En conversación con el video podcast La Ruta del Salmón de Ventisqueros, la directora de Codelco, Alejandra Wood, abordó las principales definiciones y acciones empresariales sobre la licencia social para operar y destacó el rol que tienen las organizaciones con las comunidades, sus stakeholders y la sociedad en torno al cumplimiento de la actividad económica en el territorio.
“Es clave la licencia social para operar porque permite gestionar los riesgos de la continuidad de tu operación, algo que no necesariamente nuestras actividades productivas tienen en el territorio o están tan conscientes de lo clave que es”, afirma.
La presidenta del comité de Sostenibilidad del Directorio de Codelco abordó cuatro similitudes entre la industria salmonicultura y la minería, las cuales se deben tener presente para obtener una sólida y real licencia social para operar.
Licencia social para operar va más allá del activismo social
Para Wood “muchas veces la licencia social para operar se camufla de activismos en las comunidades, pero que es mucho más que eso. Tanto Codelco como Ventisqueros, incorporan a las comunidades en las decisiones de la empresa, tienen en cuenta las opiniones e involucran en su diseño, para conocer, también, quiénes son los agentes que no pertenecen al territorio y que ven oportunidades de generar conflicto,”, agregó.
Desafío cultural y ético dentro de las empresas
Alejandra Wood, durante la conversación en La Ruta del Salmón de Ventisqueros, planteó que “las empresas y altos directorios tienen un desafío cultural. Ya no están los tiempos de implementar un “check list” del impacto de la organización en el territorio, el desafío es mayor: involucrar a todos los actores en ética, trasparencia y conocimiento de los temas para que los riesgos sean menores”. Así como lo hizo Ventisqueros por cuarta vez en su reporte ESG.
Sostenibilidad, comunidad y relacionamiento
Ventisqueros y Codelco se destacan por dar oportunidades y herramientas a sus comunidades para un mejor futuro personal y regional.
Por lo que Wood agregó a modo de reflexión que “hoy, hay espacio para avanzar en ciertas prácticas, que básicamente significan el fortalecimiento del vínculo con tu entorno. En todas estas mediciones, se puede entrenar a miembros de tu comunidad para que se hagan cargo de los monitoreos, mantengan las plataformas y estén involucrados en esta parte de una gestión de la empresa y que tiene que ver con este acuerdo donde estamos cumpliendo las expectativas”.
Data compartida y tejido social
Finalmente, la licencia social para operar y, sobre todo, en el siglo XXI, donde las empresas manejan mucha información, es “en la administración de esa información compartida con la comunidad como un trabajo, es donde se va fortaleciendo un tejido social y de un vínculo de confianza y transparencia. Allá es donde tenemos que avanzar”, destacó Wood.
Fotografía: Ventisqueros.