(Estrategia) La salmonicultora de la familia Iracheta, Colbún, propuso recientemente en tribunales un Convenio Prejudicial Preventivo mediante el cual se regirán las relaciones jurídicas, comerciales y financieras con sus acreedores para la venta ordenada de sus activos con el fin de pagar sus préstamos primero a los preferentes y con el saldo, a los valistas, el cual ya fue aceptado. Esto, luego de que el banco noruego Rabobank solicitara la quiebra de la firma.
En ese sentido, la firma reveló que sus pasivos sobrepasan los $6.511 millones –cerca de US$12 millones-, de los cuales la mayoría tienen que ver con acreedores bancarios, donde el monto llega a casi los $5.228 millones. Mientras que cuenta con activos sobre los $11.895 millones.
Por lo anterior, “y con el fin de poder liquidar en forma exitosa y al mejor precio posible los activos de la proponente –que están detenidos-, se hace necesario aprobar un plazo no inferior a tres años y que en los dos primeros ejercicios no se pueda enajenar ningún centro de cultivo sin el consentimiento de la empresa para que esta pueda ofrecer servicios a las salmonicultoras y así reiniciar el giro de sus operaciones para venderlas en pleno trabajo y al más alto valor”, puntualizó Salmones Colbún.
Si al término de los dos primeros años del convenio se hubieren generado recursos que permitan el pago de más del 70% de los créditos y se cuente además con un informe favorable del síndico en el sentido que los flujos de los centros de cultivo que aún no se hayan enajenado a esa fecha permitirían servir el saldo de la deuda, se acordará una prórroga del plazo para hacerlo, manteniéndose la empresa bajo intervención hasta que cancele sus préstamos.
Sus acreedores, además de Rabobank que es el mayor de todos, son el Santander Chile y el BCI, y de los cuales requerirá recursos frescos para continuar operando para cancelar sus créditos.