Brenda Vera: “Es un honor haber recibido este reconocimiento”

Mar 15, 2017

En entrevista con AQUA, la ejecutiva dijo sentirse orgullosa por haber recibido un reconocimiento en el Día de la Mujer de parte de las autoridades de la tierra donde ahora se está desarrollando tanto laboral, como familiarmente.

Recientemente, en una ceremonia de conmemoración del Día de la Mujer, la gerente técnico de Salmones Magallanes, Brenda Vera, recibió un reconocimiento de parte de la Gobernación de la Provincia de Última Esperanza y del Servicio Nacional de la Mujer de la Región de Magallanes por “Ocupar el Cargo de Gerenta en Empresa del Mundo Privado”, siendo que en la mayoría de las ocasiones estos puestos son ocupados por hombres.

Brenda Vera, oriunda de la Isla de Chiloé (Región de Los Lagos), es ingeniero en alimentos de la Universidad de la Frontera y cuenta con más de 18 años de experiencia en la industria acuícola chilena. Ha trabajado en empresas como Marine Harvest y hoy lleva más de siete años en Salmones Magallanes.

DSCN0626En conversaciones con AQUA, la ejecutiva dijo sentirse orgullosa por haber recibido este incentivo, que no esperaba, de parte de las autoridades de la tierra donde ahora se está desarrollando tanto laboral, como familiarmente, es decir, el extremo austral, particularmente la ciudad de Puerto Natales.

“Para mí es un honor haber recibido este reconocimiento que nos hizo la Gobernación de la Provincia de Última Esperanza y el Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género de la Región de Magallanes, zona que me ha albergado estos últimos años junto a mi hijo. Represento a muchas mujeres que, con perseverancia, logran los objetivos que se proponen. Espero que esto sirva de estímulo para otras más, porque somos nosotras las responsables de generar nuestras oportunidades en el mercado laboral”, expuso la profesional.

¿Cuándo y cómo partió trabajando en la industria del salmón?

Soy ingeniero en alimento de profesión. Inicié mi desarrollo profesional el año 2001 en BioMar Chile, empresa elaboradora de alimentos para peces. Desde mis inicios, he tenido responsabilidad en temas técnicos, primero verificando la calidad de las materias primas y producto final del alimento que se utiliza en salmones y controlando los temas ambientales asociados al proceso; todo bajo estándares de certificaciones internacionales.

Después, quise incursionar en la producción de salmónidos, ingresando a la empresa que en ese entonces se llamaba Fjord Seafood y luego pasó a ser Marine Harvest, donde era la responsable de controlar y verificar el alimento entregado a los peces, como también de la implementación de sistemas de gestión y normativos, entre otras funciones técnicas en centros de cultivo. Posteriormente, me trasladé a esta hermosa zona magallánica, donde mi responsabilidad es mucho más amplia, liderando la Gerencia Técnica de Salmones Magallanes que depende de la Gerencia de Farming, la cual me ha permitido trabajar nuevamente bajo estrictos estándares sanitarios y ambientales que permiten a la compañía un desarrollo sustentable.

¿Cómo ha sido trabajar en una industria conformada mayoritariamente por hombres? ¿Se ha visto alguna evolución en el tiempo respecto de la mayor presencia de mujeres?

En la industria del salmón llevo cerca de 17 años y, efectivamente, ha evolucionado la incorporación de la fuerza laboral femenina. Antes me encontraba en situaciones donde era la única mujer y con poca experiencia, pero hoy en día, es normal que existamos varias mujeres en posiciones de liderazgo, tanto en el mundo privado como público, lo cual me parece excelente porque sé que tenemos las capacidades técnicas y las habilidades para liderar exitosamente equipos de trabajo.

Desempeñarse en una industria como esta, que demanda mucho trabajo en terreno y a veces en condiciones aisladas, ¿ha representado un desafío para usted?

No fue difícil, yo creo que porque soy una mujer de campo, que no le asusta el terreno y que se apasiona por la naturaleza. De esa forma, muchas veces los viajes, más que un sacrificio, han sido un disfrute; y no solo las salidas a terreno dentro de Chile, sino que también los viajes al extranjero que he disfrutado gracias a mi trabajo. Por otro lado, fui mamá viviendo en Puerto Natales, lugar donde hemos sido muy bien acogidos y apoyados por la comunidad y, sobre todo, por mi empresa, Salmones Magallanes, que me ha entregado todo el apoyo para compatibilizar estas responsabilidades. Nunca he sentido discriminación en la industria y menos en esta compañía, donde se reconoce al profesional por sus competencias y no por su género. Aquí sí puedo decir con orgullo que existe igualdad de género y ojalá eso se de, algún día, en todos los sectores del país.

¿Cómo ha sido la experiencia de emigrar hacia el extremo austral?

Ha sido maravillosa. Puerto Natales y la Región de Magallanes permiten una vida tranquila. Aquí hay un alto porcentaje de chilotes que forjaron estas tierras, por lo tanto, como buena chilota, me siento en casa, disfrutando de la gastronomía y cultura que me hacen sentir más cerca de los míos. En esta región he podido consolidarme profesionalmente y como mujer, pues aquí nació mi hijo Hugo.

¿Cuáles han sido las mayores recompensas o aspectos positivos de desempeñarse en la industria del salmón? ¿Piensa seguir trabajando en este sector?

Las mayores recompensas han sido poder desarrollarme profesionalmente, conocer muchos lugares  de nuestro país y un gran número de países de Europa y América, donde no sólo disfruté de sus paisajes, sino de un crecimiento profesional increíble. La industria del salmón otorga esas posibilidades.

En Salmones Magallanes me siento en casa, por lo que estaré aquí mientras se considere necesario. En adelante, no le tengo miedo al cambio y sería incluso un nuevo desafío desarrollarme en otra actividad, porque, como mencioné, siento que con esfuerzo siempre se puede. Las capacidades las he desarrollado y las oportunidades siempre están cuando uno se las quiere dar.

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