(El Mercurio) La industria salmonicultora local está pasando por un momento de ajustes. Una inesperada reducción de 20% en su producción – desde unas 830.000 toneladas previstas a fines de 2015 para este año, hasta menos de 700.000 toneladas- generada por el «bloom de algas», ha traído consigo cambios en materia de empleo.
SalmonChile ha señalado que entre los puestos de trabajo que se recortaron por la crisis financiera que afectó a la industria el año pasado y el episodio del Florecimiento de Algas Nocivas (FAN), los despidos ya alcanzaron a las 4.000 personas. Lo anterior, implica un recorte de 13% del total de trabajadores de la industria, que hasta el año pasado llegaban a 30.000 empleos directos.
Fuentes del sector, no obstante, advierten que si no hubiese existido el bloom de algas, en el largo plazo la industria iba a realizar despidos de todas maneras, debido a la crisis financiera que enfrentaban las compañías y por la baja de siembras que se venía registrando desde el segundo semestre del año pasado. «El bloom de algas aceleró el proceso de reestructuración de la industria, el que se iba a hacer igual, pero más cercano a 2017», explican conocedores.
Aunque el gremio asegura que la mayoría de los ajustes están concluyendo, fuentes de la industria reconocen que aún no hay absoluta claridad de lo que viene el segundo semestre en materia de reestructuraciones. Sin embargo, varios comentan que no deberían producirse más desvinculaciones masivas, aunque alertan que de todas formas podrían existir nuevos despidos, pero en una menor proporción. En este sentido, apuntan a que la dotación de la industria baje desde 30.000 a 25.000 con los recortes que han tenido que realizar.
Debido al actual escenario de menor producción, no solo las empresas salmonicultoras están ajustándose el cinturón. Fuentes de empresas proveedoras de la acuicultura expresan que el panorama también los está complicando. Algunos servicios como de extracción de mortalidad, de redes y de flota han visto bajas en su dotación laboral producto de la crisis salmonicultora, afirman.
Algunos operadores del sector salmonicultora también plantean el efecto que podrían tener los cambios regulatorios sobre el empleo, considerando que los niveles de producción se regirían de acuerdo con el desempeño sanitario. Desde este punto de vista, al interior de la industria hay distintas visiones. Hay actores que están preocupados por esta modificación de la normativa, ya que, a su juicio, «podría generar mayores recortes en las firmas en caso de que la producción sea menor a la actual».
No obstante, otros ven como una oportunidad una regulación más rígida. Esto, porque supeditar los volúmenes de producción de la industria según sus condiciones sanitarias permitiría una mayor estabilidad para este rubro. En el sector reconocen que, pese a que tienen objeciones con la propuesta del Gobierno, si los cambios que impulsa el Ejecutivo permiten retomar la competitividad de la industria, deberían generar ayudas en materias de costos y reducir la volatilidad de la salmonicultura.