En mayo de 2016, y cuando las salmonicultoras continuaban evaluando el impacto del bloom de algas nocivas, a lo que se sumaba la crisis sanitaria, ambiental y social por la marea roja en la región de Los Lagos, fundamentalmente en Chiloé, Hugo Contreras asumía la gerencia general de Cargill Aqua Nutrition (CQN) en Chile.
A un año exacto de su nombramiento, el ejecutivo conversó con AQUA para realizar un balance del negocio salmonicultor durante 2016 y también las proyecciones para este y el próximo ejercicio.
“El bloom de algas nos afectó a todos”, comienza diciendo.
¿Cómo analiza el último año de la salmonicultura nacional?
La floración de algas nocivas (FAN) tuvo un impacto tremendo. Forzó a la industria a mirarse en el espejo y replantearse la forma de cómo hacíamos los negocios en el pasado.
A nuestros clientes (productores de salmónidos), finalmente les favoreció por los precios. Les dio un respiro. Mientras que en el caso de la industria del alimento, al haber una menor demanda, te fuerza a buscar maneras de ser más eficiente y buscar nuevas innovaciones y tratar de mantener el impacto en el corto plazo.
Por el lado positivo, ha habido una baja enorme en los costos de las materias primas, que se traducen al alimento balanceado y básicamente por dos grandes razones: un incremento tremendo en la producción de ingredientes de origen vegetal a nivel mundial. Acá destaca la soya, el trigo o el maíz. Todos los ingredientes tienen algún nivel de correlación con estos commodities grandes. Y al bajar estos, también se contraen los aviares que se utilizan en los alimentos balanceados de salmónidos. Esto creó una posición bastante favorable que al final del día nos ayudó a ser más eficientes con alimentos más baratos para nuestros clientes.
Por otra parte, también se consideran los ingredientes marinos, que está ligado a un tema de oferta y demanda. El evento de El Niño impactó demasiado, pero las capturas aumentaron y los precios de los alimentos marinos bajaron; raya para la suma, ha tenido un efecto bastante positivo en los costos de las materias primas para nuestros clientes.
Durante el 2016, se vendió menos que en 2015. Hacia el final del año hubo una mejora, pero los meses inmediatamente después del bloom hubo una importante caída.
Hacia fines de 2015, en tanto, las compañías venían frenando producción. Todos perdían dinero. Y nuestra proyección para 2016 era un 10% menos que en 2015, por ese factor.
¿Entonces lograron eficiencias en 2016?
Al momento de tener menor volumen hay que verse en el espejo y ver cómo te haces más eficiente. Desde el punto de vista del uso de los recursos, de las compras, de los gastos. Entonces, a nosotros nos forzó a tomar acciones que tal vez en el pasado no se hacían. Buscamos gestionar el negocio en el largo plazo pero buscando innovaciones que han pegado este año; otras tomarán cierto tiempo. Para nosotros en particular el bloom nos hizo mejorar nuestra gestión.
¿Cómo advierte que será el 2017?
La industria no ha sufrido con otro bloom y muchos clientes que pasaron un sinsabor de menor volumen el año pasado se podrán recuperar este año. Esto tiene un efecto de mayor demanda en los alimentos. No son todos los clientes, cada compañía tiene su estrategia en particular, pero en general sí.
El otro efecto que vemos para 2017 es el tema de las materias primas. Creemos que estamos en una situación ideal en cuanto a precios y costos del salmón; precio muy favorable en salmón y muy bajo en materias primas para los alimentos. Creemos que esto va a durar poco, pero la cura para los precios altos o bajos son precisamente los precios altos o bajos. Si el precio está bajo, la gente dejará de sembrar soya o trigo, entonces va a repuntar o habrá un descalabro por clima.
Entonces, para 2017 vemos difícil que los precios de las materias primas sigan cayendo. Al contrario, en los próximos seis meses serán favorables pero hacia adelante irán hacia arriba.
En los vegetales todavía existen muchas expectativas de que hay sobreabastecimiento y las perspectivas de plantación están abundantes. Pero todo puede cambiar rápidamente. Como Cargill, que viene del mundo de los commodities, tratamos de traer a la mesa de los clientes soluciones para diversificar los riesgos.
Y los ingredientes de origen marino…
En la pesca, las cuotas se ven favorables. Sí lo vemos a un nivel más bajo de lo que ha estado; pero no sé si es muy estable. Hay un nivel de variabilidad que puede ir entre los 100 y los 200 dólares por tonelada métrica, que cambia de un momento para otro.
¿Presentarán alguna innovación en términos de competitividad para 2017?
La División de Ingredientes ha estado trabajando por buen rato en una canola enriquecida con Omega-3. Este producto, que está por salir en un par de años, viene a traer a la mesa algo que solo se ha podido potenciar con insumos marinos. Esta es una fuente sustentable y renovable.
También esta división tiene materias de insectos y otros proyectos basados en biogás para llevar a cabo síntesis de proteínas.