Trabajadores del salmón se titularon como soldadores

Ago 29, 2017

Se trata de la segunda versión de talleres de oficios que Salmones Blumar organiza para sus trabajadores como reconocimiento a su desempeño laboral. Al término del curso, cada participante recibió una máquina de soldar y herramientas de protección.

Un diploma que los acredita como soldadores al arco, recibieron diez trabajadores de Salmones Blumar que participaron de un curso ofrecido por la compañía como reconocimiento a su desempeño laboral.

Se trata de la segunda versión del taller de soldadura que realiza la salmonicultora en Puerto Montt (región de Los Lagos) para sus trabajadores, con el fin de entregarles nuevas competencias en ámbitos ajenos al quehacer de la empresa.

El curso, de 40 horas de duración, fue dictado por profesionales de Indura Puerto Montt, y benefició a operarios y maestros de cocina de los centros de cultivo «Rouse», «Caicura», «SE-Forsyth», «Midhurst» y de operaciones de Salmones Blumar.

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Al término del taller, la compañía obsequió a cada participante una máquina de soldar, una careta, guantes de cuero y pechera, además de otros elementos de protección para llevar a cabo este oficio.

«Juguete nuevo»

Darwin Martínez fue uno de los asistentes al curso. Trabaja desde el año 2008 en Salmones Blumar y actualmente se desempeña como maestro de cocina en el centro «SE-Forsyth», en la región de Aysén. Comenta que le sorprendió el anuncio que le hicieron llegar desde Recursos Humanos sobre la posibilidad de cursar esta capacitación.

«Al principio no creímos mucho, porque no entendíamos en qué le convenía a la empresa ofrecernos una herramienta que no ocuparíamos en nuestro trabajo, pero cuando ya nos dieron la fecha, nos terminamos por convencer», recuerda. Él era uno de los pocos del grupo que no tenía nociones del trabajo en soldadura, por esto se fue encantando con cada conocimiento que recibió.

«Estábamos muy entusiasmados, sobre todo cuando terminaron las horas de teoría y pudimos comenzar a ocupar las máquinas. Parecíamos cabros chicos con juguete nuevo». Añade que la capacitación fue intensa y que se basó en el trabajo de soldadura de láminas muy delgadas que exige precisión y mucho ensayo para no cometer errores.

«Pero lo mejor vino al final, cuando nos contaron que la empresa nos regalaría a cada uno la máquina de soldar y herramientas de protección.  Ahí estábamos felices, y muy agradecidos porque la empresa nos entregó una herramienta laboral que también se puede convertir en una posibilidad de un nuevo ingreso para nuestros hogares», finalizó.

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