La industria salmonicultora en Magallanes ha crecido significativamente en los últimos años, con nuevas inversiones en tecnología y prácticas de producción más sostenibles. No obstante, el sector acusa una regulación rigurosa y cuestionamientos por parte de grupos ambientalistas y la autoridad de turno, tras lo cual, esperan continuar reactivando el desarrollo y aporte del sector a la región austral.
Al respecto, la gerenta general de la Asociación de Salmonicultores de Magallanes, Francisca Rojas, detalla la evaluación productiva, en términos de volumen y retornos, de la salmonicultura en Magallanes al cierre de 2023 e inicios de 2024.
“El año 2023 cerró con una producción regional de 130.000 toneladas, un 22% menor respecto al año anterior. Para el año 2024 se proyecta una cosecha total de 110.000 toneladas, disminución que afecta la cantidad de puestos de trabajo directos y el volumen de exportación regional. A abril de este año la exportación regional de salmón y trucha alcanzó un total de US$138,9 millones y a igual fecha del año 2023 se habían exportado US$149,2 millones. Estamos viviendo un ciclo complejo en términos de producción”, revela Francisca Rojas.
En cuanto a la estimación del impacto de los cambios normativos propuestos por el Ejecutivo que se discuten en el Congreso, y cómo nueva Ley de Acuicultura y planes de manejo en reservas nacionales afectan al sector, la representante del gremio es clara: “Estamos atentos a las próximas discusiones que se generarán en torno a la Ley de Acuicultura. Para ello, tenemos el compromiso del subsecretario de Pesca de convocar a una mesa de trabajo público-privada en torno a esta nueva Ley, donde podremos conversar sobre la realidad regional”.
“Respecto a los planes de manejo, nos preocupa el rol de las ONG internacionales en la elaboración de dichos instrumentos, así como la incertidumbre asociada a la creación del SBAP y sus reglamentos. Sin estas líneas claras, no podemos proyectar el futuro de la industria en la Reserva Kawésqar y otras áreas protegidas”, añade Rojas.
Adicionalmente, destaca que las empresas productoras en Magallanes están enfrentando un fuerte periodo de desafíos, con judicialización, cambios regulatorios e incluso el incendio en una planta de proceso.
Respecto de la forma en que los asociados se preparan ante los futuros ciclos productivos y enfrentar de mejor forma los escenarios de incertidumbre, la gerenta general de la Asociación afirma que, “ha sido un período complejo, con una menor actividad y baja proyección de cosecha para este año 2024. La principal preocupación regional consiste en lograr una óptima competitividad con el fin de compensar la caída productiva de estos últimos años. Para esto, hemos presentado un plan de trabajo con 17 medidas a los servicios públicos correspondientes, donde esperamos destrabar algunos nudos importantes que permitirán a nuestros socios enfrentar el futuro con certeza”.
Consultada sobre qué respuesta han tenido desde el nivel central, ministerios relacionados y las autoridades regionales, Francisca Rojas relata que, “hemos tenido buena recepción por parte de las autoridades locales, que comprenden la importancia de la salmonicultura en Magallanes, aportando con más de 4.000 puestos de trabajo directos y representando un 22% del PIB regional. Tanto el gobernador regional como los parlamentarios regionales han impulsado acciones que buscan dejar sin efecto este plan de manejo, debido al financiamiento irregular, la falta de participación de actores relevantes en la definición de los objetos de protección y falta de transparencia en su proceso de elaboración”.
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Fotografía: Salmonicultores de Magallanes.