«Es un hecho que con la publicación de la denominada ‘Ley REP’ Chile seguirá el mismo rumbo de los otros países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que tienen más de veinte años de experiencia en la implementación de los modelos de Responsabilidad Extendida del Productor, y que construyeron estos sistemas sobre la base de establecer una sólida cultura de educación ambiental en la comunidad-empresas-comercio, y que resultó a lo largo del tiempo en metas y tasas reales de reciclaje, una comunicación cercana entre los stakeholder o grupos de interés dentro de la cadena de abastecimiento, nuevas inversiones en capacidad instalada, libre competencia, precios justos, costos ajustados a la realidad y niveles de supervisión y control férreo, sobre el cumplimiento de las metas de reciclaje.
No obstante lo anterior, la ley se encuentra en una fase de implementación y a la espera de la publicación de cuatro reglamentos y dos modificaciones normativas, los que en su conjunto, desde el año 2017, darán vida al nuevo sistema de gestión de los residuos en nuestro país.
Cabe señalar que las obligaciones y las metas de reciclaje, a ser establecidas en el marco de la ley, deberán cumplirse a través de los sistemas de gestión, individual o colectivo, los que pasarán a ser entidades que administrarán y financiarán la recuperación y valorización de los productos prioritarios ingresados al mercado y al final de su ciclo de vida.
En un inicio, las categorías que contempla la ley para la recuperación de estos productos prioritarios son: aceites lubricantes, aparatos eléctricos y electrónicos, baterías, envases y embalajes, neumáticos y pilas.
A este respecto, serán los propios productores los que decidirán el régimen al que quedarán sujetos, previa aprobación de los sistemas de gestión por parte del Ministerio del Medio Ambiente.
Asimismo, la cadena de abastecimiento, financiada por los sistemas de gestión, estará compuesta por los gestores autorizados e inscritos en los registros del Ministerio, los que accederán a estos sistemas vía licitación abierta.
En estricto rigor, la cadena de abastecimiento a nivel nacional deberá contener a la capacidad instalada actual y nuevos emprendimientos e inversiones, a las municipalidades, empresas dedicadas al manejo de los residuos, recicladores de base, lugares de acopio y valorización y empresas de transporte certificadas, entre otras.
En la parte final de la cadena estarán las empresas recicladoras y/o que pongan nuevamente productos en el mercado, las cuales se abastecerán de las materias primas recuperadas y valorizadas, pero no podrán estar dentro de los sistema de gestión.
La figura 1 muestra el funcionamiento general del tipo más común de esquema dentro del marco REP implementado en los países de la Unión Europea y miembros de la OCDE, donde se puede ver las interacciones que se dan dentro de la cadena de abastecimiento de los sistemas de gestión colectivo, los mismos que podrían darse bajo la implementación de la ley en nuestro país.
Figura 1: Esquema REP para un sistema de gestión colectivo de residuos
Fuente: Basado en European Commission–DG Environment. Development of Guidance on Extended Producer Responsibility (EPR), p. 80., 2014.
Como fuera graficado, serán las propias industrias y municipalidades las que jugarán el rol fundamental en la primera etapa o de segregación en origen; sin perjuicio de lo anterior, los intermediarios pasarán a ser una parte muy importante en la cadena para el reciclaje, porque en esta fase se realizará la recolección, clasificación, acopio y valorización de los residuos, antes de convertirse en las materias primas para las industrias.
En el funcionamiento general de los sistemas de gestión, la sumatoria de los costos sucesivos dentro de la cadena de abastecimiento y su optimización serán claves para lograr el autofinanciamiento buscado en el marco de la REP.
Luego, en las plantas de acopio y valorización autorizadas, y ubicadas en cada una de las regiones del país, se podrá reducir una parte importante de los costos operativos de cada uno de los sistemas, a través de la especialización en la clasificación de los materiales y consolidación de las cargas, antes del trasporte a su destino final, el reciclaje.
Finalmente, las metas de reciclaje se fijarán por reglamento para cada sistema, siendo incrementales en su aplicación, vale decir, según las fuentes del Ministerio del Medio Ambiente. Cinco años después de la implementación de la norma se espera una meta país de reciclaje del orden de un 30% anual».