Crustanic: La empresa que está dando un nuevo destino a los desechos de camarón y langostinos

Jul 29, 2021

El producto que apunta al mercado de la cannabis medicinal tiene su origen en la economía circular, aprovechando los desechos de la industria crustacera chilena.

Trichomemania es el nombre del bioestimulante elaborado a partir de quitosano, que es un polímero derivado de la desacetilación de la quitina, la cual es obtenida de los caparazones de ciertos crustáceos, y que tiene la función de inducir los mecanismos de defensa vegetal contra diferentes agentes externos.

Es elaborado a partir del caparazón de camarones y langostinos chilenos, por lo que es orgánico y 100% natural. La innovadora propuesta fue desarrollada por la empresa coquimbana, Crustanic, quienes se dedican a la fabricación de productos con origen en la economía circular.

En cuanto a sus beneficios, Trichomemania estimula la raíz de la planta de cannabis, activando su resistencia sistémica adquirida, mejorando el crecimiento de los tallos, aumentando la producción de los frutos, incrementando la calidad de los tricomas, brindándole mayor espesor a la resina y potenciando los terpenos.

De esta manera, actúa sobre la germinación, la cual se da de forma más rápida y sobre la fotosíntesis, donde posibilita un mayor desarrollo vegetativo, otorgando una mayor masa foliar. Además, el quitosano tiene la propiedad de actuar como un agente antimicrobiano, al inhibir el crecimiento de hongos, bacterias y virus fitopatógenos.

Sebastián Rubio, cofundador de la empresa Crustanic, señaló que “este producto nació en la búsqueda de cómo aprovechar lo que antiguamente se entendía como desecho. Como empresa nos dedicamos al procesamiento de crustáceos, por lo que el 80% de nuestra producción es cáscara y desde ahí han nacido diversas iniciativas para poder transformarla nuevamente en materia prima. En este proceso detectamos un nicho, que es el mundo cannábico, donde hay un mercado muy emergente, sobre todo en los países donde se ha legalizado el consumo”.

Una de las principales virtudes del producto radica en su origen, ya que está elaborado a partir de quitosano, el cual es extraído del exoesqueleto de camarones y langostinos, lo que permite aprovechar el 100% de cada ejemplar. Este sistema circular de producción evita la generación de desechos biológicos que antiguamente terminaban en un relleno sanitario, convirtiéndose en un grave agente contaminante.

Guillermo Molina, gerente del programa Transforma MÁSMAR, explicó que “lo interesante de este producto es que es un estimulante muy poderoso para la planta y que aborda un nicho inexplorado. Hemos sido testigos del desarrollo de este producto, desde hace un año, más o menos, y es muy positivo ver que tiene cabida en nuevos mercados de nicho, con un altísimo valor agregado y comercial”.

La empresa, que tiene sus instalaciones en el Barrio Industrial de Coquimbo, ha sido apoyada por el programa Transforma MÁSMAR, donde, según indicó Guillermo Molina, “el rol nuestro tiene que ver con apoyar a la empresa en la promoción de esta iniciativa y algunas gestiones comerciales, a través de ProChile, principalmente. Además, esto está alineado con uno de nuestros objetivos estratégicos, que es apoyar las iniciativas relacionadas a la actividad pesquera y acuícola, y que apunten a la economía circular”.

El Programa Transforma MÁSMAR corresponde a una iniciativa público-privada, que contribuye con la cadena de valor de los productos del mar elaborados en la Región de Coquimbo, vinculándose directamente con los pescadores artesanales e industriales.

Actualmente, el producto está siendo comercializado en Estados Unidos y apunta a un nicho específico y emergente que cultiva Cannabis sativa de manera más avanzada y con mayores cuidados. Además, es elaborado 100% en Chile.

Fotografías: Transforma MÁSMAR

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