Daniel Varela: “Se ha incrementado el número de científicos que trabaja en marea roja”

Nov 15, 2013

La marea roja consiste en la multiplicación masiva y explosiva de microalgas, causando notorias decoloraciones del agua debido a los pigmentos que poseen.

(Explora) El director del Centro de Investigación y Desarrollo de Recursos de Ambientes Costeros I-Mar de la Universidad de Los Lagos, Daniel Varela, destacó las oportunidades que ofrece a la investigación científica para las investigaciones en torno a la “marea roja”. Fenómeno presente en la costa de las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes, lo que ha motivado el incremento de científicos que trabajan en dicha área.

La marea roja consiste en la multiplicación masiva y explosiva de microalgas, causando notorias decoloraciones del agua debido a los pigmentos que poseen. Éstos pueden ser de distintos colores, pero es rojo el más frecuente, por ello popularmente se habla de “marea roja”.

Algunas de estas microalgas –en Chile generalmente se trata del dinoflagelado Alexandrium catenellason productoras de toxinas (veneno paralizante) que se acumulan en el hígado de varios mariscos y pueden provocar daños en la salud de las personas que los consumen, además de pérdidas económicas para la acuicultura y la actividad extractiva.

¿Cómo se enfrenta?

Cadena corta de Alexandrium“En términos predictivos existe un muy buen desarrollo de las gestiones que realizan el Servicio de Salud y del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), pero hay cosas que mejorar, como la estrategia del monitoreo; precisar los lugares donde monitorear y el tiempo que demoran en obtenerse los resultados”, detalló Varela.

El científico explicó que Chile tiene un sistema predictivo bastante seguro, por lo que la gente puede consumir mariscos tranquilamente, de hecho para su control se presentan límites marítimos más rigurosos que el fenómeno mismo, en este sentido las consecuencias las sufren un poco más la mitilicultura (cultivo de choritos), la salmonicultura y la pesca artesanal, pero en estos casos solo se pueden prevenir y tomar estrategias inmediatas.

Interés científico

Daniel Varela recordó que, “Desde el año 2002, fecha en que el fenómeno apareció en las costas chilenas, se ha incrementado el número de científicos que se encuentran trabajando en marea roja. Antes eran muy pocos y lo principal es que el estudio se ha ido diversificando en distintos temas: el estudio de las toxinas, que es el punto más directo que afecta al ser humano; la desintoxicación de los mariscos; la diversidad de organismos que producen estos problemas; dinámica de desintoxicación para conocer los tiempos en que se puede cosechar, cultivar o extraer; y la observación de atributos biológicos, fisiológicos y ecológicos que permiten aprender cómo son estos microorganismos, en especial a la Alexandrium catanella, y a partir de esto poder predecir”.

En la actualidad existen ciertos avances científicos, trabajos publicados y a punto de publicar, en los que se observa cómo funciona este organismo en diferentes condiciones y, en otros casos, se conoce más su ecología, es decir, se comparan muestras de diferentes zonas de Chile para analizar si son distintas.

Esta toxina tiene una fase de vía libre que no genera problemas. Es en la etapa de su ciclo de vida en la que forman quistes, que son semejantes a una semilla que van a parar a los sedimentos del mar y allí se quedan hasta que se den las condiciones para que puedan germinar, crecer y desarrollar eventualmente otra floración. “Ese es el ámbito que estamos tratando de conocer, dónde están estos quistes, cuándo germinan, qué condiciones los hacen germinar, y si son responsables de la cantidad enormes de células que hay en el agua cuando hay floración o si existe algún factor externo que las multiplica”, detalló el investigador.

Alexandrium en cultivoInvestigaciones

Con la Pontificia Universidad Católica de Chile se está colaborando en desarrollar un kit molecular de detección de células en el agua a través de estrategias bioquímicas y que al ser desarrollada por una máquina –y no una persona– será más rápido. Este proyecto, una vez terminado, podría transferirse rápidamente a las diferentes instancias que realizan monitoreos.

“También colaboramos en un proyecto con la Universidad Austral de Chile para medir cómo se intoxican los moluscos y, lo más importante, cómo se desintoxican una vez que pasó la marea roja y se alimentan de otras microalgas. Esto permite tener ventanas extractivas y saber cuándo los pescadores pueden volver a extraer mariscos del mismo lugar”, agregó.

“Es sabido que en los años setenta colonizó el extremo sur, en los ochenta toda la Región de Magallanes, en los noventa aparentemente colonizó la Región de Aysén y en el 2000 llegó a la Región de Los Lagos. No es tan claro establecer cuánto tiempo ha estado esta especie entre nosotros, pero aparentemente llega por movimientos de agua y por vientos bastantes peculiares que, en el año 2002 se desplazaron desde la Región de Aysén a la Región de Los Lagos.

Por los resultados de trabajos que existen al respecto se puede relacionar cómo estos fenómenos se van repitiendo, a veces solo en presencia y sin generar problemas. “Eso queremos saber, en eso estamos trabajando”, finalizó el investigador.

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