(Diario Financiero) En el sur de Chile, cerca de Puerto Montt, se levanta el Centro Experimiental Quillaipe de Fundación Chile (FCh), el cual está enfocado en realizar proyectos de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) para la industria acuícola. Ahí es donde opera su unidad de negocios Aquadvise, un laboratorio húmedo que se dedica a proveer bioensayos y asesoría técnica a diferentes actores de la salmonicultura nacional e internacional.
Desde su creación en 2006, esta unidad ha realizado más de 300 estudios y espera finalizar 2014 con 50 nuevos. “Estos se encuentran sujetos a los más altos estándares de calidad, confidencialidad y neutralidad”, cuenta el gerente de Alimentos y Biotecnología de FCh, Andrés Barros, lo que les ha permitido construir una cartera de más de 40 clientes en 12 países, entre los que figuran firmas como Pfizer, EWOS, Pharmaq, MSD Animal Health y Fraunhofer, entre otras.
Con un crecimiento sostenido de su facturación en torno al 30% durante los últimos tres años -misma cifra con la que espera finalizar 2014-, en FCh están estudiando la expansión del modelo a otros países de la región y a nuevas especies. Así lo afirma Barros, quien explica que “los protocolos utilizados actualmente son aplicables a otras industrias de moluscos o peces donde no estamos. Además, vemos una oportunidad penetrando aún más la salmonicultura a nivel global y haciendo bioensayos no sólo para los proveedores de la industria local, sino que también la del extranjero”.
Principales estudios
Barros cuenta que entre los clientes de Aquadvise predominan las compañías asociadas al rubro de alimentos para peces, farmacéuticas y empresas productoras. Es así como entre los estudios que les encargan se encuentran recurrentemente evaluaciones de materias primas para mejorar el rendimiento de las dietas o distintos bioensayos para el tratamiento de enfermedades.
Por ejemplo, entre los estudios de mayor impacto que realizan se encuentran los que están relacionados con el parásito cáligus, el cual genera bajas inmunitarias que dejan entrar otros patógenos al salmón. “Para esto tuvimos que implementar la producción controlada de cáligus en nuestro laboratorio, lo que nos permite realizar estudios todo el año”, señala el ejecutivo y explica que su relevancia es tal, que cerca de 60% de sus estudios anuales son en torno a este parásito.
También tienen estudios relacionados al virus ISA (virus de la anemia infecciosa del salmón), el cual generó daños importantes en la industria en 2007 y 2011, “lo que nos forzó a implementar un modelo de estudios con este patógeno”, puntualiza el experto.