Frente a la proliferación de microalgas nocivas en la zona de Hornopirén, Ventisqueros logra hacer frente a eventos climáticos inesperados mediante un riguroso plan que permite actuar con agilidad a pesar de las dificultades. ¡Los invitamos a conocerlo!
Paso 0: Eventos meteorológicos adversos afectan de manera súbita la sobrevivencia de los peces en cultivo en el mar
En Ventisqueros se activa un «Plan de contingencia» ya conocido en casos inusuales que afecten la sobrevivencia de los peces: sea por baja de oxígeno en el agua, por exceso de microalgas nocivas u otro. Este plan tiene un paso a paso que, en el caso de Ventisqueros, logra redestinar el 100% de sus residuos en biomasa de peces, lo que permite que se transforme en harina y aceite de pescado; fertilizante orgánico; cápsulas de omega3 u otros derivados.
Paso 1: Ante la mayor afectación de la sobrevivencia de peces, lo primero corresponde a informar a las tres entidades correspondientes:
- Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca): a esta Autoridad se da cuenta de la afectación anormal de la sobrevivencia de peces y sus causas. Ellos autorizan a trabajar bajo régimen de contingencia permitiendo extraer los peces directamente desde los módulos de los centros de cultivo. Si no fuese así, la normativa obliga a moler la biomasa de peces, lo que hace más complejo y demoroso el proceso ante casos de mayor impacto.
- Autoridad marítima: una vez en conocimiento, autorizan el mayor uso de naves en los centros afectados destinadas al traslado de las biomasas de pescados a sus puntos de reconversión.
- Superintendencia de Medio Ambiente: se les notifica para que estén al tanto de la situación y así lograr el resguardo del correcto proceso de su extracción y disposición.
Paso 2: A las autoridades pertinentes se les entrega el detalle establecido para dar seguimiento preciso al evento extraordinario señalado. Se proveen datos como la especie de peces afectada, cantidad, peso, toneladas estimadas, número de jaula, nombre del centro de cultivo y su respectivo código de identificación, nombres de las naves que trasladan los pescados, entre otros.
Hay plazos definidos y reglamentados para realizar este retiro y disposición, los cuales son dictados por la Autoridad y que implican un esfuerzo amplio en recursos generales para conseguirlo. «Acá, lo más importante es actuar con diligencia, cuidando cada detalle y evitar errores. La celeridad es relevante, pues, para que la biomasa pueda ser aprovecha como materia prima en otros procesos productivos, es fundamental no perderla», explica Alexis Bolados, gerente de Farming en Ventisqueros.
Paso 3: Una vez entregado el informe anterior se pasa a la acción. Se trasladan barcos graneleros de alta capacidad que extraen los salmones directamente desde las jaulas sin derrames ni escapes de peces. Antes de su traslado, se debe «desnaturalizar» la biomasa de peces, es decir, se marca con elementos regulados y autorizados para impedir que los pescados sean comercializados por vías informales ya que podrían causar un daño potencial a la salud de las personas y medio ambiente.
«Estos procesos de extracción de biomasa muerta busca evitar daños al medioambiente y han sido preparados con alto profesionalismo en Ventisqueros junto a las autoridades pertinentes», cuenta Igor Stack, gerente de Normativa, Concesiones, Certificaciones y Medio Ambiente en Ventisqueros.
Paso 4: «La biomasa afectada, se destina a las plantas de producción de harina y aceite de pescado desde el mismo día», explica Igor Stack. El 100% de los salmones afectados se envía a plantas reductoras con el fin de aprovechar la biomasa y utilizarla como materia prima para la producción aceite de pescado, bio estimulantes agrícolas, entre otros.
Las plantas reductoras deshidratan la totalidad de los residuos para producir bioestimulantes para el agro, producción de harina de pescado, cápsulas de omega 3, entre otros.
Paso 5: «Durante toda la faena de extracción y disposición se mantiene comunicación regular con la Autoridad hasta su término que incluye la entrega de informes finales, afirma Lautaro Valdebenito, gerente de Planificación y traslado de peces en Ventisqueros.
Fotografía: Ventisqueros