Su más profundo convencimiento de que la fórmula para el desarrollo de los Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar) no es el despido masivo de trabajadores, funcionarios u operarios, sino que la apertura de nuevos mercados y la exploración de nuevas fórmulas de administración y producción, entre ellas la posibilidad de una alianza público-privada”, manifestó el senador Alejandro Navarro (PS), haciéndose eco de una serie de rumores sobre el futuro de esa empresa dependiente de la Armada.
De acuerdo con lo publicado hoy en El Mostrador, el parlamentario dijo que “hoy la empresa Asmar se encuentra en un momento de incertidumbre, especialmente para quienes trabajan por años en ella, porque se dice que la gran fórmula que se implementaría para superar una supuesta situación de ineficiencia en su administración y competitividad es el despido de cientos de personas debido a la integración de nuevas y modernas unidades navales a la Armada, las que por esta condición requerirían una menor cantidad de mano de obra para su mantenimiento”.
Este argumento es insostenible –agregó el parlamentario– toda vez que estas adquisiciones están programadas desde fines de la década del 90, cuando se comenzó a estructurar el Plan Tridente, y donde una medida como ésta nunca estuvo contemplada, ni siquiera de manera progresiva. Además, una de las orientaciones del proyecto Tridente y posteriormente del proyecto Fragatas era aumentar la mano de obra en la VIII Región, lo cual no se condice con lo que ahora se estaría planteando.
Navarro sostuvo que “por lo mismo, incluso de ser cierto este supuesto, no parece lógico que una empresa que conoce con anticipación que la demanda disminuirá en alguno de sus sectores productivos, no buscara abrir o consolidar nuevos mercados para ocupar su capacidad que eventualmente quedará ociosa. Por eso, frente a este escenario, la verdad es que surgen diversas interrogantes como: ¿cuál es la capacidad máxima de producción?, si la reducción de personal es un proceso irreversible atendiendo que ya no se puede contar con ellos a futuro, ¿qué medidas se tomarán si a futuro aumenta la demanda?; en el aspecto social, ¿se ha considerado una reubicación o una reconversión de los trabajadores que se despedirán? y en definitiva, ¿es la reducción de personal la única solución?”.
“Por eso –dijo el legislador– antes de una tomar una decisión irreversible con graves consecuencias sociales debiera revisarse la solución propuesta por la administración de Asmar, toda vez que habemos otras personas que tenemos una opinión distinta, como es apostar, efectivamente, por convertir a Asmar en el astillero y maestranza marítima número uno del continente, incluso explorando modificaciones a la conformación inicial como empresa autónoma del Estado, abriéndose a la posibilidad de avanzar hacia formas de asociación público-privada que permitan optimizar o mejorar los parámetros de eficiencia en su administración”.
El parlamentario precisó que “además, si hemos permitido la conformación del sindicato de trabajadores de esta empresa, ellos también deben parte de la búsqueda de soluciones dialogadas. Nos interesa el futuro de esta empresa y de sus trabajadores, funcionarios y operarios. No nos da lo mismo la suerte que puedan correr. Por ello, junto con reiterarle nuestra disposición a la ministra Blanlot para ser parte de la búsqueda de la mejor solución posible, le hemos pedido que nos pueda recibir en la fecha próxima posible para exponerle en detalle nuestro punto de vista”.