En la última década, los ROV (vehículos operados remotamente, por sus siglas en inglés) han revolucionado la industria acuícola, transformándose en una herramienta fundamental mejorar la eficiencia y sostenibilidad en los centros de cultivo, permitiendo realizar tareas de inspección y monitoreo, optimizando costos y reduciendo riesgos.
En este contexto, Revista AQUA conversó con Claudio Troncoso, ingeniero naval y académico Universidad Austral de Chile, sede Valdivia, quien especifica que un remotely operated vehicle es un tipo de vehículo marino no tripulado (Unmanned Marine Vehicles, UMV).
Estos se pueden clasificar en ROV, AUV (Autonomous Underwater Vehicles), glider (planeador submarino) y ASV (Autonomous Surface Vehicle), cada uno de los cuales tienes características diferentes y pueden cumplir misiones de utilidad para la acuicultura.
Agrega que los ROV de nado libre son los más utilizados en la industria de la acuicultura, considerando que pueden realizar un amplio rango de misiones dependiendo de su tamaño y equipamiento, como salvataje submarino, inspecciones de infraestructura submarina, apoyo en la instalación y reparación de infraestructura submarina, recolección de datos oceanográficos y filmaciones submarinas.
Actualmente, varias empresas que realizan labores de instalación e inspecciones de centros de cultivo de peces utilizan ROV estas tareas en líneas de fondeo, reparaciones de redes y salvataje de balsas jaulas siniestradas”, explicó Claudio Troncoso.
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Fotografía: Submarina Chiloé