(FIS) El primer semestre de 2013, las importaciones de centolla roja de Japón experimentaron un pronunciado aumento con respecto a las del año anterior, mientras que las de otros cangrejos más baratos disminuyeron. Esta situación se da justo después de que Rusia y Japón firmaron un acuerdo sobre medidas conjuntas para poner fin a la pesca furtiva de pescados y mariscos.
Según el Servicio Federal de Aduanas de Rusia, las exportaciones de centolla rusa a Japón solo fueron de 600 toneladas, pero las estadísticas oficiales de Japón sobre las importaciones rusas indican una cifra 30 veces mayor.
La autoridad aduanera de Hokkaido (Japón) descubrió que después de la firma del acuerdo, los pescadores ilegales se concentraron en la captura de las variedades más caras de centollas.
Según este organismo, en el primer semestre de 2013, las importaciones de centolla (spider crab) cayeron 22% en comparación con el mismo periodo de 2012, mientras que las importaciones de centolla roja aumentaron un 400%.
La Asociación de Productores de Cangrejo del Lejano Oriente también opina que este cambio en las preferencias de los pescadores furtivos parece ser uno de los efectos colaterales de la firma del acuerdo.
La Cámara de Cuentas de Rusia reveló que el costo de la importación ilegal de los recursos biológicos acuáticos, sin tener en cuenta los impuestos no pagados, las tasas por la utilización de los recursos biológicos marinos y los derechos de aduana, representa una gran pérdida para Rusia.
Según este organismo, el país pierde entre US,5 millones y US millones, cifras que superan los ingresos de toda la industria pesquera legal.
Fuente: FIS