La incógnita está en cuán profundo será el acuerdo que podrían alcanzar. De optar por una fusión de las operaciones, las compañías crearían la cuarta naviera más grande a nivel mundial.

Hoy, Hapag-Lloyd ocupa la sexta posición, de acuerdo a cifras de Alphaliner (ver infografía), con 730.016 TEU de carga transportada y una flota de 152 naves. Vapores se ubica en el puesto 20 y aportaría al negocio 263.169 TEU, más 53 barcos.

Combinada, la operación alcanzaría 993.185 TEU y 205 naves, lo que desplazaría del cuarto lugar a la taiwanesa Evergreen Line (sin considerar naves en astilleros).

Apuesta turbulenta

En marzo del 2011, el Grupo Luksic adquirió de la familia Claro el 10% de la propiedad de la Sud Americana por US$ 120 millones. Tras sucesivos aumentos de capital, tiene hoy el control de Vapores, con el 45,9% de la propiedad.

Cuando el Grupo Luksic ingresó a CSAV, se encontró, paradójicamente, con un negocio a punto de hundirse, lo que requirió una profunda reestructuración que culminó este año. En este proceso, se decidió separar el negocio de SAAM y abrirla a Bolsa, además de bajar el nivel de flota arrendada.

A pesar del esfuerzo, las pérdidas en 2011 fueron de US$ 1.250 millones, en un contexto de gran volatilidad en el mercado naviero mundial, escenario con el que los Luksic no contaban: la deprimida economía internacional repercutió en menor transporte de carga, bajó el precio de los fletes y aumentó el del combustible. La firma tomó medidas para hacer más eficiente la operación, como operar naves de mayor tamaño.

Todo esto redundó en que los resultados del tercer trimestre de este año registraran ganancias, luego de siete períodos reportando pérdidas. Pero si bien se trata de una mejor posición que la de dos años atrás, aún falta por mejorar.