Hacia el rumbo del consumo humano

Ago 4, 2014

Las cifras del primer semestre son alentadoras. El 78% de las capturas efectuadas por los pescadores industriales estuvieron destinadas a consumo humano directo, ya sea a congelados, conservas, apanados o frescos refrigerados. Si revisamos los porcentajes de años anteriores, estos se han ido incrementando, gracias a la voluntad de empresas que han apostado por la […]

Las cifras del primer semestre son alentadoras. El 78% de las capturas efectuadas por los pescadores industriales estuvieron destinadas a consumo humano directo, ya sea a congelados, conservas, apanados o frescos refrigerados.

Si revisamos los porcentajes de años anteriores, estos se han ido incrementando, gracias a la voluntad de empresas que han apostado por la innovación. Esto ha signifi cado esfuerzos por adaptar las plantas, realizar innovaciones tecnológicas y, por supuesto, ha traído consigo la generación de empleo para las comunas donde se emplaza la industria, que han visto cómo estas plantas hoy están procesando todo el año. Ellas elaboran la materia prima a través, principalmente, de mujeres, muchas de ellas jefas de hogar, que en un número importante contribuyen al empleo en las ciudades en que están instaladas.

El camino se inicia cuando el recurso es capturado y luego refrigerado en bodegas aptas para ello en los barcos pesqueros. Sin esta tecnología a bordo sería imposible mantener la materia prima en óptimas condiciones para luego elaborar productos que van a los más diversos mercados alrededor del mundo.

El jurel es un ejemplo concreto. Las empresas socias de la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes) han destinado a la fecha más de un 85% de sus capturas de 2014 a la elaboración de productos para consumo humano directo. Esto fue aumentando de a poco desde la década del año 2000, cuando se pusieron en marcha los Límites Máximos de Captura por Armador y las empresas invirtieron en modernas plantas. La estabilidad de la Ley de Pesca, que durante diez años normó al sector pesquero y a pesar de la baja en las cuotas de captura, hizo que las empresas siguieran apostando al valor agregado. Actualmente, a pesar de contar con menos de un tercio del jurel que se disponía en 2008, las compañías han sabido reinventarse.

Otro ejemplo lo es también la jibia. Los pescadores industriales han innovado y agregado valor a este molusco que es considerado en el mundo como una plaga, principal depredador de la merluza. Sin embargo, la industria pudo revertir lo que significa la presencia de esta especie y ha logrado llegar a mercados exigentes con variados productos. Solo en la Región del Biobío cinco plantas la procesan autoabasteciéndose de sus propios barcos y otorgando 800 puestos de trabajo directo y 1.600 indirectos. De ahí la importancia de que los pescadores industriales la continúen capturando.

Por todo lo anterior es que los pescadores industriales necesitan de la estabilidad del marco jurídico que los rige para seguir en el rumbo del consumo humano y aumentar en los próximos años el porcentaje de las capturas que se destinan a él.

Parece de toda lógica que se quiera evaluar la Ley de Pesca publicada el 9 de marzo de 2013, sin embargo, para eso esta debe entrar en vigencia plenamente y luego evaluarla, cuando haya transcurrido un plazo razonable para saber si está cumpliendo o no con los objetivos con que se dictó.

Luis Felipe Moncada, presidente Asipes

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