Un arduo trabajo está realizando BAL Chile S.A., empresa que está embarcada en un proyecto tendiente a desarrollar el cultivo de algas en la Isla de Chiloé (Región de Los Lagos) con el fin de producir, en una segunda etapa, biocombustibles para uso industrial.
El gerente de Administración y Finanzas de la firma, Benjamín González, explicó a AQUA que la empresa tiene su origen en BioArchitectureLab, compañía con base en Estados Unidos dedicada a liberar el potencial de las macroalgas, del modo más costo-efectivo y sustentable posible, como fuente de azúcares, materia prima que finalmente serviría para la elaboración de combustibles y químicos renovables.
En Chile, BAL comenzó sus operaciones el 2008, "obteniendo hasta ahora prometedores resultados", según el ejecutivo.
¿En qué etapa se encuentra el proyecto que pretende elaborar biocombustibles a partir de algas?
En este momento, BAL está desarrollando cultivo de algas en la Isla de Chiloé y estamos buscando alternativas de expansión de nuestras pruebas en el norte. Se han logrado importantes mejoras en productividad de algas y en la reducción de costos. Dado lo anterior, esperamos, en un lapso de dos años, alcanzar los parámetros de productividad necesarios para la viabilidad comercial de la producción de carbohidratos en base al cultivo acuícola de algas.
Esta iniciativa, ¿puede realmente llegar a ser una forma sustentable de generar combustibles?
Como plantas marinas, las macroalgas eluden gran parte de las controversias que rodean hoy a la industria de los biocombustibles a nivel mundial. Debido a que las algas no compiten con los cultivos de alimentos, ni en el uso de la tierra, ni en el uso del agua, ni en el uso de fertilizantes y puesto que crecen en armonía con su ambiente natural, su potencial es significativo. Son verdaderas fuentes sustentables de combustibles y químicos renovables.
Las plantas que crecen en tierra requieren firmeza para que puedan alcanzar la luz solar y así continuar con sus procesos naturales. El compuesto que les otorga esa firmeza es uno llamado lignina. En la mayoría de los casos, los azúcares de las plantas se almacenan en la lignina, lo que hace muy difícil su biodisposición. Dado que las macroalgas crecen en el agua, no poseen lignina. Esto, sumado a las enzimas producidas por los microbios desarrollados por BAL, permite acceder de forma más fácil y económica a dichos azúcares. Las biorefinerías que en el futuro utilicen los microbios de BAL con macroalgas tendrán la más alta eficiencia y bajo uso de energía, lo que se traducirá en altos volúmenes de azúcar a bajos costos.
Adicionalmente, el cultivo de algas puede absorber el exceso de nutrientes en el océano y a través de la fotosíntesis de las plantas, estas digieren CO2 e incrementan el nivel de oxígeno en la atmósfera.
Considerando que el cultivo de algas es una de las industrias acuícolas más antiguas, BAL puede cultivar y cosechar algas usando las mejores prácticas vigentes y técnicas conocidas, para lo cual nos encontramos investigándolas y adaptándolas con el objetivo de optimizar nuestros cultivos, sin interferir con ninguna otra actividad comercial o usos del mar.
Por último, el cultivo de algas puede complementar las operaciones acuícolas actuales del país y en muchas otras partes del mundo. Es nuestro deseo trabajar de forma muy cercana con los pescadores artesanales y la industria acuícola para la generación de algas como fuente de biocombustibles y químicos renovables.
¿Cuánto tiempo pasará para que la población pueda ser beneficiada con los resultados de este proyecto?
BAL se ha enfocado en comercializar esta tecnología en Chile lo más pronto posible, pues creemos que puede traer muchos beneficios a la economía local. Dentro de los próximos años esperamos estar comercializando nuestra tecnología y o productos.
¿Qué otras instituciones están involucradas?
Tanto en Chile, como el mundo, BAL ha establecido alianzas estratégicas con Statoil y DuPont, además de contar con apoyo financiero de diversos venture capitals, tales como, X/Seed (Silicon Valley), Austral Capital (Chile), Energy Capital Management (Noruega), el Departamento de Energía (Estados Unidos) e Innova Corfo (Chile).
En el marco del programa Innova Corfo, estamos trabajando conjuntamente con la Universidad de Los Lagos (ULA), AVS Chile, la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) y la Universidad de Chile (U. de Chile). Adicionalmente, estamos comenzando a trabajar con la Universidad Austral de Chile (UACh).
Como compañía global queremos levantar y explorar toda la expertise y capacidades disponibles para impulsar nuestro proyecto a la comercialización, contribuyendo así al portafolio de soluciones a los desafíos energéticos mundiales en el menor plazo posible, por lo que permanentemente buscamos socios estratégicos que puedan contribuir al éxito de nuestra iniciativa.
Fuente: AQUA