Sin duda que todos los hechos conocidos relacionados con actos de corrupción y financiamiento ilegal de la política, particularmente en la época de discusión de la actual ley de pesca, ha impactado fuertemente en la industria pesquera en general, dejando a nuestro sector en tela de juicio acerca de la «legitimidad» de la norma vigente.
El sector laboral de la industria pesquera no ha estado ajeno a dichos cuestionamientos, particularmente los trabajadores embarcados a bordo de las naves de pesca industrial, por cuanto muchas veces se nos ha tratado de vincular injustamente como los defensores de los empresarios y/o de los grandes inversionistas en materia pesquera; sin considerar que desde el año 2000 las embarcaciones industriales vienen disminuyendo en número producto de los sucesivos traspasos de cuotas pesqueras al sector artesanal, dejando cesantes y sin posibilidad de reinserción real a miles de trabajadores.
Hoy en día los trabajadores del sector pesquero industrial enfrentan un nuevo escenario adverso, en donde algunas autoridades políticas plantean modificaciones a la ley de pesca que solo crearían más cesantía y una gran incertidumbre laboral a quienes lograran quedar con trabajo.
En efecto, dado que varias de las propuestas van direccionadas a dejar la exclusividad de los derechos de pesca al sector artesanal, lo que significaría la cesantía inmediata de todos los trabajadores embarcados de la industria pesquera, otra de las propuestas y quizás la más fuerte es la licitación de gran parte de los recursos, lo que concentraría aún más la propiedad y genera gran incertidumbre y eliminación directa de puestos de trabajo.
Lo cierto es que cuesta creer que parlamentarios pretendan solucionar los problemas sociales del sector artesanal con pescado, porque eso nunca ha ocurrido, no ocurre ni ocurrirá. Basta ver que del mayor recurso pelágico, la industria solo tiene el 18% aproximadamente y ese porcentaje en ningún caso soluciona los problemas sociales de fondo del sector artesanal.
Los trabajadores del sector embarcado de la industria pesquera hoy estamos absolutamente solos. Sin embargo, como hombres de mar daremos esta lucha hasta el final y defenderemos lo que tanto nos ha costado construir: trabajo decente, convenios colectivos, la más alta sindicalización del país y no vivir de fracciones a la parte que son pan para hoy y hambre para mañana.
* Además del presidente del Sindicato de Oficiales Motoristas de la Marina Mercante Nacional, Eric Riffo Paz, esta columna fue firmada por Fernando Merino Aguilera, quien es el secretario de la misma entidad.