(La Tercera) Corpesca apuesta por la elaboración de productos de consumo humano en un escenario de recursos escasos y nuevas regulaciones y, el crecimiento de su operación en Brasil, es parte de la nueva era del negocio de la compañía, la segunda mayor productora de harina de pescado a nivel mundial en volumen y la empresa sobre la cual el grupo Angelini cimentó su patrimonio a partir de los años 50.
Este año, la compañía basada en el norte -justo en la zona que dio origen a la demanda territorial de Perú, sobre la cual se pronunciará la Corte de La Haya este mes potenciará su estrategia de crecer en productos de valor agregado, dando más énfasis a una oferta para consumo humano y también a la línea nutricional. Todo ello, con el objetivo de diversificar su matriz de negocios, que hoy se explica en un 70% por la elaboración de harina y aceite de pescado, a partir de un volumen que en 2013 alcanzó a las 600.000 toneladas de pesca.
El proyecto, que incluye crecer y potenciar la operación que desde 2013 tiene en Brasil, será impulsado por Arturo Natho, el nuevo gerente general de la firma desde octubre del año pasado. Hombre clave dentro de este conglomerado que además controla Celulosa Arauco, hasta mediados de 2013 era la cara visible del área internacional de la distribuidora de combustibles Copec.
Natho fue el encargado de las operaciones de Terpel, ligada al conglomerado, en los distintos mercados donde participa: Colombia, Perú, Ecuador, Panamá, República Dominicana y México.
Esta nueva etapa, explica el ejecutivo, tiene que ver con el objetivo de incorporar a la estrategia la responsabilidad de la industria en el tema de la sustentabilidad. “Significa pararse en ese escenario y decir cómo somos capaces de generar valor a partir de este recurso, que es alimenticio y valioso y de alta proteína, y cómo somos capaces de posicionarlo en los mercados a nivel global”, dice.
Concretamente, los nuevos rumbos están relacionados con maximizar el valor, haciendo énfasis en “consumo humano y en especializaciones y mejoras de las harinas y separación de ellas”, comenta. Esta definición incluye, a la vez, otras áreas que hoy se están desarrollando, como la engorda de la especie dorado en Arica y una serie de iniciativas, “que esperamos ir sacando rápido. Tenemos un listado de nuevos productos y hay una serie de innovaciones para hacer una planta”, agrega.
Números azules
El arribo de Natho a Corpesca –cuya facturación superó los US$626 millones a septiembre último– viene precedido de una etapa compleja para la pesquera. En 2012, su peor año en una década marcada por la baja de las cuotas y capturas pesqueras, vendió US$559,9 millones, pero con un margen estrecho, explicado por costos que llegaron a los US$489 millones. La utilidad, en tanto, fue de apenas US$1,4 millones.
El ejecutivo afirma que hoy Corpesca está en una situación de Ebitda “interesante”, que le permite generar US$50 millones al año en Chile. Pero si se suma la posición que a partir de marzo del año pasado tiene en la productora de concentrados y aceite de soya Selecta, en Brasil, ese monto se eleva a una cifra “en torno a US$100 millones. Por lo tanto, es una operación sana”, asegura. Con todo, admite que los resultados “han sido complejos”, por factores como los costos. “Por estos ajustes y porque la pesca es cíclica, tenemos que ver cómo podemos administrar la firma de la mejor forma posible. Es parte de nuestros desafíos”, sostiene.
Al tercer trimestre de 2013, Corpesca exhibió utilidades por US$12,1 millones, situación positiva si se compara con el resultado negativo de -US$11,7 millones en el mismo período de 2012. “Somos la única pesquera que está mostrando resultados positivos en Chile y eso ya es una buena señal. Esperamos incrementar ese balance en un futuro”, confía.
Para 2014, el nivel de inversiones de Corpesca es del orden de US$35 millones, superior al ejecutado en 2013, cuando su presupuesto llegó a los US$30 millones. ¿A qué se destinarán? “Esperamos mejorar algunos procesos y tener eficiencias; tenemos proyectos de innovación interesantes”, comenta.
Uno de ellos es una nueva planta de conservas, en la que el grupo invirtió cerca de US$9 millones y que comenzará su funcionamiento en abril próximo. Parte de las inversiones irán al mantenimiento de barcos, un tema relevante para la empresa, cuya flota alcanza actualmente a 47 embarcaciones en funcionamiento. Recientementemtrajeron un barco del sur, refrigerado y con mayor capacidad de bodega. “Estamos probando cómo funciona en el norte”, comenta. A esos activos se suma la operación de cinco plantas: dos en Arica, dos en Iquique y una en Mejillones.
Nuevos mercados
Fuera de Chile, el foco de la compañía se centra en Brasil, país al que llegaron gracias a la compra del 60% de Selecta, en Araguari, estado de Minas Gerais. Con esta operación, Corpesca quiere mejorar sus ventas, ya que el concentrado de soya tiene un alto valor comercial. Para este año, estima que su comercialización representará el 24% del mix de ventas del grupo. “Brasil es una operación muy importante en términos de diversificación”, advierte.
En la línea nutricional, asimismo, están alcanzando altos valores con la diversificación en el uso de la harina de pescado. Una de las apuestas es el omega tres, que permite obtener precios diez veces más altos. “El aceite de pescado puede variar entre US$1.800 y US$2.600 la tonelada, dependiendo de la calidad. Pero con el concentrado que estamos haciendo en la planta Golden Omega, ese valor sube a US$20 mil y US$22 mil por tonelada. Son saltos muy significativos”, grafica.
Mayor pesca de jurel
En términos pesqueros, 2014 será similar al año pasado. A diferencia del resto de la industria, la zona norte prácticamente mantuvo la cuota de pesca para anchoveta, pasando de 800.000 a 751.000 toneladas para este año. “Vemos una situación más estable respecto de la operación pesquera del norte”, adelanta el ejecutivo. El énfasis en este negocio está puesto en la sustentabilidad y en mejorar las eficiencias.
En el jurel, principal pesquería del país, también hay buenas noticias. Para este año, Corpesca espera pescar toda su cuota, que llega a 45.000 toneladas. El escenario se vislumbra mejor, ya que en 2013 solo usaron el 60% de la cuota de jurel, por la escasez del recurso. El escenario más favorable permitirá además mejorar el negocio conservero, que tendrá un fuerte salto, ya que en el último ejercicio no se generó actividad. “El crecimiento de esta área será importante, porque el año pasado no produjimos. Para 2014 esperamos producir 400.000 cajas de conservas”, adelanta.
Natho no tiene quejas sobre cómo se distribuyeron las cuotas de pesca este año, en el marco del primer proceso que se realiza siguiendo los parámetros de la nueva ley del sector, aprobada a mediados del año pasado. Estima que los comités científicos, encargados de estimar los derechos, hicieron una designación “razonable de acuerdo a la información que existía”.
Agrega que existen buenos antecedentes como para sostener que la anchoveta está en buenas condiciones. “Esto es algo que se está implementando, faltan aún algunos reglamentos y hay que ir esperando como se conforman”, afirma.
La Haya: «Somos optimistas. El Gobierno ha hecho una buena defensa»
La preocupación sobre el impacto que puede tener un fallo adverso de parte de La Haya sobre los límites marinos nacionales, modificación solicitada por Perú, toca de cerca a la empresa del grupo Angelini. La compañía ha cumplido un rol en el proceso, recopilando y entregando a la Cancillería antecedentes que avalan la soberanía ejercida por los industriales y artesanales en la zona. El triángulo en disputa representa el 80% de la captura pesquera de Arica y el 30% del negocio de Corpesca. “Sin duda, la zona en controversia es importante”, destaca Arturo Natho.
En esta última fase de espera, la empresa es escueta en sus comentarios, ya que prefiere esperar el resultado que se dará a conocer el 27 de enero, antes de entregar una visión sobre los efectos y los impactos que puede enfrentar la compañía.
“Somos optimistas. El Gobierno de Chile históricamente ha presentado una buena defensa de la posición chilena, que es mantener lo que históricamente nos ha permitido desarrollar la actividad pesquera por casi 100 años”, sostiene Natho.