Con una demanda creciente por parte de Japón, el Agar-Agar se ha convertido en un producto preferente para el mercado extranjero, que en promedio importa desde Chile unas 3.000 t al año. Japón, Tailandia, Estados Unidos y Rusia son algunos de los países que demandan este producto que se extrae de las algas rojas, específicamente de la Graciliaria o algas pelillo.
Según lo informado por el Diario Financiero, este producto que durante el 2005 ha alcanzado ventas por casi US$ 30 millones, se vende en forma de polvillo, como la harina de pescado y se destina para el uso de la industria alimentaria y farmacéutica como un cohesionador exento de calorías y colesterol, cualidades que para estos mercados son imprescindibles.
Según el gerente general de Producto Agar (Proagar), Minoru Takana, estas cualidades son determinantes para un mercado como el japonés que ha tenido una creciente preocupación por un consumo saludable, lo que se ha traducido en un aumento de la demanda nipona del 20% ó 30%, comparado con las cifras obtenidas durante el 2004. Este país, que consume más del 50% de la exportación del Agar- Agar, según Takana fue el creador de este producto, pero debido a los altos niveles de mano de obra que concentra y la exigencia de contar para su procesamiento con gran cantidad de algas adecuadas, llevó a ese país a importarlo, convirtiendo a Chile en un actor principal.
Para su extracción es necesario someter a esta alga a un proceso de tratamiento químico, extracción y coagulación en agua a bajas temperaturas para posteriormente someterla a picado y secado que permita obtener un concentrado que se destinará para diversos usos.
En el yogurt, manjar, gelatinas, dulces y otros lácteos encontramos esta substancia derivada de las algas marinas. El Agar-Agar se ha presentado como una alternativa para los espesantes animales que se extrae de los huesos hervidos, pieles y tendones de animales.