Bakkafrost, un productor líder de salmón de calidad superior, participó con orgullo en el primer vuelo transatlántico del mundo con 100% de combustible de aviación sostenible (SAF) realizado por una aerolínea comercial.
En colaboración con Virgin Atlantic y Kuehne+Nagel, este vuelo histórico se convertirá en un punto de referencia importante en la historia de la aviación y marca un momento crucial en la búsqueda global de soluciones de aviación respetuosas con el medio ambiente.
“Estamos comprometidos a ser un negocio sostenible en todos los sentidos y, con el creciente enfoque en las exportaciones y el transporte aéreo sostenibles en todo el mundo, este enfoque de SAF es un desarrollo importante para el futuro”, comentó el CEO de Bakkafrost, Regin Jacobsen.
“La forma en que transportamos nuestro salmón por todo el mundo debe coincidir con las expectativas de nuestros clientes y creemos que este vuelo inaugural es un enfoque vanguardista de los problemas ambientales del mundo. Estamos muy orgullosos y encantados de tener un envío de nuestro salmón a bordo”, declaró la miembro de la junta y gerente de ventas, luego de aterrizar en Nueva York, Annika Frederiksberg.
Actualmente, el SAF representa menos del 0,1 % de los volúmenes de combustible para aviones y las normas de combustible solo permiten una mezcla de SAF del 50 % en los motores de reacción comerciales. El vuelo de Virgin Atlantic demostró el potencial del SAF como un reemplazo completo del 100% de los combustibles fósiles que se utilizan en la actualidad.
Bakkafrost se ha comprometido a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 50% para 2030. A principios de este año, Bakkafrost lanzó un nuevo plan de inversión que detalla la intención de la compañía de asignar DKK$355 millones a la transición energética.
El SAF puede producirse a partir de materias primas renovables no basadas en petróleo, que incluyen, entre otras, la porción de residuos de alimentos y jardines de los residuos sólidos municipales, biomasa leñosa, grasas, aceites y otras materias primas.
Fotografía: Bakkafrost