Muchas empresas vienen teniendo acercamientos al mundo de la sostenibilidad desde hace años, ya sea con iniciativas puntuales o impulsados por la idea de que el negocio debería ir girando hacia ese lado. En el rubro acuícola, la responsabilidad de preservar, y en algunos casos regenerar, el ecosistema en el que sustentan las operaciones es un eje movilizador clave a la hora de dar un giro sostenible. Por sus características productivas, la industria necesita de un ecosistema sano y estable para operar y proyectarse a futuro, a lo que se le suma la aguda mirada de la opinión pública y los legisladores a causa de los casos de malas prácticas.
Desde la mirada social, como país vivimos un periodo de intensa sensibilidad hacia las prácticas poco participativas, las relaciones autoritarias y los abusos de poder. Para la acuicultura, esto es visible tanto en la esfera pública en el marco del proceso constituyente y las definiciones respecto al uso de los recursos naturales, como desde el ámbito de la opinión pública, en el que las redes sociales brindan una plataforma para que las personas y comunidades se informen, organicen y exijan ser parte de las decisiones que afectan su vida cotidiana y su futuro.
En Nodo Chile llevamos más de seis años participando en procesos de transformación sostenible con empresas de la industria que comienzan desde situaciones muy diversas, pero pocas veces hemos observado una convicción similar a la que existe este último tiempo respecto a que es una gestión necesaria y fundamental para proyectar su organización hacia el futuro.
Las organizaciones que acompañamos van observando que lo más importante no es que el proceso sea el más rápido ni el más amplio, sino que los tomadores de decisiones estén alineados y actúen como facilitadores de esta transformación dentro de sus organizaciones.
La complejidad de conocer la realidad de los distintos grupos de interés de una organización implica que muchas veces resulta fácil perder el foco o terminar ejecutando acciones que carecen de una mirada a largo plazo. La invitación de Nodo es a dar el primer paso basando siempre el proceso de transformación hacia la sostenibilidad en las mismas necesidades e intereses de quienes conforman y se relacionan con la empresa. Es por eso que hemos recopilado cinco preguntas que son un buen indicador de la necesidad de contar con una Estrategia de Sostenibilidad que le dé un norte y un marco a cómo abordar los impactos ambientales y sociales de la empresa:
-¿Tus trabajadores saben cómo su trabajo impacta positivamente el medio ambiente o las comunidades?
-¿Las comunidades cercanas a tus operaciones conocen cómo trabaja tu empresa y de qué manera ser vecinos ha significado un aporte positivo?
-¿Tu empresa está trabajando en un plan de acción para enfrentar el cambio climático?
-¿La primera línea tiene indicadores asociados al cuidado del medio ambiente y/o a la relación con las comunidades?
-¿Durante el último mes, le has dedicado tiempo a identificar oportunidades de mejora al desempeño ambiental y social, además del económico?
Sabemos que hasta las empresas más avanzadas en el tema siguen teniendo trabajo pendiente en estos ámbitos, pero también somos testigos de que cuando quienes conforman la organización ven que se están tomando decisiones, desarrollando proyectos y obteniendo resultados que mejoran el desempeño social y ambiental, la transformación sostenible toma fuerza interna y sigue un curso natural al mismo paso que el de la estrategia del negocio.