Einar Wathne, Cargill: “Desde Chile nos extenderemos hacia otros mercados”

Mar 1, 2017

El ejecutivo analizó la actualidad de la industria global del salmón, enfatizando en las nuevas preocupaciones de los consumidores como el uso de antibióticos, alimentos GMO y relación con las comunidades.

En octubre pasado, Cargill inauguró en Colaco una de las instalaciones de investigación en salud de peces más modernas del mundo. La inversión, llamada Cargill Innovation Center (CIC), alcanzó los US$10,5 millones y le permitirá a la compañía llevar a cabo entre cuatro a cinco veces más estudios, aumentando en un 30% la capacidad mundial para Investigación y Desarrollo (I+D) en nutrición de peces.

A seis meses del corte de cinta, el presidente de Cargill Aqua Nutrition (CQN), Einar Wathne, conversó con AQUA y no dejó escapar ninguno de los temas que hoy copan la agenda del sector salmonicultor.

¿Cómo evalúa la situación actual de la industria del salmón y, fundamentalmente, en Chile?

Tanto en Chile como en Noruega se han dado circunstancias que han frenado la producción. En el primer caso tuvimos el bloom de algas; mientras que en Noruega ha habido una importante incidencia del piojo de mar y, bajo el nuevo modelo productivo, no tenemos permitido aumentar los cultivos. En este escenario, para mantener los suministros de salmón, ha habido casos en que se cosecha tempranamente, sin haber alcanzado las tallas que requieren los mercados más exigentes.

Aun así, los precios siguen altos debido a la menor oferta y la demanda sostenida. En relación al aspecto sanitario, consideramos las condiciones actuales como razonables. Eso sí, hay mucho por avanzar y es el momento de aplicar medidas, ahora que la producción se ha mantenido baja, y por ende las infecciones no son tan agresivas. Nos gustaría tener crecimiento, pero lo más importante, con peces sanos. Este es mi escenario ideal.

¿Qué opina del nuevo reglamento presentado por el Gobierno y que limita el crecimiento productivo de la industria del salmón?

Considero que va en un sentido positivo. Ubicar los factores biológicos por sobre todo siempre será un buen lineamiento para manejar el crecimiento. Ahora bien, hay desafíos en la salmonicultura chilena que no están siendo abordados con esta nueva regulación, como el modelo de los sitios de cultivo y la forma en que éstos son usados; en definitiva, no es el sistema más óptimo.

¿Qué lineamientos se debiesen establecer para tener un mejor modelo?

Acá las concesiones están conectadas a los sitios de cultivo, sin siquiera tener la opción de ir moviéndolas hacia mejores zonas productivas en relación a las condiciones oceanográficas que se presenten y esto ha sido igual desde los inicios de la actividad.

Lo que se debe permitir es que en los buenos sitios haya una mayor producción y comenzar a eliminar los que presentan peores condiciones. Junto con esto, debiera haber una mayor agrupación de los sitios de cultivo y permitir que haya áreas controladas por una compañía individual.

¿Se debiera hacer como en Noruega entonces?

Noruega no lo hace así del todo, pero el separar las concesiones de los sitios de cultivo es un gran paso para avanzar hacia allá. A esto hay que sumarle que se permite tener varios sitios de cultivo por concesión, lo que permite la rotación y hacer que los sitios vayan descansando según sus estados sanitarios. Eso es algo que me gustaría ver implementado en Chile.

Cargill en Chile

¿Cuán importante es para Cargill la filial en Chile?

Este es nuestro segundo mayor mercado acuícola en el mundo, después de Noruega. Siempre hemos tenido una posición fuerte en Chile, con una buena reputación. Y esto se refleja con grandes inversiones como el Cargill Innovation Center inaugurado en Colaco.

¿Ven a Chile como una plataforma para llegar a otros mercados?

Ahora, como parte de Cargill, hemos tenido aún más acceso a países latinoamericanos, porque como Cargill tiene presencia en naciones vecinas estamos teniendo colaboración directa con otras áreas de negocios de la compañía. Y puntualmente en acuicultura, utilizaremos las competencias y el tamaño que hay acá para desde Chile extendernos hacia otros mercados, ya sea en I+D, transferencia tecnológica, exportaciones de productos, entre otros.

¿Cuál es la participación de mercado de Cargill en alimentos para salmonicultura?

Solemos decir que de cada tres salmones cultivados en el mundo, uno ha sido alimentado con EWOS.

Consumidores

¿Cómo ven los consumidores al salmón chileno? ¿Cree que prefieren el cultivado en otros países?

Hay segmentos de mercado que buscan la historia tras el producto. Entonces mantener una imagen que refleje eso es una cualidad, incluso cuando es difícil diferenciar el sabor, color, textura, calidad. En definitiva, tiene una parte más emocional y, en este sentido, Noruega y Escocia han trabajado fuertemente para construir esas historias. Chile debiese hacer lo mismo, invertir en marketing para hacer saber todos los atributos del país, la belleza en donde se cultivan sus salmones.

¿Qué tan importante es para los consumidores el uso de antibióticos?

Trabajo en estrecha relación con mercados relevantes para el salmón chileno, como Estados Unidos, y este es un tema que cada vez está tomando más fuerza. No es solo en pescado, sino que en las distintas proteínas. Por lo que hay que tener claro que los antibióticos no solo se utilizan en salmonicultura.

Es un aspecto que los productores deben tomarse en serio. Sabemos que los antibióticos son necesarios en toda producción animal, pero debemos interiorizar las señales que nos dan los consumidores.

¿Qué está haciendo Cargill para aportar en la reducción del uso de antibióticos?

Estamos enfocados en buscar tratamientos alternativos a los antibióticos, como dietas funcionales en el caso de los peces. Hacemos lo mismo en los demás sectores de producción animal premium donde usamos micronutrientes y diferentes estrategias para influenciar en la salud y bienestar animal sin usar antibióticos.

En los países desarrollados, como Estados Unidos, más gente busca alimentos producidos con menos intervención, desde frutas y verduras orgánicas a huevos de gallinas sin enjaular, lo que presenta un desafío para empresas como Cargill. Pero en partes del mundo en desarrollo, muchas personas recién empiezan a añadir proteínas como el salmón a sus dietas.

Después de la marea roja de este año en el sur de Chile, la industria del salmón nuevamente fue cuestionada, principalmente debido a su relación con las comunidades. ¿Cómo pueden las empresas cambiar esa impresión que mantiene la sociedad y qué medidas está tomando Cargill puntualmente?

EWOS ya venía trabajando de buena manera. Ahora se suma todo el bagaje en responsabilidad social y relacionamiento con las comunidades que tiene Cargill, que es una de las cinco bases de la compañía, junto con seguridad, sanidad financiera, desarrollo de capital humano y crecimiento.

Nos sentimos obligados a ayudar a las comunidades en cada una de las áreas donde llevamos a cabo nuestras operaciones productivas. Un ejemplo es Vietnam, donde tenemos una importante participación de mercado, hemos abierto más de 80 escuelas, pagadas por Cargill en comunidades locales.

En Chile, puntualmente en Colaco, estamos sosteniendo reuniones para hacer algo similar. El negocio de Cargill es agro y acuicultura, rubros que en su mayoría se desarrollan en sectores apartados de los grandes centros urbanos, por lo que necesitamos ser legitimados en esas zonas, y no solo por los lugareños sino que por nuestros propios trabajadores, que en muchos casos provienen de estas mismas áreas.

Esa es una de las mayores inversiones que puede tener una compañía y continuaremos haciéndolo.

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