A fines de enero de 2024 entrará en vigencia la Ley 21.410 que, en su Artículo 74 ter, obliga a los titulares de las concesiones –o quienes tengan un derecho sobre ellas– a evitar o reducir el depósito de desechos orgánicos en el fondo de la concesión. Para ello, las productoras de salmónidos deberán presentar un plan de recuperación, estableciendo el uso de mecanismos físicos, químicos o biológicos tendientes a mejorar las condiciones del área de sedimentación y permitir que se acelere la incorporación de la materia orgánica al ambiente.
De igual forma, la nueva normativa establece que los salmonicultores deberán presentar un plan de investigación del fondo marino en el área de la concesión ante Sernapesca, documento que deberá estar respaldado por un certificador reconocido.
Ante este nuevo desafío que enfrenta la industria es que se formó recientemente Sea Forest Chile, compañía que cuenta con el respaldo de la empresa nacional especializada en remediación ambiental, AREAM, y cuya base está en Puerto Montt. “Sea Forest Chile busca entregar una solución biológica para la mitigación y recuperación de los fondos marinos y columna de agua de las concesiones acuícolas”, comenta el gerente general, Paulo Hormazábal, especificando que la oferta consiste en el desarrollo y mantención de bosques marinos (Macrocystis pyrifera), tal como se realiza en diferentes partes del mundo. “Para nuestro desarrollo, contamos con un equipo técnico que tiene más de 25 años de experiencia a nivel nacional e internacional en este tipo de proyectos”, apunta el ejecutivo.
Captura de nitrógeno y fósforo
Uno de los expertos es el ingeniero acuícola Tomás Correa, quien tiene más de 25 años estudiando y produciendo diferentes especies de Macroalgas, lo que le llevó a publicar en el año 2014 una investigación junto a otros profesionales en la revista “Aquaculture Research”. “La mayor parte de los nutrientes que aportan al medio los salmónidos son nitrógenos y fósforos, los que pueden ser capturados y usados eficientemente por las algas, existen numerosos estudios a nivel nacional e internacional que explican dicho proceso. ¿Qué mejor forma de retirarlos desde la columna de agua e investigar su efecto en el fondo que, por medio de especies nativas, como la Macrocystis pyrifera?”, dice el gerente de Innovación y Desarrollo de Sea Forest Chile.
Álex Poblete, gerente de Operaciones y quien ha colaborado con las principales productoras de algas de Asia, comenta que para la industria chilena del salmón están presentando dos innovaciones. “Por un lado, contamos con un laboratorio móvil que nos permite obtener plántulas de algas de altísima calidad en cualquier parte del sur del país y, por otro, desarrollamos un sistema para tejer un bosque de algas muy rápido. De hecho, podemos sembrar una hectárea en unos pocos días”, aclara el ejecutivo.
El uso de Macroalgas, así como las innovaciones para producir y sembrar algas en forma eficiente, “nos permiten dar certeza de que, cuando somos convocados por una empresa, en una cantidad determinada de días podemos comenzar a sembrar entre 12 y 18 meses mostrar los resultados de las investigaciones y mejoras a las que nos comprometemos”, explica el director de la compañía, Sebastián Maldonado. Destaca que los bosques marinos pueden retirar un alto porcentaje de los compuestos nitrogenados desde la columna de agua.
El destino final de las algas dependerá del titular de cada concesión, pudiendo entregarlas a las comunidades aledañas o destinarlas a la industria productora de geles o alginatos, entre otros. “Las salmonicultoras podrán remediar sus concesiones con una solución biológica que se relaciona directamente con el ODS 14 de la ONU y que busca proteger la vida marina”, finaliza el gerente general de Sea Forest.
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