuevas variedades y razas.

Como ya subrayó en su discurso de apertura del simposio, Graziano da Silva aseguró a la delegación de la sociedad civil que el evento no se basa en los organismos modificados genéticamente (OMG) y que las biotecnologías agrícolas son algo mucho más amplio que los OMG.

El objetivo del simposio es que los participantes –incluyendo científicos, representantes gubernamentales, del sector privado, la sociedad civil y cooperativas de agricultores– compartan conocimientos, experiencias y mejores prácticas sobre cómo las biotecnologías pueden ayudar en la transición hacia una producción agrícola dependiente de un menor número de insumos y con menos impacto negativo en el medio ambiente.

La FAO ha presentado varias historias de éxito donde las biotecnologías agrícolas benefician a los campesinos familiares, especialmente en el mundo en desarrollo. Algunos ejemplos –ninguno de los cuales implica el uso de OMG– pueden encontrarse aquí.

 

FAO: Precios de los alimentos inician 2016 en nivel más bajo en casi siete años

FAO: Precios de los alimentos inician 2016 en nivel más bajo en casi siete años

El índice de precios de los alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) bajó en enero, perdiendo un 1,9% respecto a su nivel de diciembre de 2015, con descensos de todos los productos básicos de los que hace seguimiento, en particular del azúcar.

El índice se situó en enero en 150,4 puntos, un 16% respecto al mismo mes del año anterior y registrando su nivel más bajo desde abril de 2009.

El indicador de la FAO es un índice ponderado en base a los intercambios comerciales que hace el seguimiento en los mercados internacionales de los cinco principales grupos de alimentos básicos: cereales, aceites vegetales, productos lácteos, carne y azúcar.

Los principales factores que subyacen en la persistente disminución de los precios de los productos alimenticios básicos son los suministros agrícolas en general abundantes, una desaceleración económica mundial, y el fortalecimiento del dólar estadounidense. Este mes, la FAO elevó también su previsión de las existencias mundiales de cereales en 2016, como resultado de la reducción proyectada del consumo y el aumento de las perspectivas de producción en 2015.

El índice de precios del azúcar de la FAO cayó un 4,1% de diciembre, su primer descenso en cuatro meses, ya que las condiciones de los cultivos mejoraron en Brasil, con diferencia el principal productor y exportador de azúcar del mundo.

El índice de precios de los productos lácteos cayó un 3,0%, lastrado por la abundancia de suministros, tanto en la UE como en Nueva Zelanda y una escasa demanda mundial de importaciones.

El índice de precios de los cereales se redujo un 1,7% (a 149,1 puntos) en un contexto de amplios suministros mundiales y el aumento de la competencia por los mercados de exportación, especialmente de trigo y maíz, así como la fortaleza del dólar de Estados Unidos.

El índice de precios de los aceites vegetales cayó un 1,7%, debido principalmente al descenso de los precios de aceite de soja, reflejo de las expectativas de abundantes suministros mundiales de soja.

El Índice de precios de la carne bajó por su parte un 1,1% en relación a su valor revisado de diciembre, con caídas en los precios de todas las categorías de carne, excepto la de porcino, sostenida por el inicio de ayudas al almacenamiento privado en la Unión Europea.

Perspectivas iniciales mixtas para las cosechas de 2016

Los patrones climáticos asociados con El Niño están enviando señales mixtas sobre las perspectivas iniciales para las cosechas de cereales en 2016, en especial en el hemisferio sur, según la Nota informativa de la FAO sobre la oferta y la demanda de cereales, también publicada hoy.

Las perspectivas para la cosecha de 2016 se han visto “muy debilitadas” en África austral, y ahora parece probable un 25% de recorte en la producción de trigo en Sudáfrica. Las condiciones para la cosecha son en general favorables en la Federación de Rusia y la Unión Europea, pero han disminuido las plantaciones de invierno en los Estados Unidos y Ucrania. También se prevé un recorte de la superficie sembrada de trigo en la India, tras un monzón insuficiente y lluvias inferiores a la media desde octubre.

Las perspectivas para el arroz a lo largo de 2016 y al sur del ecuador son “bajas” debido, en algunas ocasiones, a la insuficiencia de agua y en otras, al exceso de lluvias.

En cuanto a la temporada 2015, la FAO elevó ligeramente su previsión para la producción mundial de cereales a 2.531 millones de toneladas, cifra ligeramente superior a la comunicada en diciembre.

La producción de trigo en Canadá y Rusia y la de maíz en China, Canadá y Paraguay impulsaron la revisión al alza. La FAO también elevó ligeramente su expectativa respecto a la producción mundial de arroz 2015, debido principalmente a las elevadas previsiones para China, Viet Nam y Estados Unidos.

Al mismo tiempo, la FAO redujo su pronóstico para la utilización mundial de cereales en la temporada 2015/16 a 2 527 millones de toneladas, que sigue siendo un 0,8% superior a la del año anterior.

Ello es reflejo del aumento del 2,0% para el trigo, en gran parte debido a un mayor consumo de piensos para el ganado en los países desarrollados y un aumento del 0,3% en el maíz. Se prevé que la utilización mundial de arroz aumentará en un 1,1%, manteniéndose el consumo mundial per cápita estable.

Como resultado de la mayor producción y la rebaja en las previsiones de consumo, las existencias mundiales de cereales se estima que finalicen las temporadas de 2016 en 642 millones de toneladas, más altas que al inicio. Ello implica que el ratio entre existencias y utilización a nivel mundial permanecerá holgado y estable en torno al 25%.

Sin embargo, la acumulación de inventarios varía a nivel geográfico y en función del cultivo. Hay previstos aumentos destacados en las existencias de trigo en Estados Unidos, la Unión Europea y China, mientras habrá probables reducciones en Canadá, la India y la República Islámica de Irán. Por otro lado, habría que reducir las existencias mundiales de arroz para cerrar la brecha prevista entre producción y consumo global, con gran parte de esa reducción afectando a la India y Tailandia, los dos principales exportadores de arroz.

Somalía: Hábitat artificiales para peces benefician a las comunidades costeras

Somalía: Hábitat artificiales para peces benefician a las comunidades costeras

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), en colaboración con la Unión Europea, acaba de completar el despliegue de 25 “imanes para peces” a lo largo de los 3.300 km de la costa de Somalia, una medida que impulsará la pesca artesanal en pequeña escala en la nación africana.

Los dispositivos de concentración de peces (DCP) consisten en una boya flotante y una “alfombra” de unos cuantos metros de ancho. La vida vegetal crece rápidamente bajo este dispositivo, que atrae a un gran número de peces: en esencia, se trata de crear nuevas zonas de alta densidad de pesca donde antes no existían.

Las 25 “imanes” atraerán a muchas especies de peces diferentes –incluyendo el atún– que normalmente los pescadores artesanales no pueden capturar fácilmente, haciendo la pesca más segura y eficiente, a la vez que se fomenta que los pescadores pesquen lejos de hábitats como los arrecifes de coral y praderas marinas, que son vulnerables a la sobrepesca.

El esfuerzo ha sido financiado por los gobiernos de Japón y Suiza, mientras que las fuerzas navales de la Unión Europea (Eunavfor)– que tienen un papel importante en la lucha contra la piratería a nivel regional y el monitoreo de la pesca- han ofrecido protección y apoyo logístico clave para el buque que desplegó los DCP.

“La iniciativa de los DCP está en el centro de la labor de la FAO y sus socios para impulsar los medios de subsistencia costeros, fortalecer la resiliencia y hacer frente a las causas subyacentes de la piratería: la pesca ilegal, la degradación de las pesquerías locales, los altos niveles de desempleo de los jóvenes y la inseguridad alimentaria” explicó el representante de la FAO en Somalia, Richard Trenchard.

El jefe de la Delegación de la Unión Europea y embajador en Somalia, Michele Cervone d’Urso, elogió el programa FAO como un añadido crucial a los esfuerzos para la creación de empleo en las zonas afectadas por la piratería de Somalia.

“Se trata de un enfoque integrado para la creación de oportunidades de empleo a largo plazo y sostenible para los jóvenes y las mujeres como alternativas a la piratería y la migración, desarrollando las cadenas de valor del sector de la pesca y la ganadería en las comunidades costeras de Puntland, Galmudug y Banadir, donde tradicionalmente se han combinado la pesca de temporada y actividades pastorles”, señaló D’Urso.

La FAO trabajó con 20 comunidades, así como con los ministerios federales y regionales en Somalia, para identificar los lugares para establecer los DCP y asegurarse que éstos serían aceptados y bien utilizados.

Desarrollo a largo plazo

Algo más de un millón de personas en Somalia se enfrentan actualmente a una grave inseguridad alimentaria, mientras que se estima que 307 800 niños menores de cinco años sufren malnutrición aguda, según datos de la FAO. El organismo de la ONU considera la pesca sostenible como un elemento clave de la lucha contra la inseguridad alimentaria y la malnutrición en el país del Cuerno de África.

Según Trenchard, los dispositivos deben ayudar a impulsar una mayor ayuda al desarrollo a largo plazo de estas comunidades, y de forma destacada, inversiones para fortalecer los vínculos con el mercado.

“Además de ampliar el programa de DCP a otras áreas, estaremos trabajando con los ministerios y las comunidades pesqueras para atraer más inversiones para máquinas de hielo, instalaciones de almacenamiento y procesamiento en frío, la mejora de los lugares de desembarque y, por supuesto, mejores carreteras para llevar el pescado fresco a los mercados de la manera más rápida posible”, explicó Trenchard.

Otras actividades de la FAO relacionadas en Somalia incluyen la construcción de barcos, capacitación en la conservación del pescado, distribución de refrigeradores solares, construcción de espigones y el registro de los pescadores, muchas de las cuales han sido apoyadas gracias a la generosa financiación de Noruega y el Reino Unido. Además, con fondos de la Unión Europea, la FAO planea lanzar un programa más amplio para estimular aún más el crecimiento del sector pesquero y seguir reduciendo las posibilidades de que la piratería pueda reaparecer en el futuro.

Importancia de la sostenibilidad

Si bien los DCP pueden tener impactos ambientales negativos cuando se utilizan de forma imprudente, la FAO ha estado a la vanguardia del desarrollo de directrices para su uso sostenible, basándose en la experiencia adquirida en otros lugares.

La ubicación es clave para garantizar la sostenibilidad de los DCP. En Somalia, los dispositivos de la FAO se han desplegado en lugares de aguas profundas elegidos con gran cuidado y están anclados al fondo del mar.

La FAO –según informó el organismo internacional– se ha dedicado activamente a involucrar a las mujeres, los jóvenes y los pescadores, así como las autoridades competentes, para desarrollar mejores prácticas de gestión local y reglas que reduzcan la posibilidad de conflictos y garanticen el uso sostenible de todos los DCP. Estas reglas están sancionadas en acuerdos locales, rubricados por los ancianos de la aldea, los jefes de las cooperativas y los ministerios gubernamentales.